"Ya no pienso igual, lo de Leicester hay que mirarlo en serio, me apuré". La frase pertenece a José Mourinho y fue vertida a la media poco antes de su cese como entrenador de Chelsea FC. El portugués se retractaba así de una declaración anterior a la prensa, en la que reconocía los méritos de Leicester City y de su técnico Claudio Ranieri, pero a la vez no le daba larga vida al tope de la tabla de la Premier League.
"Y colorín colorado, éste cuento se ha acabado". Sí, se ha acabado, porque aunque aún le queden tres partidos por jugar a la dupla que hasta la noche del lunes 25 de abril disputaba en un cabeza a cabeza el cetro de la liga inglesa, es irracional pensar que los azules de Leicester City no consigan en la suma de dichos lances, los escasos tres puntos que le restan para consagrarse como los mejores de una de las ligas topes del planeta.
El viejo cuento de "La Cenicienta" fue trasladado al fútbol muchas veces, pero cuando el zapato calzó más justo en el pie de la dama y se transformó por esa razón en la leyenda más grande del fútbol universal, fue en el épico "Maracanazo". Por debajo de esa página de oro y diamante que escribieron aquellos 11 leones vestidos de celeste, "La Cenicienta" reapareció muchas veces en el fútbol. Algunas -muchas, demasiadas para los intereses de los peces gordos- tuvieron como intérpretes a representantes del mismo país que escribió aquella historia en Rio de Janeiro, pero en otras, como la que ocupa éstas líneas, el zapato mágico calzó a la medida también en otros pies.
Presupuestos multimillonarios gobiernan a los clubes más encumbrados del fútbol mundial. Los jeques árabes compiten contra los empresarios rusos y nunca más que ahora el más popular de los deportes alcanzó la categoría de empresa sin chimenea, una de las más rentables porque detrás tiene el apoyo popular de millones y millones de fanáticos, un récord que jamás obtendrá inversión alguna en este planeta. Cada día que pasa la televisión vende fútbol como pan caliente y, a su vez, paga billones a las ligas más importantes de La Tierra. Muy lejos quedaron los tiempos en que los uruguayos escuchaban sin mucho convencimiento y con cierto escepticismo las reflexiones del Cr. José Pedro Damiani, gran creyente en el fútbol-empresa, todo un pionero en la materia, al menos en Uruguay.
Pero el fútbol es mágico, mucho más que el zapatito de "La Cenicienta", porque no es cuento, es una realidad tangible que viven "a full" millones de personas alrededor del mundo: lo disfrutan, lo sufren, lo respiran, lo paladean. Ningún otro deporte puede igualar al fútbol. Osado, insolente, rebelde hasta el límite más insólito, éste maravilloso deporte es capaz de "moverle la calavera" a los billones, a los billonarios, a los que, pese a poseerlo todo en lo material, resultan tan ingenuos como para creer que nadie en éste deporte podrá soplarles la dama jamás.
A esta epopeya de Leicester City en Inglaterra la miran de reojo y con mucho temor los quataríes propietarios de Manchester City, cuyos compatriotas llegaron a comprar la organización de un Campeonato Mundial, el que se realizará en 2022 y el cual -inexplicablemente- no tiene marcha atrás pese a la "limpieza" que el mismísimo FBI realizó a todos los niveles de la FIFA. Con sus billones, pero llevando también a cuestas su ignorancia en materia de fútbol, los jeques publicitaron por anticipado y en plena temporada, la contratación de Joseph Guardiola, una vez finalizado el contrato de Manuel Pellegrini en junio próximo.
Días atrás el chileno reconocía que esa jugada sucia y absolutamente inoportuna, aunque él tuvo la delicadeza de no adjetivarla de esa manera, había redundado claramente en perjuicio del rendimiento del equipo, ya que muchos futbolistas estaban inquietos por su futuro luego del advenimiento del técnico catalán. Curiosamente, mientras el City retrocedía a pasos gigantes y resignaba con mucho anticipo el título de campeón de la Premier, por contrapartida avanzaba hasta llegar a semifinales de la Liga de Campeones.
"La Cenicienta" apareció en Leicester y el zapatito le quedó a la medida. Ahora los jeques quataríes propietarios del Manchester City tiemblan ante la posibilidad latente de que el calzado le quede también como pintado en el caso de los celestes del norte de Inglaterra.
Visto y analizado el excesivo respeto lindante con el sometimiento que mostraron los "citizens jugando de locales ante un Real Madrid al que le faltó su principal estrella, el portugués Cristiano Ronaldo, resulta casi imposible imaginarlos en la final de la "Champions" y, más irrealizable aún, como campeones del magno torneo clubista europeo. Pero y si, como tantas veces sucedió, "La Cenicienta" mete de nuevo su zapatito y los celestes se quedan con la Liga de Campeones bajo la batuta de Manuel Pellegrini, éstos jeques, dónde se meterán al gran "Pep"? Ay con "La Cenicienta"! Quién la mandó llamar?