Había sucedido a los 35 minutos del primer tiempo del choque entre el local Tottenham Hotspur y el escolta del líder Manchester United. Por entonces en el norte de Londres aún reinaba el 0 a 0 y el escocés Mc Tominay iniciaba una jugada que terminaría con un toque sutil del francés mundialista Paul Pogba y una centelleante aparición de Edison Cavani para tocar de zurda, cruzado, ante la salida desesperada de otro campeón del mundo, el arquero Hugo Lloris. Golazo fuera de toda discusión y por donde se lo mire. Eso pensó hasta el propio Mister Kavanagh, el árbitro del partido, al menos hasta que el VAR lo convocó a analizar el cachetazo que Mc Tominay le había propinado al coreano Son Heung-Min cuando éste intentaba quitarle la pelota en el citado inicio de la acción.
Cuando un futbolista lleva el balón siempre intenta protegerlo a como dé lugar y para ello utiliza todos los recursos posibles, de modo que la pose de "soldadito", con los brazos rígidos e inmovilizados en estricta posición vertical, no tiene cabida posible en el fútbol. Claro que de ahí a tirarle al rival un cachetazo -inútil, absurdo, tonto, irracional- hay un abismo. La estrella de los Spurs colaboró montando una estupenda obra de teatro, tomándose la cara y lanzando un alarido espeluznante, como si le hubieran clavado un puñal en el ojo. Cuando luego de consultar el monitor Mister Kavanagh decidió que debía anularse el gol de Cavani, la frustración fue mayúscula y el enojo de todo Manchester United fue monumental. La realidad indica que el cachetazo deliberado existió y que al árbitro, tras observar la acción en el monitor, no le quedó otra opción que anular la jugada y con ella el gol de Cavani. Es más, era la segunda tarjeta amarilla para Mc Tominay. Al escocés se le terminaba el partido y seguramente era el fin también para su equipo. Sin embargo Kavanagh le "perdonó la vida" al escocés y a Manchester United.
Los ánimos caldeados no se habían atemperado cuando 5 minutos después justamente el mismo Son aprovechó una desconcentración inexplicable del fondo rival para poner el 1 a 0. Un minuto después de la conquista llegó la amarilla para Cavani quien, claramente ofuscado, le reprochó duro a un rival por teatralizar. El horno no estaba para boyos y eso estaba claro por demás. Al final del primer tiempo el capitán Harry Maguire y varios de sus compañeros acompañaron al árbitro hasta la boca del vestuario, mientras le protestaban airadamente la anulación del gol del uruguayo.
Quizás el propio enojo fue uno de los factores que explican el ímpetu con que la visita encaró el complemento desde el mismo arranque. "El Matador" estaba decidido a hacerle honor a su apodo, así que a los 57 minutos, tras una buena acción colectiva, el remate a quemaropa del salteño fue rechazado a medias por Lloris, sólo para que el brasileño Fred tomara el rebote y mandara el balón al fondo del arco local. Parte del trabajo estaba hecho pero era sólo el aperitivo: faltaba el plato principal.
Doce minutos más tarde llegaría el centro-pase del portugués Bruno Fernandes, una genialidad de las tantas que el lusitano atesora en su repertorio. Seguiría la "palomita" de Edison Cavani, el frentazo inapelable y la impotencia de Hugo Lloris para evitar lo inevitable. El partido se había dado vuelta. Había tiempo aún para que Cavani salvara a su arco con una "peinada" providencial que, paradojalmente, terminaría con la pelota dando en el caño derecho del arco del joven arquero Henderson porque la suerte a veces, aunque no siempre, ayuda a los "buenos", a los que dejan el alma y algo más en su profesión.
Al final vendría el gol de Mason Greenwood para sellar la victoria visitante con un 3 a 1 inapelable, pero mucho antes el sobreimpreso de "Man of the Match" había aparecido bajo la toma de primer plano de "El Matador". El final encontraría a Edison Cavani abrazado por todos sus compañeros, quienes le bloquearían el camino hacia el vestuario con mucho mayor suceso que los defensas de Mourinho antes de bajarse el telón de una tarde memorable para el salteño.
Después llegaría el momento de afinar el oído para endulzarse con los elogios de todo tipo y color de parte del "staff" de la cadena Sky Sport. Como que el ex-internacional de República de Irlanda e ícono de Manchester United, Roy Keane, decía que "para mi Cavani es el mejor (9) del mundo. Nadie domina el panorama de área como él, sus movimientos son asombrosos y casi imposibles de controlar". En términos muy similares se expresaba otro ex futbolista de los "devils", Gary Neville quien, además, se lamentaba porque los hinchas no pudieran disfrutar en vivo del despliegue y de los goles de Cavani. "¡De lo que se están privando los fans!" exclamaba el ex-lateral inglés.
Si quedaban dudas, el glorioso domingo de "El Matador" las disipó. Manchester United insistirá hasta el cansancio para extender el contrato de Edison Cavani. Es ya noticia en Inglaterra que los "Red Devils" no dejarán campana sin tocar con tal de que el charrúa de la vincha y el pelo largo vista la laureada camiseta aunque sea una temporada más. Lo tienen y no quieren soltarlo y ni el propio Cavani, ni Boca Jrs. ni ningún otro club rioplatense la tendrán fácil, porque el Director Deportivo Ed Woodward y su comitiva tienen mucho para ofrecerle al uruguayo. Quizás demasiado para que un futbolista de 34 años lo rechace.
Tal cual Álvaro. Así fue y si alguien tiene merecido que le vaya bien, es Edi. Te mando abrazo grande desde Uruguay. Carlitos Muñoz
ResponderEliminarflaco ,veo que te felicitan los grandes del periodismo deportivo,un abrazo y felicitaciones.
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