Se va el partido y el cero se ve más inamovible que nunca, Liverpool parece haber caído presa del clásico aflojamiento que sigue a toda gran conquista. Los de Klopp no pueden con los de Nuno. Nottingham Forest les está haciendo la vida imposible. Dos puntos y el liderazgo parecen estar quedando por el camino.
Entonces llega el minuto 99 con ese corner desde la derecha. Tras rebotes varios y una salida suicida de un defensa local la pelota le cae a Alexis Mac Allister, justo al más talentoso, vaya mala suerte la del Forest. Como primera medida el argentino levanta la cabeza, es que no quiere tirar un "centro a la olla", a lo que salga: no es algo propio de su talento. Es así que ve a un tal Núñez esperando en el área con voracidad, ansioso y hasta hambriento. Entonces ese argentino con apellido escocés traza líneas, mide y finalmente manda el balón por aire directo a la cabeza del goleador.
Darwin salta lo justo, estira su cuello tipo jirafa, gira su cabeza de derecha a izquierda y le da a la pelota con el parietal en forma tan justa y precisa que el cuero se mete abajo, bien pegadito al caño derecho del arquero Sels, quien no tiene tiempo de ensayar defensa alguna, así que paradito, bien quietito, sólo puede mirar de reojo como se le escapa el punto a su equipo en apenas un suspiro.
LOCURA. La locura del festejo sólo puede compararse a la del domingo anterior en el mítico Wembley, cuando el cabezazo del capitán Virgil Van Dijk significó partido y EFL Cup para los de Klopp. Darwin corre como un poseso hacia el rincón donde hasta ese instante sufría lo indecible la hinchada visitante, patea la estática casi con furia, grita y grita, no para de gritar mientras el juvenil Dann se le cuelga a caballito y su gran amigo Luis Díaz forcejea para llegar hasta el artiguense, mientras a todo esto los guardias de seguridad procuran que los futbolistas no se pasen a la tribuna ni los enfervorizados hinchas salten a la cancha.
Segundos más tarde todo ha terminado y el abrazo interminable del goleador con Jurgen Klopp habla por sí sólo: Liverpool ha conservado el liderazgo de la Premier League por una fecha más. Y más allá de comparaciones improcedentes y siempre odiosas, digan lo que digan los pocos detractores que le quedan a Darwin, los famosos "Reds" han encontrado otro goleador del litoral uruguayo capaz de hacerlos llorar de alegría.
SUSTO. Antes de esas escenas de euforia desenfrenada, el susto había sido grande. Es que Liverpool arrancó el partido "dormido" y quizás todavía evocando sueños felices, flotando en una nube tras aquella agónica conquista de la EFL Cup ante el Chelsea de Mauricio Pochettino. El Forest, ni lerdo ni perezoso, captó enseguida esa especie de "relax" que se apoderó del gran rival que lo visitaba y entonces se lanzó a fondo, al todo o nada desde el comienzo del encuentro. Así fue que Elanga, Origgi y Hudson-Oddoi tuvieron su oportunidad, pero cada uno de ellos terminó fallando en el momento de definir.
Mientras tanto Liverpool crecía de a poco, sobre todo al ritmo de un Mac Allister que al final terminó mandándose tremendo partido. Apenas ingresó desde el banco de relevos, Darwin mostró el cartel de "Peligro" con un par de llegadas a fondo, aunque sin fortuna. Al final lo liquidó: de cabeza puso el único gol del choque y aseguró que su Liverpool siguiera a la cabeza de la tabla.
CITY. Un esplendoroso Phil Foden, con un doblete espectacular, y el implacable Erling Haaland, aprovechando una gruesa falla del recién ingresado Amrabat, hicieron que Manchester City le remontara el super clásico a un Manchester United que había madrugado con un golazo de Marcus Rashford. En aras de mantener la ventaja conseguida, en ese primer tiempo el camerunés André Onana atajó absolutamente todo lo que le llegó, que fue mucho por cierto. En el complemento el local City, como ya es costumbre, se hizo incontrolable y sus triangulaciones y llegadas significaron demasiado para Onana y sus muchachos, así que el 3 a 1 final fue fiel reflejo de lo visto en el "Etihad Stadium".
De esta forma el cabeza a cabeza de la Premier sigue inamovible, es decir, un solitario puntito continúa separando al líder Liverpool de su escolta Manchester City. Dicho de otra manera, los dos monstruos del fútbol inglés remontaron sus respectivos choques y entonces todo sigue igual al tope de la tabla, claro que con el Arsenal de Mikel Arteta siempre pisándoles los talones desde la expectativa que le regala un muy bien ganado tercer lugar.
BENTANCUR. Tottenham Hotspur terminó en los minutos finales con un incómodo y muy motivado Crystal Palace, que se había adelantado en el marcador a los 59' luego del único error que cometió Rodrigo Bentancur en los minutos que estuvo en la cancha.
El "Lolo" había movido los hilos como siempre, ya que se sabe que es un titiritero de primera metiendo pases entre líneas o abriendo el juego a las bandas, pero sobre todo organizando a su equipo. Todo eso el de Nueva Helvecia lo condimenta con una marca eficaz y relevos puntuales en todos los sectores, pero sobre todo cuando el "Cuti" Romero se manda al ataque, tal como le encanta hacerlo al zaguero internacional argentino.
FALLA. Sin embargo al uruguayo lo sigue persiguiendo la mala fortuna: en el minuto 58, tras la única mala entrega que efectuó en el partido, se vió obligado a cometer una falta al borde del área de Tottenham Hotspur. Las cosecuencias fueron todas adversas para el ex Juventus y para su equipo. A la obvia tarjeta amarilla que mereció Bentancur, le siguió una magistral ejecución de Eze que significó el 1-0 para la visita y también la inmediata sustitución del uruguayo por Brennan Johnson.
REMONTADA. Resultó que Johnson terminó siendo decisivo para la tremenda remontada de los Spurs. Peleó una pelota que estaba perdida, la robó, volvió a "morderla" como pudo y la puso en el área para que Timo Werner "la soplara" hacia la red. Poco después el talentoso James Madison apuntó directo a la cabeza del argentino Romero y la "peinada" del zaguero terminó con el balón durmiendo en el fondo del arco visitante.
Crystal Palace estaba "groggy", así que Brennan Johnson volvió a rescatar la pelota para regalársela al implacable Heung Min Son y al surcoreano ya no lo pudieron cazar más, de modo que todo terminó en una perfecta definición para el 3 a 1 final.
VILLA. Aston Villa sufrió lo indecible para mantenerse en su preciada cuarta posición. Con un implacable Olie Watkins pareció "comerse crudo" al local Luton Town. El 2-0 inicial, producto de un centro delantero que lucía en su máxima expresión, tenía fea pinta para el dueño del predio. Sin embargo en el complemento el benjamín mostró de nuevo lo complicado que es jugar en su estadio para el visitante.
Alcanzó el empate y hasta estuvo a punto de seguir de largo pero en cambio, en el minuto 89, un letal frentazo del francés Lucas Digne le hizo morder el polvo de la derrota, todo para que los "villanos" se mantengan a flote en ese dichoso cuarto lugar, último de la tabla de Premier que clasifica nada menos que a la Liga de Campeones de Europa.