Manuel Ugarte simplemente descolló y fue un pilar fundamental en el nuevo Manchester United que el portugués Ruben Amorim se empeña en construir y que prácticamente apuñaló a su clásico rival, el hoy increíblemente vapuleado Manchester City, derrotándolo por 2 a 1 tras una remontada épica iniciada a los 87 minutos de juego, cuando el 1 a 0 a favor de los locales parecía inamovible.
El volante uruguayo estuvo brillante. Fue dueño y señor de su sector, obstáculo insalvable para el juego siempre fluido y complicado del local, agregando una precisión absoluta en los pases y sin dejar de aplicar oportunos cambios de frente e intentar el pase entre líneas cuando fue necesario. La unificación de esas virtudes está vistiendo al popular "Manu" con el traje de la personalidad que han lucido los mejores "5" del fútbol uruguayo. A esta altura Ugarte es una ficha inamovible en este Manchester United de Ruben Amorim, quien podrá reservarlo excluyéndolo en partidos de menor voltaje, pero jamás prescindirá de él en choques trascendentales.
Los "Red Devils" perdían el super clásico desde los 36 minutos, momento en que un furibundo cabezazo del defensa goleador, el croata Josko Gvardiol, dejó sin asunto al arquero Onana poniendo el 1 a 0 en el marcador e iniciando -supuestamente- el camino de una victoria harto imprescindible para los dirigidos por "Pep" Guardiola, castigados por una racha de caídas consecutivas a nivel local e internacional, que a esta altura realmente llama la atención por el carácter insólito del fenómeno.
CONSERVADOR. En realidad los llamados "citizens" estuvieron muy cerca, más que nunca en los últimos tiempos, de conseguir el ansiado objetivo de la victoria, tan largamente postergado. Simplemente puede decirse que, aunque parezca mentira, Guardiola cambió su propuesta y fue en cierto modo conservador, especialmente luego de lograr la apertura del marcador. Sin abandonar el precepto sagrado de la dichosa tenencia de pelota, no recurriendo tampoco al viejo y querido pelotazo, se vió claramente que el City se cuidaba y se cuidaba mucho. No se trata de que el "celeste" colocara la famosa "bañadera" frente al arco de Ederson, pero aún sin llegar ni por asomo a ese extremo, cerró filas en cada metro cuadrado de césped, entorpeció la salida del United y cortó circuitos en todos los sectores. Todo ese trabajo de obra con el overol puesto, esa precaución inusual, quitó preciosismo y hasta peligrosidad al juego del equipo, pero también anuló gran parte de lo que planificó Amorim para este crucial encuentro.
REMONTADA. A los 87 minutos el portugués Matheus Nunes se ocupó de cambiarlo todo; el hombre no pudo frenar su carrera y, dentro de su área, prácticamente "se llevó puesto" al marfileño Amad Diallo. El penal fue gigantesco, no ameritó revisación alguna del VAR ni nada que se le parezca, salvo la desesperación del propio Nunes, de Guardiola y de todo el "Etihad Stadium". Bruno Ferrnandes, quien no había tenido una buena tarde, esta vez no perdonó y castigó duro a Ederson. El empate ya era de por sí un tremendo castigo para el local, salvo que tras la reanudación un formidable pase aéreo de Lisandro Martínez terminó en un control espectacular de Diallo, quien en el mismo movimiento dejó yendo a hacer los mandados a Ederson y definió casi sin ángulo de tiro: remontada, 2 a l y todavía en los descuentos.
Fue una injección brutal para un comienzo que había sido vacilante de Ruben Amorim en Old Trafford y un pinchazo letal para un City que no termina de enderezarse y ve cada vez más lejana la chance de obtener el quinquenio. La desesperación de Guardiola y las caras de no entender nada de la gente en las tribunas fueron más expresivas que mil palabras.
CHELSEA. En otro partido memorable el nuevo Chelsea de Enzo Maresca se las vió tiesas en su "Stamford Bridge" para terminar doblegando -fue 2 a 1- al siempre complicado Brentford del danés Thomas Frank. Los "blues" pudieron golear, ya que a través de la intensidad de su fútbol que por momentos llega a impresionar, dispusieron de varias chances para hacerlo, pero no lo consiguieron y, en cambio, terminaron ganando con el agua al cuello, acosados por un rival que siempre da que hablar en cada uno de sus partidos.
ARSENAL. Entre los manotazos providenciales del arquero internacional Jordan Pickford y la tibieza de su juego, Arsenal dejó escapar en su propia casa un triunfo que se hacía indispensable para mantenerse "a tiro" en la carrera hacia el título de la Premier League. Con muy poco de su parte, el modesto Everton consiguió que el cero no se moviera en el marcador del "Emirates Stadium".
LÍDER. Darwin Núñez estuvo en la cancha del "Anfield Road" sólo los últimos 25 minutos pero con una fantástica asistencia para el segundo gol de su equipo anotado por Diogo Jota, resultó decisivo para el 2 a 2 final ante un Fulham muy bien dirigido por el portugués Marco Silva.
Con un partido menos jugado y pese al empate ante los del oeste de Londres, los del artiguense se mantienen como líderes absolutos, ahora seguidos a sólo dos unidades por el renovado Chelsea. El terrcer lugar es para Arsenal, que tras su nuevo "pinchazo" quedó a seis puntos de Liverpool, mientras que la cuarta plaza pertenece por ahora y tras derrotar por 2 a 1 al alicaído Aston Villa, al asombroso Nottingham Forest dirigido por el portugués Nuno Espirito Santo.