jueves, 26 de septiembre de 2013

Un contrato para la historia

Se portó muy bien. Sí, el nene se comportó con educación, no le pegó a nadie, obedeció, no protestó, no surcó el aire para zambullirse en la piscina. Asimismo evitó representar obras teatrales demostrando sus dotes histriónicas, ni protagonizó incidentes irreparables. David McDonnel, del Daily Mirror, confiesa todo esto en su columna de la página 66 de la publicación londinense, que dedica exclusivamente al análisis del regreso de Luis Suárez.

Tejiendo un émulo del díscolo francés del Manchester United, Eric Cantoná, quien en su época fuera suspendido 10 meses por saltar a la tribuna y asestarle una patada de karate a un aficionado que lo insultaba, McDonnel enfatiza que "l'enfant terrible de Liverpool estaba anoche en su mejor conducta, dejando su lado oscuro controlado y mostrando, al menos por esta vez, que puede haber retornado de su última ausencia forzada, más arrepentido"

El analista de conducta pública del Daily Mirror -esa función parecería desarrollar, además de la de periodista- se asombra de que "no hubo teatros, actuaciones o incidentes irreparables y eso a pesar de que Suárez retornaba en el ambiente más hostil que fuera posible imaginar, en la casa de los más fieros rivales de Liverpool". Según este avezado estudioso de la mente humana, "esto (el buen comportamiento del uruguayo) explica la fe que el técnico Brendan Rodgers tiene en Suárez, a quien preparó para largarlo sin miramientos a un partido de tan alto voltaje".

McDonnel recuerda que "desde el episodio de abuso racial con Patrice Evra, seguido de la negativa a estrechar su mano en el ritual pre-partido del siguiente encuentro que ambos equipos disputaron entre sí, Suárez ha sido el 'Enemigo Público No. 1' del United".

Cuenta este periodista inglés del Daily Mirror, que "actuando en su rol ya familiar de villano para los hinchas del United, Suárez fue abucheado cada vez que fue a ejecutar un corner, pero también recibió las canciones usuales de sus propios 'fans', como estaba previsto que pasaría".

Con relación al fútbol que mostró la vedette de la noche, el analista explica que "como era predecible al principio Suárez no fue hiriente como es usual en él, pero luego, aunque intermitentemente, comenzó a ser un tormento para la defensa de Manchester United". Tras detallar las jugadas más importantes en las que participó el goleador "Red" y enfatizar que el entendimiento con el ex-Chelsea Daniel Sturridge impresiona muy favorablemente, McDonnels dice que "Suárez y Liverpool pueden haber fallado en lo que hubiera sido un gran impacto para el retorno, esto es, ganar el partido", pero acto seguido dice que "ésto vendrá junto con la cantidad de partidos que él vaya jugando".

Y finaliza enfatizando que "hubo suficiente instinto creativo y atacante en su juego, como para sugerir que no pasará mucho tiempo antes que esté realmente de regreso, hiriendo de muerte a las defensas rivales".

Está más que visto que en el aspecto futbolístico la prensa inglesa, sin distinciones, directamente ama a Luis Suárez, lo idolatra, lo admira y hasta lo echa de menos cuando no está, tal cual confesó nada menos que el Editor Responsable de Deportes del The Times de Londres, cuando publicó hace muy poco que "ya era hora que volvieras Luis, ésto se estaba poniendo muy aburrido"

O también se podría echar mano a la carta abierta que el Daily Mail, uno de sus máximos detractores, le dedicó al uruguayo con motivo de su promocionado regreso tras la significativa suspension de diez partidos. La publicación encabezaba así dicha misiva: "Querido Luis, eres uno de los mejores jugadores de este país, pero por favor cortá con la estupidez". Realmente suena como un ruego a Luis Suárez que, con otras palabras, podría rezar: "por favor Luis, no nos prives de disfrutar de tu arte en paz". Y esa presunción, si se lee la carta completa, adquiere absoluta confirmación a través de cada una de sus líneas. Es que le piden que disfrute y haga disfrutar con su fútbol y con su magia, que no eclipse su magia con actitudes impropias. Hasta parece ser una nueva faceta de la prensa inglesa, la que tanto lo castigó. Al menos así suena, o no?

Mientras todo parece encaminado a que el sol brille para iluminar el nuevo camino que comenzó a transitar Luis Suárez en el fútbol inglés, el de Salto será convocado muy pronto por su club, el linajudo Liverpool de tantas Champions Leagues en sus vitrinas, para la firma de un nuevo contrato, situación que se formalizaría en el mes de junio de 2014, una vez finalizada la presente temporada de la Premier League. Las pantallas de TV mostraron como el Director Deportivo de Liverpool, Ian Ayre, anunciaba a sus hinchas la buena nueva.

Y lo que sigue no lo dijo Ayre, pero hay voces que prácticamente gritan que la intención de los "Reds" es que su estrella uruguaya ilumine para siempre el firmamento de Anfield Road. En Liverpool no quieren que Luis Suárez se vaya nunca del club y con esa intención, según dicen los duendes, el contrato que le ofrecerán a firmar en junio de 2014, dará que hablar no sólo en Inglaterra. Simplemente dicen que ese documento hará historia en el mundo del fútbol.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

"El Día S" se fue en paz
Y llegó el "Día S". Liverpool y Manchester se desperezan mucho más rápido que de costumbre. En Londres los escaparates de los kioskos está inundados con mil poses suyas: besándose el anillo de compromiso en medio de la carrera desenfrenada del festejo de un gol, con sus dientes clavados en el brazo derecho del serbio Ivanovic, metiéndose al arco de Newcastle con pelota y todo ante la desesperación del zaguero argentino Fabricio Coloccini o...cayendo estrepitosamente al césped del Estadio del rival de ciudad, Everton, justo enfrente de las narices de David Moyes, el técnico que hoy dirige al eterno enemigo, el Manchester United, el mismo que por la noche lo espera nada menos que en su terrible reducto de Old Trafford.

ESTACA. Vuelve Luis Suárez y hoy por hoy nada hay más importante que eso en el fútbol inglés. No hay nadie vinculado al ambiente del fútbol que no respire el regreso  del terrible uruguayo. Las otras noticias deportivas quedan automáticamente relegadas a planos secundarios. La cadena Sky Sports, encargada de llevar el gran choque de Old Trafford entre Manchester United y Liverpool a millones de televidentes, recibe cada media hora un informe de su enviado al "Teatro de los Suenos". El hombre, inamovible, está clavado como una estaca con ese fondo, el de la entrada principal del coliseo de uno de los clubes más poderosos del planeta. Lo curioso es que en cada intervención el periodista no habla del gigantesco "derby" inglés, sino del regreso de Luis Suárez. Revive cada uno de los capítulos de la aventura inglesa del uruguayo. Los supuestos insultos racistas a Patrice Evra, la también supuesta negación de la mano al afro-francés, la caída aparatosa -simulación de una simulación- ante el propio David Moyes celebrando aquel primer gol (en contra) provocado por él en un clásico Everton-Liverpool, actitud venida a cuento porque el entonces entrenador de los azules se había entretenido toda la semana previa advirtiendo al colegiado del partido sobre las artes teatrales del uruguayo.

La secuencia presentada por "nuestro hombre en Old Trafford" finaliza con la gran mordida de Suárez a Branislav Ivanovic, el lateral/zaguero serbio de Chelsea, aquella tarde en que, no conforme con semejante barrabasada, el "Pistolero" todavía se dio el lujo de empatarle el partido a los "Blues" con un frentazo letal que venció las manos del gran arquero Peter Czeck. Diez partidos de suspensión, tres más que los que le había regalado la Federación Holandesa cuando al "Salta" de Salto se le ocurrió hincarle los colmillos a un rival del PSV Eindhoven, en sus épocas del Ayax.

SOBRIO. Y ahora vuelve. La foto de Suárez bajando del ómnibus e ingresando al hotel de Manchester, recorre las redes sociales sin parar. Mientras tanto los periodistas le buscan arteramente la lengua a David Moyes, objeto de la burla del goleador en aquel clásico ante Everton y hoy nuevo técnico de Manchester United, con la tremenda misión de inaugurar la era post-Ferguson. Pero el escocés no es tonto y declara con carpeta. Les dice que "si el partido tiene una faceta especial por el regreso de Suárez? Y bueno, yo no sigo a Liverpool pero sí, la nueva faceta es que Liverpool vuelve a contar ahora con un gran jugador que tiene muy buenas cualidades técnicas". Fue como decirles "querían guerra? bueno, de mi parte no aportaré nada para ella".

EN PAZ. Al final, aún con la derrota clásica a cuestas, dura ella, inmerecida, mentirosa, Luis Suárez recibe igual el reconocimiento de los panelistas de la cadena Sky Sports, los ex-futbolistas Jamie Carragher (Liverpool), Jamie Redknapp (Liverpool) y Gary Neville (Manchester United).

"Cada vez que tomaba contacto con la pelota sabías que algo iba a pasar, igual que siempre", enfatizó Carragher, hasta hace pocos meses su companero de equipo. "Al final tuvo sus mejores chances", declaró su entrenador Brendan Rodgers, para agregar que "ya sabemos todos que es un luchador y que su temple y determinación terminarán triunfando. Un regreso en un clásico de este tipo era una prueba durísima y él la pasó bien, así que con el correr de los partidos se irá asentando y se afirmará mucho más".

"La inclusión de Suárez no interrumpió nada de lo bueno que estaba haciendo Liverpool, al contrario, el circuito Suárez-Sturridge funcionó muy bien y ya se ve que incluso ambos están disfrutando del hecho de jugar juntos", puntualizó el ex lateral derecho de Manchester United, Gary Neville.

Hubo abucheos para él, tampoco fueron atronadores, simplemente los esperados. Recibió "caricias" de sus rivales, que "lo atendieron" como correspondía a buenos anfitriones. Antes el Daily Mail hasta le dedicó una gran carta de bienvenida, en la cual le pedían que fuera el extraordinario jugador que es y dejara la "estupidez a un lado". Algo así como que se dejara de jo... y jugara el fútbol excelso "que estamos acostumbrados a ver en ti", según rezaba textualmente la carta abierta de la popular publicación londinense.

Volvió. Tuvo opciones, mostró lo suyo, atemorizó al rival, no ligó nada eso sí. Pero regresó en paz. Y en paz se fue el "Día S".

"El Día S"

Y llegó el "Día S". Liverpool y Manchester se desperezan mucho más rápido que de costumbre. En Londres los escaparates de los kioskos está inundados con mil poses suyas: besándose el anillo de compromiso en medio de la carrera desenfrenada del festejo de un gol, con sus dientes clavados en el brazo derecho del serbio Ivanovic, metiéndose al arco de Newcastle con pelota y todo ante la desesperación del zaguero argentino Fabricio Coloccini o...cayendo estrepitosamente al césped del Estadio del rival de ciudad, Everton, justo enfrente de las narices de David Moyes, el técnico que hoy dirige al eterno enemigo, el Manchester United, el mismo que por la noche lo espera nada menos que en su terrible reducto de Old Trafford.

Vuelve Luis Suárez y hoy por hoy nada hay más importante que eso en el fútbol inglés. No hay nadie vinculado al ambiente del fútbol que no respire el regreso  del terrible uruguayo. Las otras noticias deportivas quedan automáticamente relegadas a planos secundarios. La cadena Sky Sports, encargada de llevar el gran choque de Old Trafford entre Manchester United y Liverpool a millones de televidentes, recibe cada media hora un informe de su enviado al "Teatro de los Suenos". El hombre, inamovible, está clavado como una estaca con ese fondo, el de la entrada principal del coliseo de uno de los clubes más poderosos del planeta. Lo curioso es que en cada intervención el periodista no habla del gigantesco "derby" inglés, sino del regreso de Luis Suárez. Revive cada uno de los capítulos de la aventura inglesa del uruguayo. Los supuestos insultos racistas a Patrice Evra, la también supuesta negación de la mano al afro-francés, la caída aparatosa -simulación de una simulación- ante el propio David Moyes celebrando aquel primer gol (en contra) provocado por él en un clásico Everton-Liverpool, actitud venida a cuento porque el entonces entrenador de los azules se había entretenido toda la semana previa advirtiendo al colegiado del partido sobre las artes teatrales del uruguayo.

La secuencia presentada por "nuestro hombre en Old Trafford" finaliza con la gran mordida de Suárez a Branislav Ivanovic, el lateral/zaguero serbio de Chelsea, aquella tarde en que, no conforme con semejante barrabasada, el "Pistolero" todavía se dio el lujo de empatarle el partido a los "Blues" con un frentazo letal que venció las manos del gran arquero Peter Czeck. Diez partidos de suspensión, tres más que los que le había regalado la Federación Holandesa cuando al "Salta" de Salto se le ocurrió hincarle los colmillos a un rival del PSV Eindhoven, en sus épocas del Ayax.

Y ahora vuelve. La foto de Suárez bajando del ómnibus e ingresando al hotel de Manchester, recorre las redes sociales sin parar. Mientras tanto los periodistas le buscan arteramente la lengua a David Moyes, objeto de la burla del goleador en aquel clásico ante Everton y hoy nuevo técnico de Manchester United, con la tremenda misión de inaugurar la era post-Ferguson. Pero el escocés no es tonto y declara con carpeta. Les dice que "si el partido tiene una faceta especial por el regreso de Suárez? Y bueno, yo no sigo a Liverpool pero sí, la nueva faceta es que Liverpool vuelve a contar ahora con un gran jugador que tiene muy buenas cualidades técnicas". Fue como decirles "querían guerra? bueno, de mi parte no aportaré nada para ella".

Y así se va yendo el día. Mientras, Javier Chevantón firmó contrato sorpresivamente con el puntero del ascenso inglés, el Queens Park Rangers dirigido por el conocido Harry Redknapp, quien se declara muy satisfecho por la nueva adquisición de los albicelestes del oeste de Londres. Con 33 primaveras arriba, el "Cheva", quien llega en calidad de jugador libre, se llevará unos 480.000 dólares por la temporada 2013-2014: mejor negocio imposible.

Y Gustavo Poyet está a un paso de ser el nuevo entrenador del Sunderland, luego del despido del extrovertido y ultrapolémico italiano Paolo Di Canio, tras el encuentro del fin de semana último.

Son más conquistas de uruguayos en el fútbol inglés, un claro de sol que se abre más y más a los nuestros en estas Islas por siempre coronadas por las nubes. Lástima, los dos "noticiones" caen en mal momento. Porque el día está vedado a otras noticias que no sean...el gran regreso de Luis Suárez.
Y sí, es el "Día S".

miércoles, 18 de septiembre de 2013

El Rey en tierra enemiga

"Tanto lío y al final capaz que no juega", casi grita Brian en "The Moon Under the Water", el pub más grande de la ciudad de Watford, ciudad que limita con Londres por su flanco noroeste, porque nace allí donde muere el populoso barrio capitalino de Harrow.

La mesa está concurrida. Mientras sus palabras flotan en el aire, Brian agita un ejemplar del The Guardian abierto en una página dedicada íntegramente a reproducir declaraciones de Brendan Rodgers, entrenador de Liverpool FC. Frente al rubio Brian, Joe, tatuado hasta donde puede vérsele y con una pinta casi aterradora de antiguo hooligan, se para de repente al tiempo que asiente efusivamente, mostrando la edición del día del Daily Mirror y ratificando que "éstos dicen lo mismo, Rodgers se la va a pensar muy bien antes de hacerlo regresar en ese partido!"

Los otros miran: el rasta jamaiquino que prácticamente tiene la camiseta de Chelsea adherida de por vida a su cuerpo; el ruso Andreiev, quien cerveza más cerveza hace correr el día entero mientras dice que espera a su novia que trabaja en el Barracuda, el restorán-cafetería de enfrente y Solange, la fémina de la barra, fanática del gran Arsenal de Londres, una incondicional del estilizado Arsene Wenger, su presentación futbolística y su "atildada estampa a la francesa" según ella.

Efectivamente Brendan Rodgers enfatiza que aún tiene que sopesar la posibilidad de que Luis Suárez, el "Rey Red", pegue la vuelta justo contra el Manchester United de Patrice Evra y en Old Trafford, aunque el pleito sea por la "light" Capital One Cup y no ya por la gran Premier League. Es que está muy claro que el hombre a cargo de los de Anfield Road no quiere más líos. Claro, no lo reconoce explícitamente pero lo da a entender cuando confiesa que en los últimos meses ha dedicado gran parte de su trabajo en el Complejo de Melwood a propiciar el mejor retorno del gran goleador uruguayo. El irlandés no tiene empacho alguno en reconocer que los equipos de las Ligas 1 (3era. División) y 2 (4ta. División), que han visitado asiduamente el predio de entrenamiento de los "Reds", lo han hecho pura y exclusivamente para que Luis Suárez tenga, más que minutos, horas de fútbol aunque sea medianamente competitivo. El último de esos clubes, Burnsley, jugó contra el "Lucho" -perdón, contra una representación de Liverpool que integraba Luis Suárez- el miércoles 18 de setiembre al mediodía.

"Se trata de que, entre la actividad internacional que ha tenido (Suárez en Copa de las Confederaciones, Fechas FIFA y Eliminatorias) y estos equipos que hemos traído a Melwood exclusivamente para darle ritmo, logremos para él un retorno al menos cercano al ideal", dice Rodgers. "Es un animal!", grita Brian, fanático de Liverpool hasta las costillas. "Miren lo que dice Rodgers acá!", agrega mientras planta su índice sobre la frase que quiere mostrarle a sus amigos de la barra. Y las letras, una vez leídas, asombran, casi inmovilizan, porque don Brendan detalla que "él (Suárez) pega 1.000 piques por partido, así que se trata de que los reproduzca en esos encuentros a puertas cerradas que organizamos en Melwood especialmente para él. Y lo bueno, o muy bueno, es que lo está logrando, está reproduciendo sus carreras habituales. Y si le agregamos que todavía se queda después de las prácticas para seguir autoexigiéndose... Claro que hay otras cosas en un partido en serio, la tribuna, la ansiedad, por ejemplo. Todo eso no lo logrará hasta que vuelva, pero al menos la preparación físico-futbolística que ha conseguido es casi la ideal".

Joe es del local Watford, club que no subió por un pelo a la Premier League al final de la última temporada. Blandiendo el Daily Mirror como si fuera un garrote, se ríe a carcajadas cuando le muestra a los otros la parte de las declaraciones de Brendan Rodgers en la cual el entrenador no tiene pelos en la lengua cuando reconoce que a Luis Suárez lo tiene entre algodones. "Se trata de cuidar al ser humano", expresa el entrenador de Liverpool. Y continúa: "un defensa, aunque no juegue mucho, no tiene problemas en disfrutar del grupo, pero un goleador es diferente. El muchacho quiere estar, quiere jugar, quiere hacer goles. Por eso, si bien Luis concurre a los partidos que se juegan en Anfield, yo trato de evitar que forme parte del grupo cuando viajamos, porque me doy cuenta que el vivir la diaria del grupo sabiendo que después no va a estar en la cancha, le hace mucho mal, le afecta su ánimo".

Patrice Evra, Old Trafford, su hostilidad insultante, su abucheo atronador, su incitación a la violencia contra el "Rey de los Reds", su influencia tendenciosa en el propio árbitro del partido, sus ganas irrefrenables de descargar maldad, no es el mejor clima precisamente para un regreso tranquilo de Luis Suárez. Brendan Rodgers ha afinado demasiado el gran retorno, lo ha limado, lo ha pulido para que brille y encandile más que nunca, le ha sacado punta para que hiera y mate. Quizás por eso está pensando muy seriamente que el "Rey" no pase por Manchester y reinstale su trono recién en el Stade of Light de Sunderland, el siguiente fin de semana.

Pero...y si el monarca no está de acuerdo con ésto y quiere volver a encabezar sus huestes justamente en tierra enemiga? Porque el "Rey" es así, es caprichoso...porque es el "Rey".


  

sábado, 7 de septiembre de 2013

El Milagro Viviente

En la previa del inicio de la temporada 2013-2014 de la Premier League, en Inglaterra se terminan de gastar exactamente 624:560.000 libras esterlinas, cifra que equivale, con una aproximación bastante precisa, a los 1.000 millones de dólares en transferencias de futbolistas.

Esa suma trascendió dos minutos después que el Big-Ben, cuya imagen apareció en ese momento como invitada de honor en todas las pantallas de TV de las Islas, hizo sonar las once campanadas de la noche del 2 de setiembre último, momento preciso en que cerraba un nuevo "Transfer Window" o, castellanizado, un nuevo Período de Pases de futbolistas en Inglaterra.

ANTECEDENTE. Mientras tanto, poco antes, el París Saint Germain había pagado más de 60 millones de euros al Nápoli por el formidable delantero uruguayo Edison Cavani, quien en tres partidos que lleva jugados por su nuevo equipo, ya lleva convertidos dos goles. El lungo pelilargo había dejado la marca en los del sur de la "Bota", sobrepasando las 100 conquistas durante su pasaje por el club del empresario Aurelio De Laurentis. Hizo historia y se retiró de la institución cuando ya le pisaba los talones a la leyenda misma, en otras palabras, nada menos ni nada más que a Diego Armando Maradona. 

BRONCAS. Después de muchas dilaciones, tiras y aflojes y también broncas y pataletas, el linajudo Real Madrid terminó pagando 84 millones de libras, unos 130 millones de dólares al Tottenham Hotspur por el fantástico futbolista galés Gareth Bale, cuando aún antes de concretarse el pase tras maratónicas negociaciones, el club inglés del norte de Londres ya llevaba gastados a cuenta de ese negocio, un equivalente a 174 millones de la moneda estadounidense en la adquisición de nuevas potenciales estrellas para su plantel.

REY. Del otro lado del mostrador, la cúpula del Liverpool terminó brindando con champagne -literalmente así fue, no es algo metafórico- porque consiguió el formidable objetivo de haber retenido a uno de los dos mejores jugadores de la Premier League, la liga de vanguardia en el mundo del fútbol de hoy. Impidieron que Luis Suárez hiciera las valijas y se marchara de Anfield Road. Ellos consideran que ese logro es apoteótico y que los llevará muy alto en esta nueva temporada. Y Suárez es...uruguayo. Y Uruguay sigue guardando tan pocos habitantes como antes, como siempre. Y ellos la siguen peleando como toda la vida, como nunca dejaron de hacerlo. 1.000 millones de dólares se gastaron en pases en el país donde Luis Suárez termina de ser denominado "King" (Rey) por los hinchas de su club, el gran Liverpool. "El regreso del Rey" se titula el último video que comenzaron a hacer circular el viernes 6 de setiembre por la tarde en las redes sociales.... apenas unas horas antes de que en la madrugada inglesa un jugador que está hace muchos meses ausente de las canchas por suspensión, destrozara las ilusiones -fundadas o infundadas, ubicadas o completamente desubicadas, ese es otro tema- del pueblo peruano, con una actuación desmedidamente endemoniada por donde se lo mire.

TARZAN. Manchester City gastó unos 147 millones de dólares en nuevos futbolistas; la dupla Abramovich-Mourinho desembolsó para el Chelsea un equivalente a 93 millones de la moneda estadounidense; el propio Liverpool gastó U$S 72 millones; Arsenal 67, a cuenta de mayor cantidad en el mini-período de pases de Navidad; Southampton 58; el recién ascendido Cardiff 50, con el chileno Gary Medel a la cabeza; Manchester United 48; Norwich City 40; Everton 34; West Ham 34; Swansea 34; Sunderland 30; Aston Villa 29; el también recién ascendido Cristal Palace 29; la tercera promoción Hull City 21; West Bromwich Albion 19 (no incluye los futbolistas que llegan en calidad de libres, como Diego Lugano por ejemplo); Fulham 14; Stoke City 8; Newcastle 0 (de muy pobre actuación en la temporada pasada, pero aparentemente el único club de la Premier League con serios problemas económicos).

Y ahora los clubes de la Premier League se jactan golpeándose el pecho como Tarzán, de que esta temporada tuvieron que aflojarle unos U$S 960.000 menos a los agentes de los futbolistas. Mueve a risa o a carcajada, ya que lo dicen como si eso modificara un ápice lo sideral de la cifra que se fue en los fichajes de la Premier.

NARANJAZOS. Corría 1969 y al final del encuentro ante Chile por las Eliminatorias del Mundial de México '70, el "Mudo" Montero Castillo elegía la mejor naranja del aluvión que habían caído sobre el césped del Estadio Nacional de Chile, la abría con ambos pulgares y devoraba jugo y pulpa hasta dejarla seca. "Está buenísima" pareció leérsele en sus labios a través de las incipientes cámaras de TV, que para entonces recién hacían sus primeras armas en la transmisión en directo de partidos de fútbol. En este caso aquel 0 a 0 de más de allá de Los Andes, posicionaba bárbaro a los celestes para ganarle la Serie a los locales de esa tarde de domingo y también a los ecuatorianos que les seguían en méritos. 

HISTORICOS. Por entonces un Uruguay que la peleaba de atrás en todos los rubros, como siempre fue,  guardaba dentro de sus fronteras a 3:000.000 de habitantes, si es que llegaba a esa cifra. El "Maracanazo" todavía estaba relativamente fresco, Penarol llevaba ya tres Libertadores, mientras que en 1964 a Nacional un árbitro peruano-holandés le había despojado de una en el propio Centenario y el tricolor había llegado a dos finales más en 1967 y 1969, antes de obtener la primera en 1971, a la cual le seguirían dos más en 1980 y 1988. Cuatro vueltas de calendario más acá del épico 1950, el país había logrado el cuarto puesto en el Mundial de Suiza '54, luego de haber disputado en una de las semifinales de ese torneo, ante la terrible Hungría de la época, el partido más electrizante de las justas universales de todos los tiempos.  En 1966 la "Celeste" había inaugurado el Mundial de Inglaterra '66 ante el encumbrado local y con la propia Reina dándole la mano a cada uno de los jugadores, dentro mismo del campo de juego: 0 a 0 y único punto que dejarían por el camino los ingleses rumbo al título mundial, que sería con razones fundadas y por lejos, el más discutido de la historia del fútbol.

LAUREADOS. Cuando el "Mudo" -padre de Paolo Montero- en pleno campo de juego del Estadio Nacional, se relamió comiéndose aquella naranja chilena que le habían arrojado desde la tribuna, mientras se reía de la "calentura" y la impotencia de toda una afición futbolera, la ruta de la infinidad de torneos sudamericanos (posterior Copa América), que desembocaría en el actual número 15 de la historia, llevaba ya una cantidad de mojones más que respetable, ya que en tiempos pretéritos el "Sudamericano" (como se le llamaba) se jugaba con una frecuencia inusitada, que actualmente sería tan insólita como impracticable. Las Copas ante los vecinos gigantes, Argentina y Brasil, eran cosa de todos los días, por llamarlo de alguna manera, dada la seguidilla de clásicos ganados y perdidos que se jugaban por entonces. Y en el Mundial de México '70, clasificados en muy buena medida gracias a ese punto tremendo rescatado en medio de la lluvia de naranjas y proyectiles de todo tipo que alfombraron el verde tapiz del Estadio Nacional de Chile, los celestes alcanzarían un honroso cuarto lugar.
 
GLORIAS. Claro que en aquellos tiempos los mercados de compra y venta de futbolistas mostraban cifras de modestas para abajo. Y eso, por decir que de alguna manera existían, ya que los jugadores que emigraban a otros medios, incluido el europeo, se contaban con los dedos de una mano. Por supuesto que el Uruguay era tan chico como ahora, no medía ni un centímetro más. Inclusive vivían en él unas 300.000 personas menos que en los tiempos que corren. Los parámetros sirven para que quede bien claro que el mérito futbolístico de tantos logros y glorias sin pausas, peleándoselos casi siempre a nuestros gigantes y ultrapoderosos vecinos de siempre, ya era indiscutible por entonces, con una salvedad fundamental: en esa época la competencia futbolística con los monstruos de mil cabezas casi ni tocaba lo económico, si acaso sólo lo rozaba o apenas le hacía sentir al país futbolístico una leve corriente de aire al pasar por al lado. Las diferencias en ese rubro estaban, claro que sí, pero marcaban parámetros normales, nada del otro mundo.
 
INCONCIENTES. El "Mudo" se comía la naranja y mientras la saboreaba, se le reía a la enfurecida tribuna del Estadio Nacional de Chile. 44 vueltas de calendario más tarde, el "Cebolla" Rodríguez también se reía mientras palmoteaba a todo el mundo y hablaba por todos lados, mientras árbitros y allegados a la delegación uruguaya vivían momentos de extrema tensión al final de la depredación que un uruguayo extra-terrestre consumó con un pueblo futbolístico completo. El mismo Luis Suárez que arrancó a Diego Godín del micrófono de Tenfield con cara desencajada y un "dale, dale, nos vamos, querés que nos maten?" (o algo muy parecido). Claro, después de darse cuenta de la dimensión de lo que había hecho dentro de la cancha de otro Estadio Nacional, el de Lima, le entró el pánico. "Claro, ahora estás apurado por irte", dijo alguien entre risas frente al televisor.

MILAGRO. La "Celeste" sigue derribando bolos rumbo a un nuevo Mundial. En el camino exhibe orgullosa su Copa América número 15, la que le hace liderar la tabla y que fue obtenida justamente en la casa del principal competidor. Trepa escalones en el discutido pero implacable "Ranking FIFA". Ahora también entra a pelear por un puesto de clasificación directa al Mundial 2014. Parecía imposible hasta hace nada, ahora ya no lo es. En Inglaterra los clubes de la Premier League gastaron 1.000 millones de dólares en pases de futbolistas. En Uruguay, de las puertas para adentro, se juega una de las ligas más pobres del mundo y no sólo en el aspecto económico. A veces se hace muy difícil comprender a aquellos que afirman no creer en milagros. Sí, sin temor a equívocos, los uruguayos creen en milagros...porque ellos son un milagro viviente. En realidad son "El Milagro".


 

martes, 3 de septiembre de 2013

Suárez le hará un túnel a la estadística

 Con Luis Suárez en sus filas Liverpool jugó 77 partidos; sin él disputó sólo 18; a su vez con el uruguayo en la cancha los "Reds" ganaron 30, empataron 23 y perdieron 24. De los 18 encuentros en los que faltó el número "7" su equipo ganó 13, igualó 2 y perdió 3, configurando una  diferencia de porcentaje verdaderamente impresionante, que inclina claramente la balanza en contra del de Salto. Y claro, hay más, mucho más, por ejemplo los porcentajes de gol por partido son superiores cuando no ha jugado la gran estrella del club, todo, o casi todo en esta estadística cuidadosamente elaborada por la cadena televisiva Sky Sports, se asemeja a un cruel látigo que castiga sin piedad alguna las espaldas de uno de los grandes futbolistas uruguayos que nos ha regalado nuestra riquísima historia.

Los números fueron divulgados el sábado 17 de agosto, poco después que Liverpool derrotara en su reducto de Anfield Road a Stoke City por 1 a 0 tras la primera fecha de la Premier League 2013-2014. Era como remarcarle a los hinchas "Reds": "pero ustedes no ven que sin él (Suárez) se arreglan perfectamente?" Tendenciosa? Sí, sin duda alguna. Malévola? También,  como todo lo que ha partido desde la Media contra el goleador de Liverpool. Estratégica? Cómo no! Por supuesto, emitida en el momento justo para confirmar el rechazo de los fans, para entonces ofendidos por la actitud de su jugador estrella al pretender dejar el club por un rival directo en la Premier League.

Pero el tema es que la estadística de marras no se aparta un pelo de la verdad. Por el contrario, es absolutamente cierta y parte del profesionalismo que, después de todo y pese a todo, hay que reconocerle al periodismo de estas latitudes. También tiene una explicación, tal como la tienen todas -o casi todas- las cosas de este mundo. Y además esa explicación, enmarcada en una lógica mucho más pura y clara de lo que a priori podría pensarse, comienza y muere en la escencia de un deporte universal llamado fútbol. El mismo que a veces, frustrados por un resultado adverso, los protagonistas califican en las declaraciones como que "es así". Se acostumbra a decir que "el fútbol es así". Así como?, sería la pregunta.

Y la respuesta se encuadraría en que el fútbol es un deporte que por naturaleza se practica colectivamente y si bien sus puertas están siempre abiertas para la inspiración individual, la misma que lleva al destaque nítido de figuras claves, decisivas, estelares, dichos fenómenos humanos, auténticos ídolos de masas, jamás y en ningún caso lograrán hacer olvidar el sello colectivo con el que se gana, se empata o se pierde un partido de fútbol. Luis Suárez o el héroe de turno del equipo que fuere, con su calidad excelsa, están tocados por la varita mágica para definir uno, dos, tres partidos, pero a la larga, con la suma de los minutos y de los partidos, será el trabajo de equipo el factor decisivo para obtener campeonatos y también, por consecuencia directa, volcar cualquier estadística a favor.

El gran Suárez, el diabólico Messi, el vertiginoso Ronaldo o el implacable Cavani, aparecerán una y otra vez para dar vuelta partidos imposibles, definir otros más peleados y sentenciar los más accesibles, pero nunca podrán ganar campeonatos por sí mismos o, en otras palabras, con su sólo aporte. A la larga siempre terminarán necesitando a los que se calzan el overol para trillar el mediocampo a tracción sangre; o a los pensadores que resuelvan las mejores asistencias de gol; o a los defensas que saquen todo lo que venga; o un arquero que transmita seguridad y confianza; o un entrenador que sepa parar al equipo de la manera más adecuada.

Por eso cuando Liverpool se ha pasado de rosca y ha sido excesivamente "Suárez-dependiente", ha resignado posibilidades de obtener buenos resultados, aún cuando en determinados momentos la figura super estelar del goleador uruguayo haya llegado a destellar, hasta el punto de encandilar al más frío de los analistas...pero no a los números, porque esos sí que son más fríos que un revólver, jamás se dejan llevar por las apariencias y menos aún, mienten. De modo que, aplicada a la relación Suárez-Liverpool -un idilio de raíces profundas- la premisa de que en fútbol los grandes logros se obtienen cuando se juega con auténtico sentido colectivo, no se mueve ni un milímetro. Ni siquiera las dotes magistrales, de novela o, mejor aún, de ciencia ficción que adornan al "Salta" de Salto, logran doblegar este principio fundamental, aunque ciertamente a veces haya podido parecerlo. Alguien puede realmente llegar a plantearse que los números puedan ser alcahuetes, batidores? Y sí, lo son, porque esa estadística tan tendenciosa como auténtica de la cadena Sky Sports, denuncia que la "Suárez-dependencia" a la larga no fue buena para Liverpool. Todos apuntaron siempre al "Gran Luis" y se olvidaron que estaban jugando al fútbol, un deporte que camina bien si se juega colectivamente, aún contando en el equipo con las estrellas más rutilantes del firmamento.

Aunque pocos lo hayan notado, el Liverpool de la segunda rueda de la última Premier League fue, con Suárez primero y sin él en los últimos cuatro partidos, otro cantar. Las llegadas de Philipe Coutinho y de Daniel Sturridge, más la solidificación del "Esquema-Rodgers", de tan buenos resultados en el más que humilde Swansea galés, provocaron el cambio. No fue una gran transformación, simplemente fue notoria, palpable, con Suárez y luego, ya sobre el final, sin él.

Trasladada toda la troupe de la Premier a la última pre-temporada, se vio claramente que pocos trabajos como el que realizó Brendan Rodgers tuvieron tanta respuesta en el acoplamiento y adaptación colectiva de los futbolistas...sin Luis Suárez y con él también, durante los contados minutos en los que participó.

Tras el "pistoletazo" de arranque de la Premier 2013-2014, Begovic, el fantástico arquero de Stoke City, impidió por sí sólo que Liverpool se soltara de ese avaro y mentiroso 1-0 con que tuvo que conformarse para ganar ese partido y los primeros tres puntos del torneo...sin Luis Suárez.

Cuando el 24 de setiembre el número "7" rojo  salte nada menos que a la arena del circo de Old Trafford para un nuevo duelo clásico, esta vez por la Capital One Cup, curiosamente el gran desafío no debería focalizarse en el goleador sino en los que jueguen a su lado esa tarde. Deberán conseguir un objetivo clave: mantener el muy buen juego colectivo que están exhibiendo y, fundamentalmente, no volver a ser "Suárez-dependientes" nunca más.

Secundarlo o que él secunde. Elaborar para él o que él elabore para los demás. Regalarle soberbias asistencias o que él se las regale a los otros. Ponerse el overol para que él se luzca o que se lo ponga él para que se luzcan sus colegas. Si se destierra para siempre la "Suárez-dependencia" se verá al mejor Liverpool de la última década. Y eso sí, esta vez ni todo el barro del mundo que prensa y rivales puedan arrojarle a la cara, impedirá la consagración de Luis Suárez como el mejor jugador de la mejor liga del mundo.