Poco o mas bien nada se escribe o habla usualmente sobre Uruguay en Gran Bretaña. En las raras ocasiones en que ello sucede, los actores son casi siempre los futbolistas de renombre que ha dado la rica historia del balompié del pequeño país que, como muy bien reza el artículo del matutino The Guardian que da origen a esta nota, completa el papel de "sandwich" entre los dos gigantes de América del Sur, Argentina y Brasil.
El jugoso reporte de este jueves 25 de junio de 2020 da cuenta que el grueso de la pandemia del Covid19 se centra de momento en Sudamérica, pero que en medio de la vorágine de casos que asolan el continente, dos pequeños países, Uruguay y Paraguay, emergen victoriosos sobre esta fuerza del mal que hoy castiga sin piedad al planeta y que resulta sólo comparable a aquellas pestes que en lejanas épocas pretéritas devastaban a La Tierra y la "limpiaban" de sus habitantes en un abrir y cerrar de ojos.
Uruguay y Paraguay son sin embargo muy disímiles según esta publicación, tanto que mientras el país rioplatense "es un enclave progresista con el índice de pobreza más bajo de América Latina, la tierra guaraní muestra una pobreza estimada que va desde un 30 a un 50% y está castigada con un grado de corrupción por demás importante". El punto en común que hoy ostentan ambos países es, atendiendo a la visión de The Guardian, que los dos "han mantenido la proporción de muertes por Coronavirus sorprendentemente baja, pese a la frontera terrestre que los separa de -o los une con- Brasil, el país con mayor número de decesos por la pandemia en el mundo, tanto que la nación que preside actualmente Jair Bolsonaro, se acerca inexorablemente a las 60.000 muertes por el virus".
Según el matutino londinense, de clara y conocida extracción laborista y por ende franco opositor del gobierno de Boris Johnson, Uruguay zafa de la corrupción endémica y de la lucha política sucia, factores ambos que "han sido la plaga de la mayoría de las demás naciones latinoamericanas en las décadas más recientes y, en cambio, pasó sin dolor de una administración de centro-izquierda que duró 15 años a otra de centro-derecha, con Luis Lacalle Pou como Presidente, que hasta ahora ha mantenido los avances sociales conseguidos por la anterior gestión".
"Los uruguayos pueden agradecer a su larga historia de políticas sociales progresistas, incluyendo una extensa cobertura sanitaria así como el 100% de acceso al agua corriente, ambos factores claves para la contención del virus", dice The Guardian, para agregar que el país está reabriendo gradualmente sus escuelas y shoppings, aunque aplicando la distancia social indispensable, usando máscaras y desarrollando una política de testeos masivos.
La nota enfatiza que la reducción del contacto físico no ha sido algo sencillo "en un país donde los besos y los cálidos abrazos son la manera 'standard' de saludar y en el cual el compartir el mate, pasándolo en rueda de amigos y en familia, quienes sorben el contenido de la misma bombilla metálica, es algo profundamente arraigado en la cultura nacional".
Según el matutino de la capital británica "el chequeo en Uruguay es tan agresivo que el país está cuarto, detrás de Nueva Zelanda, Australia y Tailandia en el número de tests producidos con cada caso confirmado de Covid19, totalizándose 1.610 tests por cada caso nuevo". Asimismo la publicación enfatiza que, por comparación, Estados Unidos y el Reino Unido realizan sólo 52 y 21 tests respectivamente, por caso confirmado del virus.
Agrega The Guardian que Uruguay no se contentó con testear solamente a los contactos mantenidos por las personas contagiadas, sino que "envió equipos especiales a ciudades elegidas al azar y a sectores laborales críticos como el de la construcción, realizando hasta ahora más de 57.000 tests, aproximadamente el 1.6% de su población de 3:500.000 de habitantes".
"Con 882 casos positivos de Covid19 desde que el virus ingresó a la nación el 13 de marzo último, el suceso de Uruguay gana, por ejemplo, en la comparación con Nueva Zelanda porque no cuenta con la ventaja de ser una isla rodeada del vasto océano", dice la publicación londinense, para agregar que "en cambio esta pequeña nación es como el centro de un sandwich, enclavada justamente entre los dos países más grandes de Sudamérica, Brasil y Argentina, donde los números de casos positivos del virus son impresionantes". A este respecto el reporte se explaya en que la gran preocupación del gobierno y del uruguayo común es el caso de la ciudad de Rivera, cuyo límite con la brasileña Santa Ana do Livramento "es sólo imaginario, ya que la división es solamente la parte central de una simple avenida, lo cual no es obstáculo alguno para que los 170.000 uruguayos y brasileños que las habitan, crucen de un lado al otro diariamente para trabajar, hacer compras o visitar familiares que residen en el otro lado".
Hasta acá la nota de The Guardian. Claro que resulta por cierto indispensable que, cual apéndice de la misma, haya que agregar que, si bien todo apunta a que internacionalmente se reconoce el esfuerzo y el tacto de las autoridades uruguayas a la hora de enfrentar una pandemia tan cruel como desconocida, la baja densidad de población de la casi totalidad de las ciudades uruguayas, exceptuando a la capital Montevideo, es también un factor clave que, unido a la eficiencia que han mostrado en este caso las autoridades y a la colaboración de la inmensa mayoría de la gente, también jugó su propio partido en este trance crucial.