lunes, 30 de octubre de 2023
HASTA SIEMPRE JORGE
ON FIRE
domingo, 8 de octubre de 2023
POR UNA CABEZA
Arsenal le ganó en la hora a Manchester City en Londres y así le robó la punta de esta edición de la Premier League, que ahora comparte con Tottenham Hotspur, su eterno rival del norte de la capital británica, que el sábado derrotó como visitante al recién ascendido Luton Town.
Los técnicos Mikel Arteta y "Pep" Guardiola, en otra época discípulo y maestro, respectivamente, en el ahora Campeón de Europa, jugaron, de principio a fin, un auténtico partido de ajedrez dentro de una cancha de fútbol. Ambos estudiaron cada movimiento de su rival, adaptando cada dibujo de sus oncenas a lo que hacía o dejaba de hacer su contendor.
Se vió así un partido casi programado por computadora, en el cual el factor sorpresa, el cambio de ritmo y el jugársela arriesgando en incursiones verticales, fueron los grandes ausentes en el Emirates Stadium. El resultado fue que ambos decepcionaron a quienes esperaban el ritmo de vértigo y la intensidad propias de dos grandes de la Premier League.
Sólo un gol podía romper el tedio y los rígidos esquemas, pero cuando el mismo llegó a los 86', ya era tarde para desnudar la audacia, de modo que propios y extraños supieron que la conquista de Gabriel Martinelli sentenciaba el duelo a favor del local. Igualmente el ingreso del extremo brasileño tras el descanso, regresando tras una lesión muscular, fue clave para mantener ocupada a la última línea visitante, siempre pendiente de sus piques y de su inquietud constante.
Y es que, además, el triunfo "Gunner" fue, literalmente, por una cabeza, la del pianista neerlandés (es profesor de piano) Nathan Aké. La jugada previa, una triangulación fuera de contexto con el trámite del partido, llegó desde el banco con la participación estelar del alemán Kai Havertz, el japonés Tomiyasu y el propio Martinelli, cuyo remate se desvió al pegar violentamente en la cabeza del lateral ex Watford y Bornemouth. Nunca se sabrá si Ederson llegaba a interceptar el remate de su compañero de selección, pero lo cierto es que por una cabeza el arquero brasileño quedó a contrapié.
Lo que siguió fue el gran festejo del Emirates y el enojo del goleador noruego Erling Haaland, quien apareció, rumbo al vestuario, insultándose con gente del local, pero en realidad claramente frustrado tras haber sido completamente anulado, desaparecido en acción, por la marca férrea del francés Saliba y del brasileño Gabriel Magalhaes, cancerberos implacables del goleador noruego durante cada segundo del choque de Londres.
ASISTENTE PERSONAL. Liverpool empató 2 a 2 de visita en Brighton y así perdió la oportunidad de quedar como único escolta de los nuevos punteros de la Premier League, Arsenal y Tottenham Hotspur.
Los de Jurgen Klopp habían remontado un 1 a 0 pero errores defensivos repetidos provocaron que el local igualara el partido e inclusive estuviera a punto de ganarlo. Afirmar que la defensa de Liverpool es un auténtico flan, es quizás la descripción más gráfica y adecuada para describir el caos reinante en esa parte del equipo de Anfield.
Puede decirse que Darwin Núñez hizo lo que pudo y que lo que pudo fue mucho realmente. Asistió a Mohamed Salah para el primer gol, habilitó al húngaro Szoboszlai previo al penal que derivó en el segundo gol del egipcio y tuvo parte activa en las principales acciones ofensivas de su equipo.
La prensa inglesa destaca que el uruguayo es el único futbolista de la Premier League cuyas cinco asistencias fueron destinadas a uno sólo de sus compañeros de equipo: Mohamed Salah. Como consecuencia de este hecho irrefutable, sería bueno que su crítico del momento, el ex goleador Michael Owen, conviniera que en el fútbol de hoy el trabajo de un delantero de punta, no es sólo meter goles.
Por lo tanto Mr. Owen debería entender que actualmente el balompié se ha vuelto más colectivo que nunca, por lo cual los goleadores también cumplen otras funciones, tales como presionar la salida de los rivales, marcar, relevar y también....asistir para que otros hagan los goles.
domingo, 1 de octubre de 2023
HISTORIA DE UN DESPOJO
Tottenham Hotspur, el nuevo, sin el gran Harry Kane, el del griego Ange Postecoglou y capitaneado ahora por el coreano Heung-Min Son, el de los goles y la sonrisa eterna, recibía al Liverpool de Jurgen Klopp, el del egipcio Mohamed Salah, el del colombiano Luis Díaz y...el del gran ausente de la tarde, el artiguense Darwin Núñez.
INJUSTIFICADO. El hecho de que este jueves Liverpool reciba en Anfield al ultra modesto Unión Gilloise por Europa League, no parece de ninguna manera una explicación ni siquiera medianamnte consistente para que el uruguayo, producto de una presunta rotación de plantel, quedara afuera de un choque en el que su club se jugaba el subir en solitario a la punta de esta edición de la Premier League.
Ganaron agónicamente los Spurs 2 a 1 pero no antes de que pasara de todo: expectativa, vibración, drama, tensión, errores arbitrales y horrores del VAR, atajadas de otro planeta del brasileño Alisson Becker que lo encumbraron como "Man of the Match" pese al infame y más que doloroso final que en el último segundo les cambió a los de Anfield Road hazaña por derrota.
DIRECTA. Pintaba para "partidazo" pero superó con creces esa calificación. A los 26 minutos el mediocampista visitante Curtis Jones vió la roja directa y por esta vez la decisión del VAR, instando a cambiar la amarilla original por la roja, la correcta. El de rojo fue a la pelota pero no llegó a ella y en cambio no pudo controlar el "envión" de su pie derecho que terminó sobre la tibia de Ives Bissouma. La fractura no llegó simplemente porque al recibir el "planchazo" la pierna del de Tottenham se desplazó hacia atrás evitando la palanca y...la tragedia.
Diez minutos tardaron los locales en aprovechar la situación. Richarlison desbordó, pasó al medio y Son mandó el balón al fondo de la red de Alisson. Quienes entonces creyeron que el partido era "cosa juzgada", se equivocaron de medio a medio. Faltando muy poco para el final del primer tiempo Luis Díaz, claramente habilitado, recibió, ganó en la carrera y cruzó la pelota que se metió junto al segundo caño del italiano Guglielmo Vicario, el nuevo arquero de Tottenham.
DESPOJO. Insólitamente el asistente levantó su banderín marcando posición ilícita. Cuando millones de espectadores en el mundo esperaban la rectificación del VAR, la sorpresa fue mayúscula ya que el oficial a cargo avaló la anulación del gol. El tema fue aún más allá, porque con el correr de los minutos ni siquiera se mostró, como es usual, el trazado de las líneas, tanto que tuvo que ser la propia televisión inglesa la que, con trazado propio, desnudó el terrible error cometido. Si se les cayó el sistema o qué fue lo que realmente sucedió, al momento de escribir esta nota no se ha hecho público.
EMPATE. Claro que Liverpool, fiel a su historia, se negaba a entregarse. Ya en los descuentos del primer tiempo el neerlandés Cody Gakpo, sustituto de Núñez, tras eficaz media vuelta, decretó el empate, pero enseguida quedó comprobado que no era su tarde ni la tarde de su equipo. Apenas apoyó la pierna tras el remate, Gakpo se sintió la rodilla y ya no pudo ingresar a disputar el complemento. Cuando todos esperaban el ingreso de Darwin por el lesionado neerlandés, Klopp hizo entrar al portugués Diogo Jota. Estaba más que claro que, con un hombre menos, el alemán necesitaba un futbolista que cubriera mucho espacio, un sube y baja permanente, una función mucho más apta para el movedizo luso que para un hombre de área como Núñez.
NUEVE. Para entonces el segundo tiempo transcurría entre los efímeros intentos de los Spurs y las atajadas monumentales de Alisson Becker. En el minuto 68 el árbitro Simon Hooper le mostró tarjeta amarilla a Jota por presunto foul de atrás: error. El taco del futbolista local pega en la rodilla del portugués que lo perseguía de cerca y ese contacto en plena carrera, le hace perder la vertical. Un minuto después el error pasa a ser de Jota. Esta vez efectivamente cometió una falta clara, de atrás, derribando a un rival que se le escapaba: segunda amarilla, roja. Liverpool se quedaba con 9 hombres y Darwin Núñez se quedaba vestido y sin visita, es decir, cambiado para entrar e intentar la super hazaña de llevarse los tres puntos del norte de Londres.
VESTIDO Y...Efectivamente el artiguense estaba al borde de la cancha, listo para irrumpir en el terreno de juego, cuando el luso se hizo echar tontamente. Obviamente en ese instante Klopp tuvo claro que la super hazaña no era ganar el partido para quedar líderes absolutos de la Premier tras la caída del invicto de Manchester City ante el Wolverhampton Wanderers. La super hazaña del 9 contra 11 ahora pasaba a ser el quedarse con el punto de oro que Liverpool, hasta ese momento, venía rescatando heroicamente, así que terminaron yéndose Salah, Díaz y hasta el propio Mac Allister para dar lugar a jugadores frescos que corrieran hasta lo imposible para mantener ese 1 a 1 transformado en preciado tesoro para la disminuida visita.
INFAMIA. De nada le valió el esfuerzo titánico a Liverpool y a su rica historia: no era su tarde. Cuando todo terminaba y el objetivo estaba a nada de lograrse, en el minuto 96, el buscapié de Kulusevski encontró el pie del camerunés Matip, en vano intento de rechazo, y la pelota terminó en el ángulo superior izquierdo del arco de Alisson. Infame para Liverpool, por lo poco o nada que faltaba para el final, por la forma en que llega el gol, pero por sobre todo por los horrores arbitrales y del Video Arbitraje que lo fueron sentenciando a la silla eléctrica mucho antes de la descarga final.