Chelsea arrolló como visitante a Tottenham Hotspur, remontándole un partido "imposible" con un segundo tiempo memorable marcado por el ritmo endemoniado de Cole Palmer y una orquesta que lo acompañó a la perfección a la hora de atacar a un equipo que jamás supo defenderse y, lo que es peor aún, ni siquiera intentó plantar un bloque defensivo decente para frenar el aluvión de la incómoda visita.
Dos insóltos resbalones del lateral Cucurella propiciaron un comienzo nefasto de los dirigidos por el italiano Enzo Maresca, porque ambos accidentes del catalán marcaron el inicio de las jugadas culminadas en los goles de Dominic Solanke a los 5 minutos y de Dejan Kulusevski seis minutos después. Por ese entonces todo era color de rosa para el dueño del predio, aunque ya algunas incursiones ofensivas aisladas de Chelsea, aún dentro de un opaco primer tiempo, mostraban la vulnerabilidad defensiva que caracteriza a los Spurs de hoy, dirigidos por Ange Postecoglou.
ALUVIÓN. El complemento comenzó con un par de atajadas espectaculares de Fraser Forster. El arquero local abrió el paraguas para tratar de cubrirse del diluvio azul que se le venía encima, aunque luego no pudo con el aluvión que le cayó. Llegó el descuento, un golazo de Jadon Sancho, quien parece haber encontrado en Stamford Bridge la horma de su zapato. Se vió también la gran recuperación anímica y futbolística de Cucurella, asistidor del inglés para ese primer gol. Se sumó la solidez de roca del ecuatoriano Moisés Caicedo y la conducción certera de Enzo Fernández, culminada con un gol brillante que resultó el broche de oro para una jugada antológica de Cole Palmer. Para entonces el espigado pelirrojo, sin duda alguna el mejor futbolista inglés de la actualidad, ya había igualado el lance con la certera ejecución de un tiro penal, pero tuvo tiempo y tino suficientes para rematar el encuentro poniendo el cuarto gol con una "picadita", cuando de nuevo ajustició a Forster desde los doce pasos.
El Chelsea de Maresca volvió a ser un aluvión en la tarde del 4 a 3 del norte de Londres, pero la fragilidad defensiva que muestran en cada partido los conducidos por Ange Postecolglou, ya es hasta difícil de narrar o de describir, según cual sea la expresión preferida de cualquier testigo que confirme dicha afirmación.
CONTEO. La cara de Daniel Lewy, "el dueño del circo", un hombre que siempre se ha caracterizado por la poca o ninguna paciencia que muestra con los entrenadores de su club, mostraba que poco le importaba el encontrar un calificativo adecuado para las goleadas, derrotas y remontadas insólitas que "se está comiendo" su club semana tras semana. Quienes conocen el paño no dudan que la cuenta regresiva para Postecoglou ya está corriendo, siempre y cuando Mr. Lewy no haya llegado ya al final del conteo, lo cual no sería para nada improbable, claro está.
TROPIEZO. Arsenal dominó por completo al local Fulham en el legendario "Craven Cottage". Un descuido de los dirigidos por Michel Arteta, mientras buscaban denodadamente abrir el cerrojo defensivo impuesto por el entrenador portugués Marco Silva, permitió un contragolpe muy rápido y eficaz del dueño de casa, muy bien culminado por el mexicano Raúl Jiménez con un remate inapelable al segundo caño del arquero epañol David Raya.
Los "Gunners" no se amilanaron, así que siguieron intentando. Ahora había que igualar y después remontar, nada menos de que de visita ante un equipo muy bien armado y con algunas figuras de mucho destaque. Claro que es harto sabido que uno de los tratamientos que aplica el principal equipo de Londres a sus eventuales rivales, es sacar rédito a los tiros de esquina o a cualquier tipo de "pelota quieta" que disponga a su favor. De ese modo, aunque aún continúa sin contar con Gabriel Magalhaes, quien es su máximo goleador por esta vía, siempre aparecen otras figuritas para seguir llenando el album (de pelotas quietas).
INFAME. Siguiendo por esos derroteros el alemán Kai Havertz aprovechó un tiro de esquina ejecutado por Declan Rice y su cabezazo al medio del área chica, lo transformó en el gol del empate el zaguero William Saliba, quien ya había anotado ante Manchester United tras una acción similar. A un minuto del final el inglés Bukayo Saka, de gran tarde, había concretado la ansiada remontada tras aprovechar un notable envío cruzado de Gabriel Martinelli. Tras un festejo desbordante debido a que el gol significaba mantenerse como escolta del líder Liverpool y trasladarle la presión a Chelsea, que poco después visitaba a Tottenham, vino una infame anulación decretada por el VAR, ya que Martinelli, al recibir el balón previo a enviarlo hacia la posición de Saka, tenía medio pie en posición prohibida.
"LEY WENGER". De esa forma, con la frustración inmensa de los visitantes, el choque finalizó "en tablas", tal como suelen decir los españoles, y con Arsenal relegado a la tercera posición de la tabla de la Premier League, situación que crearía luego Chelsea, tras su brillante remontada ante los "Spurs". Y así, con ese 1 a 1 final, revive por enésima vez el sueño de muchos, esta vez el de los hinchas "Gunners" para que en febrero de 2025 la FIFA apruebe de una vez por todas la llamada "Ley Wenger", propiciada justamente por quien tanta gloria le regaló a Arsenal. Para resumirla, la nueva regla dice que para que un futbolista sea penado con offside, todo su cuerpo deberá estar en posición fuera de juego, de modo que si cualquier parte de su humanidad, exceptuando los brazos, su superpusieran con la del rival en el momento de partir el pase, eso supondría la habilitación automática para la continuación de la jugada.
UGARTE. Manchester United volvió a caer, esta vez en el mismísimo "Old Trafford" ante el renovado Nottingham Forest dirigido por el portugués Nuno Spirito Santo. Otra vez puede señalarse que Manuel Ugarte hizo lo que pudo y fue mucho, como que además de su clásica marca y bloqueo procuró darle orden al medio de la cancha de su equipo e intentó muy seguido, con suerte variada, el pase entre líneas; uno de ellos fue para el argentino Garnacho y, tras la tapada del arquero rival, el danés Hojlund lo convirtió en el gol del empate -1-1- para su equipo.
ESPINOSO. Luego la visita completó un partido redondo y con las anotaciones de Gibbs-White y Chris Wood se llevó los tres puntos -fue 3 a 2- y desnudó, por un lado, una tarde espantosa del arquero Onana, y por otro el hecho ineludible que no es lo mismo dirigir en la Primeira Liga de Portugal que en la Premier y eso ya lo puede decir con total propiedad el nuevo conductor de los "Red Devils" Ruben Amorim, quien, antes de dirigir a un club como el United, hubiera necesitado una buena dosis de experiencia previa dirigiendo en el fútbol inglés. Está claro que no la tuvo y también lo está que el camino será para él muy duro, espinoso y cuesta arriba.
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