viernes, 30 de abril de 2021

CAVANI, EL CORAZÓN DE MANCHESTER UNITED

 El toque magistral de "El Matador", artístico, con un toque artesanal, dejó al portugués Bruno Fernandes con la "picadita" cantada delante del arquero de la Roma. Nueve minutos y nada más para que el Manchester United, por obra y gracia de Paul Pogba, Edison Cavani y y el mismo Bruno, se pusiera a mandar en su "Teatro de los Sueños". 

Lo curioso fue que ese acto inicial de la obra, casi con el telón a medio levantar, pareció luego haber quedado en un espejismo tras los horrores de la retaguardia local y la rápida remontada de los italianos, cosechada prácticamente en un abrir y cerrar de ojos. Un 2 a 1 parcial que no se entendía porque, por otro lado y más allá de haber aprovechado con un cien por ciento de efectividad las gentiles facilidades otorgadas por el anfitrión de la fiesta, la Roma no conseguía disimular una fragilidad que, cuando el dueño del predio cargó las baterías en el descanso, tras reponerse de la sorpresa de la remontada, dar vuelta el partido y sentenciar la serie, fue como soplar y hacer botella.

ANTOLOGÍA. El salteño no los dejó ni respirar. Los romanos no habían dejado atrás aún el ahogo del primer pique del complemento. El uruguayo comenzó y terminó maravillosamente una jugada de antología y empleando una definición muy propia de su estilo, colgó la pelota en el ángulo para empatar el partido casi antes de respirar. A los 19 minutos el de Salto andaba dando vueltas cerca del arquero rival mientras olfateaba a su víctima, con muchas ganas de aplicarle su segunda estocada. Estaba en esas cuando el cuidavallas rechazó con mucho esfuerzo un remate cruzado del lateral Wan Bissaka, sólo para que Cavani se cobrara en efectivo su siguiente conquista.

El 3-2 ponía las cosas en su sitio pero tenía gusto a poco porque en el verde la superioridad del local y sus armas letales personificadas en Paul Pogba, de partido simplemente espectacular, Bruno Fernandes, con su talento siempre a flor de piel y un tal Edison Cavani, cebado como un tigre y por tanto siempre sediento de nuevas víctimas, pronosticaban algo por lo menos similar al festín que luego se concretó y que los hinchas -hoy marginados- hubieran disfrutado a pleno.

Y entonces la fiesta se largó. La música sonó casi celestial. "El Matador" erró la rabona pero Chris Smalling, el ex-United, no pudo frenarse en su cierre desesperado y se llevó puesto el tobillo del goleador. Fue un penal de los que nunca se cobran pero esta vez árbitro y VAR acordaron otra cosa y entonces Bruno Fernandes no perdonó. El 4 a 2 era otro cantar, pero quizás esos dos goles de la Roma, aquellos tan lejanos anotados durante un ya olvidado primer tiempo, siguieron pesando para que el propietario del predio siguiera sin tener la menor consideración por la visita.

Y fue así que la fiesta continuó. El cocazo carente de toda piedad de Paul Pogba, luego de que Fernandes le pusiera el balón en la cabeza, hizo cantar lotería. La llave parecía sentenciada pero el local se dijo "ya que estamos..." y fue así que Cavani, en su quinta participación en el marcador, decidió meter su segunda asistencia, otra vez espectacular, nuevamente de galera y bastón, para que el recién ingresado Mason Greenwood decretara un 6 a 2 completamente imposible de remontar en el Estadio Olímpico de Roma.

Manchester United está en la final de la Europa League, porque sólo un cataclismo icomparable podría cambiar esa realidad. Había llegado el tiempo para los elogios. Esta vez el partidazo de Paul Pogba, moviéndose suelto y a su antojo sobre la izquierda de su ataque en lugar de integrar el doble cinco, lo erigió como "Hombre del Partido". Fue un gran acierto táctico del inteligente Solskjaer y sus consecuencias fueron directamente proporcionales al resultado del partido.

Owen Hargreaves y Paul Scholes, dos ex-Manchester United hoy integrantes del panel televisivo de la cadena BT Sports que televisa Champions y Europa League, dijeron que hoy Edison Cavani "es el corazón del ataque del United" y agregaron que "ningún otro atacante del club puede ofrecer lo que aporta Cavani". Scholes, además ex-capitán de los "Diablos Rojos", enfatizó que el uruguayo "es un centro delantero neto (an "all round centre forward") y agregó que "no estoy nunca seguro de si Rashford, Martial y Greenwood cumplen con la función de un centro delantero auténtico". Enfatizó que "ahí adentro (en la cancha de Old Trafford) vimos un centro delantero real. Cavani lidera y hace que los otros jueguen". Finalmente terminó diciendo: "dos goles brillantes, con una definición de película el primero colocándola en el ángulo y el segundo, una anotación de pescador. Debe estar un poco apesadumbrado por no haber llegado al "Hat Trick" (3 goles), pero tuvo una actuación espectacular".

Por su parte el ex-mediocampista Hargreaves apuntó que "fue una performance típica de un gran centro delantero. Una exhibición que debe haber deleitado a los hinchas en sus casas, pero también es seguro que ahora estarán preocupados por el futuro del goleador (deseando retenerlo)".

Y justamente el Twitter se vió literalmente invadido por los hinchas de Manchester United. Las que siguen son sólo algunas de las expresiones vertidas: "simplemente lloraré si Cavani no firma un nuevo contrato"; "¡hagan que Cavani firme por favor! ¡Qué jugador, oh qué jugador!"; "Ole (Solskjaer) debería encerrar a Cavani en el vestuario y no dejarlo salir hasta que firme el contrato".

Sinceramente no creo que el lector necesite más por hoy. ¿Cierto? 


  

 

lunes, 12 de abril de 2021

MAN OF THE MATCH

Así es como actúan los goleadores de raza cuando reciben un cachetazo. Se enojan mucho, tanto que toman impulso y se tiran de cabeza, en "palomita" hacia adelante y con la frente le pegan fuerte a la pelota para que se estrelle con violencia en la red adversaria. Ya está: el cachetazo ha sido devuelto con creces. El partido ha sido dado vuelta como una tortilla a la que ahora sólo cabe saborear lentamente. El festejo es a rabiar, sacando la bronca para afuera, apretando los puños y con el gesto tan fiero que asusta. Esta vez no hay lugar para el indio que, rodilla a tierra, tensa el arco y lanza la flecha. Esta vez a Edison Cavani, el salteño con pinta de charrúa, el del pelo largo y la vincha, lo habían provocado porque una acción desafortunada de un compañero sonó como un cachetazo en su mejilla y no en la del rival que en realidad lo recibió. Claro que Cavani lo devolvió como sabe hacerlo: castigando duro a la red adversaria.

Había sucedido a los 35 minutos del primer tiempo del choque entre el local Tottenham Hotspur y el escolta del líder Manchester United. Por entonces en el norte de Londres aún reinaba el 0 a 0 y el escocés Mc Tominay iniciaba una jugada que terminaría con un toque sutil del francés mundialista Paul Pogba y una centelleante aparición de Edison Cavani para tocar de zurda, cruzado, ante la salida desesperada de otro campeón del mundo, el arquero Hugo Lloris. Golazo fuera de toda discusión y por donde se lo mire. Eso pensó hasta el propio Mister Kavanagh, el árbitro del partido, al menos hasta que el VAR lo convocó a analizar el cachetazo que Mc Tominay le había propinado al coreano Son Heung-Min cuando éste intentaba quitarle la pelota en el citado inicio de la acción.

Cuando un futbolista lleva el balón siempre intenta protegerlo a como dé lugar y para ello utiliza todos los recursos posibles, de modo que la pose de "soldadito", con los brazos rígidos e inmovilizados en estricta posición vertical, no tiene cabida posible en el fútbol. Claro que de ahí a tirarle al rival un cachetazo -inútil, absurdo, tonto, irracional- hay un abismo. La estrella de los Spurs colaboró montando una estupenda obra de teatro, tomándose la cara y lanzando un alarido espeluznante, como si le hubieran clavado un puñal en el ojo. Cuando luego de consultar el monitor Mister Kavanagh decidió que debía anularse el gol de Cavani, la frustración fue mayúscula y el enojo de todo Manchester United fue monumental. La realidad indica que el cachetazo deliberado existió y que al árbitro, tras observar la acción en el monitor, no le quedó otra opción que anular la jugada y con ella el gol de Cavani. Es más, era la segunda tarjeta amarilla para Mc Tominay. Al escocés se le terminaba el partido y seguramente era el fin también para su equipo. Sin embargo Kavanagh le "perdonó la vida" al escocés y a Manchester United.

Los ánimos caldeados no se habían atemperado cuando 5 minutos después justamente el mismo Son aprovechó una desconcentración inexplicable del fondo rival para poner el 1 a 0. Un minuto después de la conquista llegó la amarilla para Cavani quien, claramente ofuscado, le reprochó duro a un rival por teatralizar. El horno no estaba para boyos y eso estaba claro por demás. Al final del primer tiempo el capitán Harry Maguire y varios de sus compañeros acompañaron al árbitro hasta la boca del vestuario, mientras le protestaban airadamente la anulación del gol del uruguayo.

Quizás el propio enojo fue uno de los factores que explican el ímpetu con que la visita encaró el complemento desde el mismo arranque. "El Matador" estaba decidido a hacerle honor a su apodo, así que a los 57 minutos, tras una buena acción colectiva, el remate a quemaropa del salteño fue rechazado a medias por Lloris, sólo para que el brasileño Fred tomara el rebote y mandara el balón al fondo del arco local. Parte del trabajo estaba hecho pero era sólo el aperitivo: faltaba el plato principal.

Doce minutos más tarde llegaría el centro-pase del portugués Bruno Fernandes, una genialidad de las tantas que el lusitano atesora en su repertorio. Seguiría la "palomita" de Edison Cavani, el frentazo inapelable y la impotencia de Hugo Lloris para evitar lo inevitable. El partido se había dado vuelta. Había tiempo aún para que Cavani salvara a su arco con una "peinada" providencial que, paradojalmente, terminaría con la pelota dando en el caño derecho del arco del joven arquero Henderson porque la suerte a veces, aunque no siempre, ayuda a los "buenos", a los que dejan el alma y algo más en su profesión.

Al final vendría el gol de Mason Greenwood para sellar la victoria visitante con un 3 a 1 inapelable, pero mucho antes el sobreimpreso de "Man of the Match" había aparecido bajo la toma de primer plano de "El Matador". El final encontraría a Edison Cavani abrazado por todos sus compañeros, quienes le bloquearían el camino hacia el vestuario con mucho mayor suceso que los defensas de Mourinho antes de bajarse el telón de una tarde memorable para el salteño.

Después llegaría el momento de afinar el oído para endulzarse con los elogios de todo tipo y color de parte del "staff" de la cadena Sky Sport. Como que el ex-internacional de República de Irlanda e ícono de Manchester United, Roy Keane, decía que "para mi Cavani es el mejor (9) del mundo. Nadie domina el panorama de área como él, sus movimientos son asombrosos y casi imposibles de controlar". En términos muy similares se expresaba otro ex futbolista de los "devils", Gary Neville quien, además, se lamentaba porque los hinchas no pudieran disfrutar en vivo del despliegue y de los goles de Cavani. "¡De lo que se están privando los fans!" exclamaba el ex-lateral inglés.

Si quedaban dudas, el glorioso domingo de "El Matador" las disipó. Manchester United insistirá hasta el cansancio para extender el contrato de Edison Cavani. Es ya noticia en Inglaterra que los "Red Devils" no dejarán campana sin tocar con tal de que el charrúa de la vincha y el pelo largo vista la laureada camiseta aunque sea una temporada más. Lo tienen y no quieren soltarlo y ni el propio Cavani, ni Boca Jrs. ni ningún otro club rioplatense la tendrán fácil, porque el Director Deportivo Ed Woodward y su comitiva tienen mucho para ofrecerle al uruguayo. Quizás demasiado para que un futbolista de 34 años lo rechace.