lunes, 17 de febrero de 2014

"Luis Suárez tiene toda la razón en creer que Webb la tiene contra él"

Pasó en Stamford Bridge cuando a los 84' a Howard Webb sólo le faltó reirse a carcajadas de un tan claro como tonto penal de Samuel Eto'o sobre Luis Suárez. Y Mourinho, más rápido que ligero, por muy poco no entró a la cancha para llevarse al camerunés de un brazo -por cierto que el portugués no demoró el cambio ni un segundo- luego de tan clara infracción ignorada y de que el árbitro "número uno" de Inglaterra, al principio del partido le perdonara la vida al ex Barcelona, como solamente podría hacerlo un cura en el confesionario con los pecados mortales de sus fieles. Es que el socio de Pierre Webo en la selección de Camerún, le había estampado los tapones al liverpoolense Jordan Henderson, mientras el ex sargento de policía -Mr. Webb- daba vuelta la cabeza mirando los pajaritos volar.

Steven Howard, otro Howard pero éste de apellido y no de nombre, Editor de Deportes de The Sun, siempre dedica su nota editorial de los lunes al acontecimiento más resaltable del fin de semana futbolero. Y para él, luego de recordar muy detalladamente esos episodios de Stamford Bridge, el penal no sancionado por Webb contra Luis Suárez ayer, ese foul inmenso de Alex Oxlade-Chamberlain, quien a la postre fuera el mejor jugador de Arsenal en el partido, fue mucho más claro aún que el de Samuel Eto'o en el último diciembre. "Lo que lo hace más flagrante aún, es que Webb estaba a sólo unos pocos pasos de la jugada", remarca el hombre de prensa.

La conclusión que saca Howard el pediodista, es que el goleador de Liverpool tiene toda la razón en creer que Howard el árbitro, Webb de apellido, la tiene contra él. Y tanto lo piensa, que el título a dos páginas, la 60 y la 61 de la edición papel del matutino londinense, es justamente ese. El Editor de The Sun considera asimismo que estas últimas decisiones hacen que sea una burda mofa el pensar que todavía Webb "sea nuestro referee top", ya que simplemente este hombre "está teniendo actualmente una auténtica pesadilla con su profesión". Y el periodista le pone la cruz sobre la tumba del árbitro, cuando afirma que "unas semanas atrás, este hombre (Howard Webb) que tuvo a su cargo la violenta final  del Mundial de Sud Africa 2010 entre Espana y Holanda, un partido que que explotó fuera de control sólo porque él quiso mantener a los 22 futbolistas en la cancha, vio la luz verde para arbitrar en la Copa Mundial de Brasil". La deducción del editorialista sobre esta decisión absolutamente disparatada, no se hace esperar: "usted solamente puede deducir que los asesores de FIFA no han estado siquiera cerca de ningún partido de los que Webb ha arbitrado últimamente".

Luego de enumerar varios -muchos, demasiados- episodios funestos acontecidos durante recientes trabajos de Webb en esta misma temporada, Howard el periodista enfatiza que de todas maneras "todo culmina con este escándalo. Porque Wenger (Arsene) podrá haber calificado ayer a Mourinho como una verguenza viviente por haberlo denigrado (al francés) el viernes último, rotulándolo como un especialista en fracasos, pero la verdad es que acá la real verguenza es Howard Webb".

Paralelamente un conceptuado ex árbitro inglés, Mark Halsey, acusó a Howard Webb de dedicar demasiado tiempo a otras actividades, como conferencias y seminarios. El ex colegiado dijo que "Howard debería mirarse al espejo y preguntarse qué es lo que quiere hacer, porque el referato es una actividad full time y requiere la concentración que él no le está poniendo. De momento podría tomarse unas breves vacaciones para pensarlo un poco".

Los palos no son para Luis Suárez esta vez. The Sun dice que "hasta los hinchas de Arsenal tienen que admitir que el uruguayo tuvo a las corridas a la defensa "Gunner", especialmente en el segundo tiempo y en ese lapso que cortó la respiración de todos con su juego típico, hasta pudo haber llegado a un 'Hat-Trick' perfectamente".

No, los palos hoy no son para el de Salto, son para Howard Webb. Parece que recién ahora los ingleses se dieron cuenta que su "número uno" es una especie de ídolo con pies de barro, una gran farsa. Y bueno, más vale tarde que nunca...   

miércoles, 12 de febrero de 2014

El Modelo Inglés no sienta bien

La violencia en el deporte, que en el Uruguay se da particularmente en el fútbol y en el básquetbol, puede sucumbir si se toman medidas de distinto tipo y calibre de parte de las autoridades correspondientes. Es un país muy chico, las caras conocidas abundan en proporción inversa a la escasez de población, siempre se dice que los violentos, inadaptados o como quiera llamárseles, son pocos y fácilmente identificables. La Justicia ha tenido últimamente bastante imaginación a la hora de tipificar cargos que habiliten a que muchos de ellos terminen, si no entre rejas, al menos con un procesamiento que realmente les complica su futuro en la vida.

El problema se presenta cuando alguien -puede ser cualquiera, conocido, desconocido, periodista, dirigente, hincha- toma el megáfono y se pone a pregonar que Uruguay tiene que seguir el ejemplo inglés en la materia. Y esos pregoneros están absolutamente convencidos que la base de la solución del problema de la violencia en el fútbol de Inglaterra, estuvo y aún está en que aquellos hooligans o sus imitadores que estén debidamente identificados como promotores de disturbios dentro o fuera de los estadios, deban presentarse en las seccionales policiales que les correspondan, dos horas antes de los partidos que juega el club del cual son hinchas. Asimismo, la cháchara incluye que esos "nenes malos" no sean autorizados a dejar las sedes policiales hasta que no transcurran dos horas de finalizados los encuentros.

Todo fantástico, muy lindo y, aparentemente, muy efectivo. La única objeción es que ese procedimiento está muy lejos de ser la base del dispositivo que no solamente alejó a los violentos de las canchas inglesas, sino que posibilitó que entre hinchas y futbolistas no haya tejidos, vallados, muros, ni nada que se les parezca, tanto que a veces los encargados de la seguridad a nivel de campo deben frenar a los futbolistas para evitar que terminen abrazados con los "fans", a la hora de dar rienda suelta a la euforia de un gol trascendente.

Alguien se animaría en Uruguay a cobrar $ 4.000 una entrada al Parque Capurro, por ejemplo, en aras de citar una -cualquiera- de las canchas de clubes de Primera División en Montevideo? A ese precio hasta es posible pensar, con real asidero, que ni los propios futbolistas asistirían a los encuentros,  por una simple razón: los mismos no se jugarían y el fútbol en el país de la inmensa conquista de Maracaná, sencillamente desaparecería. Es obvio que ningún hincha tiene bolsillo para pagar una fortuna semejante por asistir a un partido de fútbol. Y como en Uruguay el espectro de ricos y millonarios es realmente reducido, muy de acuerdo por cierto a la cantidad de pobladores, los fanáticos de Danubio, Liverpool, Wanderers, Fénix, Sud América, Defensor, por nombrar sólo algunos clubes y hasta los de Nacional y Penarol, con su gran poder de convocatoria, que gastarían esa suma u otra muy similar en ir a alentar a sus equipos, se contarían fácilmente con los dedos de una mano. De modo que, dicho con otras palabras y muy brevemente, esa "solución" para extirpar el cáncer de la violencia en el fútbol, no caminaría ni con muletas.

Pues ese remedio, que no es otro que la despopularización del fútbol, es el veneno de ratas que erradicó definitivamente a los violentos de las canchas inglesas. Y debido a que en Inglaterra la población asciende a 54 millones de habitantes y en general el nivel de vida es -obviamente- el de un país del Primer Mundo, aparte de que la infraestructura y la organización del fútbol en las cuatro Ligas profesionales que dependen de la Football Association, es simplemente fantástica, son ciertamente muchos los que pagan precios astronómicos como el citado y más caros todavía, con tal de no perderse la fiesta de presenciar el partido de su equipo favorito. Tantos son, que los clubes venden prácticamente todas las entradas al principio de la temporada, a esos "Season Holders", una suerte de socios que pagan una importante cuota anual y encima el costo de las entradas para cada partido oficial de su club.

Gente para todo, como muy bien reza el dicho popular. En Uruguay no se puede aplicar ese expectorante que eche a los violentos hacia afuera, está claro, aunque también lo está que, al ser un ambiente muy reducido y de caras conocidas, o muy conocidas, los procesamientos de los violentos, si la Justicia se lo propone, deberían caer uno detrás del otro, con la fluidez de una catarata. Y por ahí estaría la solución al problema. Imitar el "modelo inglés?" Humm...habría que sacárselo de la cabeza eh?

jueves, 6 de febrero de 2014

En busca del viejo amor

Es un viejo amor nunca concretado. No pudo llegar a "Blue" y se quedó en "Celeste" y cuando lo vistieron de "Azul" y le pusieron la Tour Eiffel iluminada de fondo, ya no fue lo mismo...ni el mismo.

José Mourinho dijo públicamente hace muy pocos días que "no vamos a ganar el título (de la Premier) esta temporada, eso sí estamos preparando el equipo para la próxima, ahí sí". De más está decir que el portugués, por más que tenga a todo el mundo acostumbrado a espontaneidades como la anterior, sorprendió a un pueblo con su drástico pronóstico.

Pero dónde está la falencia de Chelsea? Cuál es el Talón de Aquiles de los de Roman Abramovich como para que su técnico, uno de los más afamados del planeta y con bases muy sólidas para serlo, se descuelgue con semejante "pálida"? El "9". Ni más ni menos. El Talón de Aquiles de Chelsea es el goleador, nada más ni nada menos que quien tiene que reventar las redes del rival en cada partido de la Premier League. Las libras del multimillonario ruso no dieron para traerse a Robert Lewandowski ni para impedir que Radamel Falcao fuera a parar a donde se supone que no le hizo ninguna gracia ir, al Mónaco francés (a Mónaco? a Montecarlo? sí, de vacaciones  pero sólo de vacaciones, dijo cierta vez Cristiano Ronaldo).

Lo de Wayne Rooney fue un capítulo aparte o, mejor dicho, dos capítulos aparte. "Mou" y Roman rebotaron dos veces como pelota de Ping Pong, en sendos intentos de arrimar al inglés a Stamford Bridge: a principios de temporada, cuando recién había regresado el portugués a su cuna inglesa, y mucho más tarde, ahora, hace nada, cuando quisieron aprovechar la venta de Juan Mata al Manchester United para renovar la carga por el ex Everton.

Qué cosita con ésto del "9" de Chelsea, no? Es que es la pieza final que le falta al ex entrenador del Porto, Inter y Real Madrid, para armar el rompecabezas demoledor que le cambie a su equipo el status de aspirante al título por el de Campeón de la Premier League. Porque observe el atento lector que el controversial portugués está convencido que si en su momento hubiera llegado el tal "9" al club, los "blues", sus "blues", estarían ahora mismo al tope de la tabla.

El dichoso problema del Goleador Azul, un auténtico Príncipe Azul de la ilusión para los hinchas, comienza en 2012 cuando Didier Drogba les regala la Champions League y se va del club. Ya habían pagado 50 millones de libras a Liverpool por un Fernando Torres a quien aún continúan esperando, mientras que el senegalés Demba Ba, un fenómeno en el Newcastle, prácticamente se echó a dormir la siesta sobre el blando césped de Stamford Bridge. Para peor "Gran Mou" le erró como a las peras cuando tuvo la horrenda ocurrencia de prestar dos veces al belga Romelu Lukaku, una al West Bromwich Albion y la otra al Everton, donde el moreno luce actualmente sus condiciones.

Para resolver esa crisis goleadora hay solamente tres candidatos en la lista. No son baratos ni por asomo, se sabe, es más, el todopoderoso Roman espera que le pidan no menos de 40 millones de libras por cualquiera de ellos, pero son los únicos que le llenan el ojo al exigente portugués. Ellos son Mario Mandzukic del Bayern Munich de "Pep" Guardiola, Diego Costa del Atlético de Madrid, actual competidor por el Botín de Oro de Europa, y el viejo amor "blue", el uruguayo Edison Roberto Cavani Gómez, del París St. Germain.

Aparentemente los tres llenan el identikit del goleador que le viene al pelo al estilo del entrenador lusitano: que hagan goles, obvio, pero que también los creen y que trabajen duro en la cancha. Casi nada pide el hombre, aunque si Cavani resulta el elegido, son los uruguayos quienes le rogarían a Mourinho que no ponga al de Salto a rastrillar toda la cancha, como actualmente hace el entrenador del PSG, Laurent Blanc.

Tranquilidad, porque hace muy poco el portugués le pasó un responso nada menos a una de sus figuras estelares, el belga Eden Hazard. Le dijo: "estás acá para marcar, pero para marcar goles, no rivales". El rezongo es esperanzador, quizás para "Gran Mou" el trabajo duro que pide para su "9" preferido, se limite a pelear pelotas en la zona quemante, el área rival y sus alrededores, sin necesidad de tirarse a los pies de los rivales jugando como número "4", no?

Edi Cavani, al frente de sus hordas napolitanas, le había dado una paliza inolvidable en el San Paolo al Chelsea de André Villasboas, en partido de ida por la Liga de Campeones. Allí comenzó el romance, pero la venganza de Stamford Bridge fue cruel, la humillación peor aún y los celestes del sur de Italia quedaron por el camino. El tren corría raudo rumbo a Euston, una de las estaciones más multitudinarias de Londres. La periodista de El País Silvia Pérez, iba en él como primera parte de su conexión rumbo a la casa de amigos uruguayos en Watford, ciudad limitante con la capital por el noroeste, donde pasaría la noche antes de enfilar al día siguiente hacia Liverpool, con Luis Suárez como objetivo de su siguiente nota. Venía de cubrir precisamente ese Chelsea vs. Napoli en Stamford Bridge, así que pudo captar fácilmente los diálogos de algunos hinchas visitantes que viajaban en el mismo vagón. Hablaban de Edison Cavani, claro está: "se va a Chelsea, ya tiene todo arreglado, no has visto que hoy no hizo nada?

No era verdad por supuesto. Ni Cavani, ni el "Mota" Gargano ni nadie del Napoli habían pisado esa noche el verde de Stamford Bridge, fueron sólo espectros, pero el romance entre el goleador y los "blues" de Londres ya estaba instalado, por lo cual esa crítica mordaz y típicamente latina de los napolitanos, obedecía a lo que ellos creían que era un hecho consumado.

Después no se dio y el formado en Danubio fue a parar a la "Ciudad Luz". Ahora el periodista Rob Beasley de The Sun, revive el viejo idilio en las páginas 58, 59 y 60 de la edición papel del matutino londinense.

El título es: "José: mis dos cuadros para ganarlo TODO". A la derecha, en el equipo que el periodista rotula como "B", el "9" es Fernando Torres. A la izquierda del título, en la formación que Beasley asegura que es el once "A" de Mourinho, el "9" es el uruguayo Edison Cavani.

Si aparentemente el de Salto lucha con Diego Costa y con Mario Mandzukic para "coronarse" como el futuro goleador que llevará a Chelsea de la mano al título de la Premier League de la próxima temporada, el periodista de The Sun se decantó solito por uno de ellos: Roman Abramovich y José Mourinho descargarán toda su artillería pesada -y vaya si lo es- sobre París: esta vez no van a permitir que su viejo amor caiga en otros brazos.

Nota del Redactor: Han pasado 4 días desde la publicación de esta nota. Hoy los uruguayos tienen que soportar  que Gabriel Batistuta, aquel gran goleador argentino, uno de los últimos con real jerarquía por cierto, diga muy suelto de cuerpo que en su opinión Gonzalo Higuaín, el hoy centrodelantero del Napoli de Italia, es un jugador mucho más completo que Edison Cavani, porque baja a recuperar el balón y se sacrifica por el equipo y que además era titular en Real Madrid.
Con sus palabras Batistuta ha demostrado una ignorancia llamativa en el tema, que lleva a pensar que jamás en su vida ha visto jugar a Edison Cavani, ya sea en Napoli, PSG o la propia selección uruguaya. Y también queda muy claro que nadie mejor que él puede dar más en la herradura que en el clavo, al menos en este asunto, no?
Porque salta a la vista que el argentino, para darle para adelante a su compatriota o por el motivo que fuere, empleó el argumento que más se opone a la realidad de la situación. Si hay algo que el de Salto tiene, además de ser un goleador empedernido, insaciable, es un espíritu de sacrificio impresionante, conmovedor. Cavani puede bajar en la cancha hasta tirarse a los pies de un delantero rival jugando como lateral derecho o izquierdo, despejar un balón en la línea de su arco o en el punto penal de su propia área y en la recarga, anotar el más espectacular de los goles.
Amigo Batistuta, está bien que le dé para adelante a su coterráneo, pero al menos elija un argumento que no lo haga quedar en ridículo. Y sabe por qué? Porque su propia trayectoria no se lo merece mi amigo!