Con toda pompa, con bombos y platillos, Everton anuncia al languidecer la semana la llegada al club de Leandro Rodríguez, goleador uruguayo procedente de River Plate de Montevideo. La televisión inglesa informa que el joven de 22 primaveras conquistó 19 goles en 71 partidos y que el contrato que firmó con los antiguos rivales clásicos de Luis Alberto Suárez, rige nada menos que hasta 2019. El futbolista lleva casi una semana en Inglaterra, pero las conversaciones se extendieron un poco más de lo previsto y la contratación recién se concretó definitivamente en la tardecita del jueves 27 de agosto. En este caso no se ha divulgado, contrariamente a lo que es usual y hasta natural en estas Islas, el monto total de la operación, con sus habituales componentes, es decir, la suma que Everton pagó al darsenero, lo que se llevó el humilde contratista que participó en la transacción y lo que fue a parar a la cuenta del futbolista.
Muchas horas antes del anuncio oficial de los azules, su técnico, el ex-futbolista de Zaragoza Roberto Martínez, anticipaba ante las cámaras su opinión y su estado de ánimo luego de concretada la flamante adquisición: "Leandro es un joven talento con un don especial para el gol, lo cual no es sorpresa teniendo en cuenta que viene de Sudamérica, donde se produce una cantidad de goleadores casi increíble. Cuidado, no quiero meterle presión al chico con estas palabras, pero no puedo ocultar que estoy realmente entusiasmado con su contratación".
Curiosamente, el defensa Ramiro Funes Mori, procedente de River Plate de Buenos Aires y que llega lógicamente con más pergaminos que Leandro, aún está por arreglar su situación, ya que Everton está abocado a obtenerle el permiso de trabajo, obviamente algo clave para la firma del contrato. Este requisito es absolutamente innecesario en el caso del ex-darsenero, quien cuenta con pasaporte italiano y en consecuencia, es jugador comunitario, por lo cual evidentemente "corre con el caballo del comisario".
Sin embargo, el caso de Leandro Rodríguez puede ser la lastimosa reiteración de un apresuramiento que cometen los clubes uruguayos, desesperados por ver dinero fuerte en sus arcas vacías, los propios futbolistas y hasta sus respectivas familias, generalmente de extracción humilde y necesidades extremas, Por cierto que no sería la primera vez que llega a la Premier League una joven promesa, llena de esperanzas e ilusiones y termina frustrándose de la manera más triste y patética. Fervientemente, el autor de éstas líneas desea que éste no sea el caso de Leandro y que, por el contrario, el joven formado en la cantera darsenera, termine agujereando redes rivales y asombrando a propios y extranos con lo que Roberto Martínez llama "ese talento y don especial para el gol, factor que no debería sorprender porque Leandro viene de Sudamérica, una fuente inagotable de producción de 'strikers' (goleadores)"
ANTECEDENTES. Sebastián Coates llegó a Liverpool luego de haber obtenido con Uruguay la Copa América de 2011, humillando y sacando de su propio torneo a la selección anfitriona, Argentina, con la cual hasta ese momento flameaba, cual bandera perenne, una paridad increíble: 14 Copas cada uno. El corpulento zaguero jugaba en Nacional, uno de los grandes de la tierra de Artigas. Obtuvo torneos uruguayos y llegó hasta semifinales en una Libertadores. Culminó integrando el once titular celeste en esa Copa América tan especial y -la frutilla sobre la torta- fue designado como mejor futbolista juvenil de ese torneo, sencillamente la revelación.
Liverpool de Inglaterra, donde ya brillaba el gran Luis Suárez, le echó el ojo a Sebastián y el rubio defensa dejó a su Nacional y se vino a Anfield. Durante esa etapa nunca logró adaptarse al ritmo vertiginoso del fútbol inglés. Tuvo oportunidades, no demasiadas pero suficientes. Los delanteros le pasaban por al lado como jumbos y jamás pudo superar su lentitud natural, la misma que en Uruguay y hasta a nivel internacional, pero en Sudamérica, siempre había sabido disimular muy bien.
Se lesionó de consideración en un amistoso de la selección uruguaya y enseguida el entonces Sunderland de Gustavo Poyet, se lo llevó en préstamo. Hizo la recuperación pero luego, entre la falta de oportunidades que le dio el propio técnico oriental y la cruz de su lentitud, recién terminó siendo figura clave en los "Black Cats" en la recta final de la temporada cuando, ya con el holandés Dick Advocaat, quien inesperadamente hizo lo que no llevó a cabo Poyet y le dió carta blanca, apareció su calidad excelsa y fue determinante para que los del noreste de Inglaterra se salvaran del descenso.
El albor de la presente temporada lo tomó a contrapié nuevamente, pero en su descargo debe aclararse que simplemente no está consiguiendo escapar a la debacle de todo el equipo dirigido por el veterano entrenador del país de los tulipanes.
NAUFRAGANDO. Diego Arismendi llegó también desde el tricolor del Parque. En Stoke City Toni Pulis no le prendió la luz verde demasiadas veces que digamos, pero cuando jugó siempre naufragó en medio de la corriente vertiginosa de rivales que lo superaban constantemente. Pasó en préstamo a varios clubes de la Championship (2da. División del fútbol inglés), entre ellos el entonces Brighton de Gustavo Poyet. Pese a la supuesta ventaja de ser dirigido por alguien de su propio país, Diego naufragó una vez más, esta vez en las aguas heladas del Canal de la Mancha, frente a las costas de Brighton, por cierto el balneario más importante de Inglaterra. Volvió a Stoke donde aún reinaba Toni Pulis, quien llegó a incluirlo como lateral derecho en esa su segunda etapa de Premier League, hasta que el regreso a Nacional se reveló como único destino posible, algo inexorable e inevitable, luego de varias temporadas de fracasos y frustraciones. En el caso de Arismendi, hasta salió en la prensa inglesa -muy por arriba, es cierto, por lo cual debe tomársele con pinzas- que su modo de vida molestaba a los vecinos, agobiados por lo estruendoso de la música con la que pasaba sus horas libres. Profesionalmente lo de Arismendi en Inglaterra fue deprimente, pero en su favor debe decirse que aguantó como pudo esa situación durante muchas temporadas, con el consiguiente beneficio económico que ello le deparó.
MIMADO. Diego Forlán llegó a Manchester United muy jovencito, recién salido de la cantera de Independiente de Avellaneda. Vino como nene mimado de Sir Alex Ferguson, quien al principio lo colmó de oportunidades, al menos hasta que notó que el holandés Ruud Van Nisteroy comenzaba a brillar con luces propias y mostraba la continuidad en su juego y sobre todo en sus goles, que Diego no tenía. Las intermitencias en su rendimiento fueron alejando de Manchester al hoy futbolista aurinegro. Hacía mucho rato ya que Sir Alex no lo tenía entre algodones y, en cambio, Villareal lo acogió como a un héroe...y vaya si lo fue comandando el "Submarino Amarillo" y, mucho más aún, luego en Atlético Madrid, formando una dupla "asesina" con el Khun Aguero y regalándole con sus goles nada menos que una Copa UEFA a los "colchoneros".
GUILLERMO VARELA. Probablemente, aparte de Gustavo Poyet, que brilló en el Chelsea copero de los '90, o sea en otra época, con otro ritmo de fútbol, con otro estado de las canchas, con otro,,,todo- quienes más se destacaron en el fútbol inglés pudieron haber sido Walter Pandiani en Birmingham y Darío Silva en Portmouth, aunque sus peregrinajes por estas Islas, especialmente en el caso de éste último, fueron bastante fugaces. Marcelo Tejera hizo dupla allí con Darío, pero no logró adaptarse y regresó casi inmediatamente a Uruguay, aunque mucho tiempo después declaró públicamente que, respecto a su carrera, se arrepentía de sólo tres cosas: 1) haberse ido de Penarol; 2) haberse ido de Nacional y 3) haberse ido del fútbol inglés.
El 5 de junio de 2011 el destacado lateral derecho juvenil Guillermo Varela jugó y perdió ante Racing su primer y último partido que jugó en la Primera División de Penarol. En mayo de 2013 se lo trajo Manchester United. No recibió anestesia, le metieron el bisturí de apuro: "hala" (como dicen los espanoles) te vas al United!". Ni jugó, casi inmediatamente lo prestaron al Castilla, la filial del Real Madrid, desde donde no hicieron uso de la opción de compra y lo devolvieron como un paquete a los "Red Devils", donde se encontró con que tampoco tenía lugar y...ahí anda el pobre chico, vagando como un alma en pena sin que nadie sepa de él.
Y hay más casos, claro que los hay, pero sus aventuras en estas tierras fueron tan efímeras y volátiles, que escapan a la memoria de este periodista.
PLATAFORMA. Aparte de que nadie puede siquiera discutir que el de Luis Suárez es para Uruguay un caso muy especial, un fenómeno que puede darse una o, como máximo, dos veces por siglo, hasta él necesitó pasar por una Liga considerablemente inferior a la Premier, como plataforma inevitable antes de transformarse en uno de los ídolos más grandes de la historia de Liverpool. Y todavía, dentro de la Liga Holandesa, comenzó en un equipo realmente chico, como el Groningen, para recién después lograr la meta de llegar al histórico Ayax.
El caso de Gastón Ramírez es realmente patético. Llegó de triunfar "por muerte" en Bologna y, aún así, aún viniendo de una Liga relativamente fuerte como la Serie A italiana y habiéndose transformado en la contratación más onerosa del Southampton inglés, sus pobres actuaciones y sus lesiones continuas, no le dejaron otra opción a los populares "Santos", por entonces dirigidos por el argentino Mauricio Pochettino, que cederlo en préstamo al Hull City, entonces aún en la Premier League. Allí el panorama no cambió en lo más mínimo. Siguió asolado por lesiones musculares permanentes y, por más que el técnico Steve Bruce trató de darle los minutos que el fraybentino necesitaba, las dolencias del futbolista no le permitieron aprovecharlos. De regreso en Southampton, se lesionó otra vez ni bien comenzada la pre-temporada, cuando el actual entrenador, el holandés Ronald Koeman había decidido depositar su máxima confianza en su potencial talento. Ah!...y Gastón hasta perdió el tren de la convocatoria a la selección uruguaya. Hoy día, su futuro está sumido en la más profunda de las incógnitas.
Abel Hernádez, con un muy buen récord de goles en el Palermo siciliano, llegó a Hull City como la contratación más cara de los "Los Tigres" ingleses. Coincidió con el arribo de Gastón a dicho club y, si bien casi no padeció lesiones como el de Fray Bentos, le costó una barbaridad adaptarse a la Premier League y como consecuencia directa, Bruce le concedió muy pocos minutos en cancha. En los dos últimos partidos de Hull, ahora en la Championship (2da. División), convirtió dos goles que parecieron ser el comienzo de una dolorosa adaptación al fútbol inglés, pero el diablo metió la cola, así que poco antes de que esta nota fuera escrita, chocó con un rival y padeció un traumatismo severo de tórax que lo eliminó de la convocatoria para los amistosos de la selección.
El caso más reciente de un futbolista oriental que recaló en Inglaterra, más precisamente en el Middlesbrough de la 2da. División, pero recién luego de dejar la huella profunda de una trayectoria larguísima en La Liga espanola, es el de Christian Stuani. Para colmo, el iniciado en Danubio es prácticamente titular en la propia selección uruguaya del Maestro Tabárez, de modo que la base con la que llegó a la Championship inglesa, es realmente inmensa pero, sobre todo, muy sólida.
Escrita y leida esta nota y sus puntualizaciones, supongo que el deseo de un éxito enorme para Leandro Rodríguez en el Everton de Liverpool, es lo que reina en éste momento en el ánimo de todos los pacientes lectores. Leandro, esperamos fervientemente que te transformes en la excepción que confirma la regla...o, mejor todavía, que a partir de ti cambie la triste constante que reina para los uruguayos que vienen a jugar en el fútbol inglés.