lunes, 24 de noviembre de 2014

La roja de Gastón Ramírez

Le dió muy pocas oportunidades. Entraba a veces pero en la mayoría de los partidos calentaba banco. Hablando de calentar, calentó con el resto de los titulares en contadas ocasiones. Y en aras de insistir con el término "Calentar", Gastón Ramírez, el fraybentino de la selección uruguaya, estaba caliente con esa situación. Llegó como la contratación récord de la historia de Southampton y, un poco porque le costó un disparate adaptarse a la Premier debido a su fútbol demasiado quieto y pensante, aunque atildado y técnico por demás, y otro mucho porque Mauricio Pochettino, su segundo técnico en el nuevo club, lo ignoró olímpicamente, terminó siendo cedido en préstamo a Hull City a principios de esta temporada. Fue a último momento, la del estribo se le llama en los boliches a la que mentirosamente se piensa que es la última copa del día en el mostrador, cuando el pase al Sevilla estaba más que cantado, hecho, liquidado. La furia y la frustración andaluza copó Picadilly Circus, en pleno centro de Londres, luego que Gastón encaró a los propietarios de los popularmente llamados "Saints" y les dijo muy firme: "me prometieron oportunidades, los minutos que no tuve, así que cumplan, mo me quiero ir a Sevilla".

Claro que igual resultó muy raro que, pese al éxodo masivo de futbolistas que precedió a la llegada del técnico holandés Ronald Koeman, aquel recordado zaguero del PSV, companero de Romario en la archifamosa final de la Intercontinental en Toko ante Nacional, el rubio entrenador accediera a que Ramírez fuera cedido en préstamo a Hull City. Pero así fue, el fraybentino lo aceptó y dio vuelta la página. Primero vinieron lesiones, después tuvo banco pero con minutos en la cancha y ayer, como local ante el Tottenham de Mauricio Pochettino, fue titular por primera vez en la temporada.

Sin misterios ni vericuetos, era su gran oportunidad y debía aprovecharla. Gastón salió con todo No era el de siempre, se le veía ir a todas con una vehemencia inusual, discutió varias veces con el joven árbitro del partido, tuvo roces con varios rivales y hasta recibió un planchazo artero en un tobillo, el cual no pasó a mayores porque Dios fue grande. Debido a que el juez le estaba tomando una especie de "ojeriza", pese a que la agresión fue delante de sus ojos, a no menos de tres metros, no solamente omitió una simple observación para el hombre de los Spurs, sino que ni siquiera sancionó el foul correspondiente.

En cuanto a lo estrictamente futbolístico, Ramírez participó en casi todas las jugadas de peligro que Hull City creó frente al arco del mundialista francés Hugo Lloris. Por momentos el local fue arrasador y sólo el prestigioso arquero visitante y la "mala liga" impidieron que el tempranero 1 a 0 se ampliara hasta con facilidad. Figuradamente -y quién sabe si no lo hizo alguna vez en la realidad- el fraybentino miraba de reojo al rectángulo del técnico visitante. El espigado volante no era el mismo de siempre, subía y bajaba sin pausas, se sumaba al punta Jelavik a la hora de ahogar la salida de la última línea rival, las pedía todas porque las quería todas, metía sus clásicos cambios de frente con una fluidez desacostumbrada en un futbolista muchas veces tildado de discontinuo en su participación en el juego. En determinado momento sacó de la galera un remate bajo y cruzado que Lloris rechazó hacia un costado con gran esfuerzo. En otra ocasión bajó el balón con la izquierda y con la misma maestría empleada, lo cambió para la derecha, remató a boca de jarro, pero la pelota dio en una pierna providencial de un rival y se fue al corner, cuando era gol cantado.

Comenzó el complemento. Seguramente Ramírez pensaba "no me diste chanches? me hiciste calentar banco toda la temporada? aquí me tenés hoy, estoy con todo y todavía capaz que te clavo". Pero siguieron los roces con los rivales y eso en un jugador nada acostumbrado a ese estilo de andar por la cancha, no es bueno. Nunca eso es bueno y esta vez tampoco lo fue. Para peor jugar en Hull es igual que tratar de salir sin quemaduras de la "Caldera del Diablo". Es una hinchada similar a la de Cristal Palace, no se callan nunca, no se conforman jamás con ningún fallo del árbitro, no le perdonan una a los rivales, en una palabra y en buen romance, son imbancables. Y eso el jugador "atigrado" lo siente en la piel, en el alma, en las piernas, en la cabeza, en toda su humanidad.

El anaranjado y negro salió desesperado a liquidar al equipo del norte de Londres. No había podido en el primer tiempo por las razones descriptas, pero ahora había que hacerlo. Ramírez seguiría pensando en Pochettino, a esa altura y como venía la cosa, un pollo mojado -literalmente claro porque para variar el agua caía a raudales- y más fuerza ponía, más corría, más afinaba su zurda letal. Hasta que llegó el instante fatal: un entrevero, el fraybentino al piso, el lateral belga Vertonghen -ex-Ayax y amigo personal de Luis Suárez- que pasa por detrás pero sin tocarlo para nada e inexplicablemente Gastón que revolea una pierna, lo engancha y lo tira al suelo. El primer línea, que estaba en Rivera mientras la jugada se había producido en Montevideo, levanta su banderín y cuando el árbitro acude a él, sencillamente le dice "Roja". Nadie lo puede creer, ni Ramírez, ni Vertonghen, ni Pochettino, ni el gordito Steve Bruce, ex-defensa de Manchester United y hoy entrenador de Hull City. Claro, en Uruguay, con el permanente criterio "tarjetero" que muestran árbitros ávidos de estrellato como los nuestros, era "roja"; puede ser que también lo fuera en alguna otra parte de Sudamérica o en Francia que, como muy bien lo sabe Edison Cavani, los jueces también pretenden competir con las constelaciones de estrellas que se ven todas las noches en el firmamento. Pero no en Inglaterra, no en la Premier League, no senor, acá no. En este lugar del mundo lo que hizo Ramírez no da lugar ni siquiera a una "amarilla" sino quizás -y como mucho- a uno de esos interminables sermones de Misa dominical que regalan los árbitros ingleses permanentemente en estas ocasiones.

Pero una cosa no quita la otra: Gastón Ramírez, en su afán por aprovechar la titularidad al máximo y a la vez herir a Mauricio Pochettino y hacerle ver que debió tratarlo con otro respeto, futbolísticamente hablando por supuesto, se pasó de rosca, se sobregiró y fue excesivamente -para lo que es el criterio arbitral de la Premier- castigado con la expulsión. El de Fray Bentos transformó lo que pretendió iba a ser el partido de su vida, o al menos uno de los más sobresalientes, en un calvario para él y para todo Hull City que, de apedrearle el rancho casi toda la tarde a Tottenham Hotspur, terminó cayendo 2 a 1 y, para peor, prácticamente en la hora de finalización del encuentro.

Pensar es un don divino que tiene el ser humano. En ocasiones puede ejercerse con relativa facilidad. Otras veces, como cuando se está disputando un partido de fútbol de alta competencia a las ya famosas 120 pulsaciones por minuto (alguien averiguó si no serán menos?), el ejercicio de pensar se enreda un poco, se complica algo más, pero en todo caso, no queda abortado, no se anula, permanece vigente. Esa es una lección que ayer debe haber digerido y va a aprovechar para el futuro Gastón Ramírez, porque el de Río Negro es muy inteligente. Otros no lo son tanto, o si lo son, quizás han sufrido demasiado temprano en la vida y ese trauma creado provoca que luego, en el devenir de su carrera futbolística y por más brillante que ésta resulte, tropiecen dos y hasta tres veces con la misma piedra, pero qué se le va a hacer?






lunes, 17 de noviembre de 2014

Testigos en Peligro

Dos mujeres, dos testigos de cargo, dos seres humanos en peligro.

Parece el anuncio de un thriller pero lamentablemente es una descripción muy somera de lo que a esta hora les está pasando a Phaedra Almajid y a Bonita Meljiades, como consecuencia directa de haber compartido su verdad con el abogado neyorquino Michael García, investigador oficial de FIFA de los procesos de adjudicación de los Mundiales 2018 y 2022, respectivamente otorgados a Rusia y a Quatar, tras más que dudosas maniobras que, según ambas valientes mujeres, incluyeron sobornos flagrantes a altos ejecutivos africanos del máximo organismo del fútbol mundial.

Como ya se sabe, el alemán Hans-Joaquim Eckert, en su cargo de Juez de Etica de FIFA, desconoció y dejó incompletos en su Resumen final varios pasajes medulares del "Informe García", lo cual motivó que el estadounidense formulara una apelación oficial ante el organismo correspondiente de los presididos por el suizo Josepp Blatter. Horas después se conocería que ambos jerarcas, es decir Eckert y García, agendaron para este jueves una reunión "de altos mandos", con el único fin de llegar a un acuerdo sobre el diferendo.

DOS MUJERES. Esa venía siendo la noticia más fresca hasta que aparecieron ambas mujeres y sus respectivas cartas de denuncia dirigidas al matutino británico The Guardian y al propio Michael García, las cuales conforman todo un alegato contra una corrupción que aparece como brutal, despiadada, cruda, alevosa, que inclusive emplea métodos más propios de la Edad Media y de la Inquisición, que de nuestros días. En su momento, Phaedra Almajid había denunciado que los altos ejecutivos de FIFA, los africanos Issa Hayatou, Jacques Anouma y Amos Adamu, se habían embolsado un millón y medio de euros cada uno para que emitieran su voto por Qatar para organizar el Mundial 2022. Dicha acusación, obviamente, fue negada enfáticamente por todos ellos. Pero Almajid veía la cosa desde adentro, como que trabajaba en ese momento ejerciendo un alto cargo en la candidatura del país asiáico, de modo que pocas dudas pueden caber sobre la veracidad de sus cargos.

Pero casi enseguida a Phaedra la presión se le hizo insostenible, por lo cual tuvo que retractarse de lo dicho. El Comité Organizador del Mundial de Quatar la conminó a retirar sus acusaciones mediante la firma de un estamento en el cual ella juraba que sus dichos eran falsos, que los había inventado y que para emitir dicha declaración de retractación, en ningún momento había sido puesta bajo presión ni recibido aliciente económico alguno. De todos modos, Almajid, pese a no trabajar más en el fútbol, accedió a confiarle al investigador Michael García todas sus denuncias, "en el convencimiento de que esos hechos verdaderos conocidos por mi, lo ayudarían en la investigación que estaba llevando adelante", según declaró a The Guardian.

TRAICION. No sospechaba que sería traicionada y no precisamente por Gacía, sino por el alemán Hans-Joaquim Eckert, asombrosamente  exhibiendo el pomposo título de...Juez de Etica de la FIFA, aunque ciertamente semejante rótulo resulte en él algo casi imposible de entender. "Como le he explicado a usted y a sus colegas, la promesa de confidencialidad, hecha de palabra y también por escrito, fue crucial para mi cooperación con su investigación, sobre todo considerando mis circunstancias personales, particularmente la seguridad de mis dos hijos y la mía", explica Almajid en la carta dirigida al investigador, el abogado estadounidense Michael García.  

Phaedra es lapidaria con el alemán. Por supuesto, dirige la carta-protesta al abogado García, pues fue la cara visible con la que trató, en quien confió para que su identidad fuera guardada en estricto secreto luego de sus detonantes revelaciones, pero sabe que Michael (García) apeló el resumen de la investigación, emitido por Eckert, basado en un sinnúmero de razones, entre las que posiblemente está la violación del secreto de la identidad de las dos mujeres que, valientemente, le pusieron el pecho a las balas y enfrentaron la corrupción a capa y espada.

En la carta al abogado estadounidense, jefe de la investigación, Phaedra Almajid termina crucificando a quien denomina "Herr Eckert", cuando dice que "no sólo su sumario es una cruda, cínica y fundamentalmente errónea descrpción de mi misma y de la información y materiales que suministré para su investigación (la del estadounidense García), sino que directamente rompe en mil pedazos las seguridades que FIFA me había dado sobre mi confidencialidad".

DESENMASCARADAS. Por su parte Bonita Mersiades, la australiana que trabajó precisamente por la candidatura de su país para la organización del Mundial de 2022, dice en The Guardian, que lo que hizo el alemán Eckert, es una simple y burda denigración de dos mujeres valientes, que se animaron a contar al investigador las irregularidades que vieron. "El Resumen del Juez Eckert rompe claramente nuestras garantías de confidencialidad. Justamente el hecho de que se decidiera no publicar completo el "Informe García" y sustituirlo por un Resumen, se basaba en ese específico fin de mantener en secreto la identidad de los testigos", dice Mersiades en su carta al investigador y agrega que "si bien no somos nombradas en el reporte, aparecemos en el mismo como claramente identificables, completamente desenmascaradas".

Finalmente la australiana da el golpe definitivo al Juez alemán...de Etica: "para completar la situación El Juez Eckert usó su Resumen para cuestionar nuestra credibilidad y deteriorar nuestras personalidades".

Ellas hablaron e identificaron individuos corruptos. Los denunciados saben perfectamente cómo se llaman ellas, dónde viven, cuál es su familia, a qué escuelas van sus hijos. Lo saben todo. Están fichadas, sus familias también lo están. Son testigos de cargo...desprotegidas. Las mismas manos que se extendieron sin pudor alguno para tomar aquel dinero sucio, pueden ejecutarlas. Y cuando llegue la hora, no dudarán en hacerlo.























The

viernes, 14 de noviembre de 2014

Tiempo de seguir adelante: lejos de FIFA?

Estalló la furia otra vez. La prensa inglesa amanece hoy tal como se preveía. Todos, diarios, TV, radio, la Media completa, se unen en esta jornada de viernes 14 de noviembre de 2014, a la hora de pegarle -por enésima vez, claro está- al suizo Joseph Blatter y a su FIFA.

El hedor a podrido que emana de la resolución del máximo organismo del fútbol mundial, el "yo te absuelvo de toda culpa y de todo cargo", el "yo te bendigo en el nombre de Blatter y sus secuaces", con Rusia y Quatar arrodillados uno junto al otro y agradeciendo fervientemente la confirmación del triunfo de la corrupción que parte de sus inmorales fortunas, se siente desde Newcastle hasta Brighton, desde Bristol hasta Londres, esto es, de norte a sur y de oeste a este de Inglaterra.

Se hace difícil elegir, pero en el momento de hacerlo, la nota editorial de Colin Murray (@colinmurray para los twiteros), es la más jugosa de todas. El título de la página 93 de el Metro de Londres, el diario que de lunes a viernes se entrega gratuitamente a los millones de ciudadanos que pasan horas interminables viajando en el Subte de la metrópoli, es "Suficiente. Tiene que haber otro camino con Blatter afuera"

En el comienzo el joven periodista no duda en asegurar la debilidad absoluta de la palabra "Farsa" para describir la corrupción que preside el reporte de FIFA emitido el jueves 13 de noviembre de 2014, reasegurando las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022 en los países originalmente elegidos, es decir, Rusia y Quatar. "Farsa" es sólo otra palabra para definir "Bufonería", "Cachetazo" y "Mascarada". Por eso, por la insuficiencia del término "Farsa", Murray prefiere asegurar tajantemente que lo que se desprende de lo acontecido en las últimas 24 horas, tras esa resolución, está más emparentado con lo "Siniestro", "Inmoral" y "Vergonzoso".

A esta altura el hombre del Metro va llegando trabajosamente a la cima, la ve aproximarse a medida que avanza, quiere tocarla, casi la tiene al alcance de la mano y al final llega y planta su bandera. Desafiante, mira hacia abajo y con el mundo a sus pies, despliega su gran pancarta: "no hay nada de gracioso o de absurdo, luego de lo que ha sucedido, si comenzamos a pensar en encontrar otra vía para gobernar el fútbol en el futuro, lejos de FIFA y lejos de Sepp Blatter".

En el siguiente párrafo, Mr. Murray elige uno de los miles y miles de twits que decoraron la Red acerca del tema. Dice que se le hace muy duro el elegir por dónde empezar, así que ese twitero, @UKsportswire, le sirve de plataforma de lanzamiento, algo así como una especie de Cabo Canaveral. El twit elegido por el periodista del Metro dice: "El reporte de FIFA es el recipiente más grande de mier...jamás arrojado dentro de una cancha de fútbol". Y de verdad que esa frase, conteniendo mucho menos de los clásicos 140 caracteres que Twitter fija como máximo para sus fanáticos, es una síntesis perfecta del pensamiento inglés (y de muchas naciones más) sobre el tema.

Murray dice que la apelación de la resolución que presentará el propio investigador, el estadounidense Michael García, alegando que la resolución final de FIFA basada en su propio informe, que le insumió 18 largos meses de trabajo, es incompleta y errónea en hechos y conclusiones, "mueve el tema mucho más allá de la simple farsa". Esta definición del periodista inglés está muy bien sustendada en la  aberración de que Rusia negó olímpicamente su colaboración en la investigación de García, alegando con una soltura de cuerpo casi indecente, que los discos duros donde figuraban los detalles del tema habían desaparecido luego de la decisión de FIFA de adjudicarle al país la organización del Mundial 2018.  

En el siguiente acto nuestro amigo Colin llega a un graficismo casi desopilante para remarcar lo absurda y ridícula de la explicación de Moscú. Dice que "es una explicación que hace que cuando Luis Suárez (luego del partido ante Italia) adujo que 'perdí el equilibrio, mi cara le pegó al jugador (Chiellini) y me lastimé los dientes', esa excusa aparezca creíble (comparada con la explicación de los rusos para negar su colaboración en la investigación de García)".

"No me entiendan mal, el tema no es sólo acerca de Rusia y Quatar, es que parece haber manos sucias en todos lados", remarca Murray, para rematar con que "tampoco es solamente el proceso de adjudicación (de los Mundiales), también parece reinar el racismo, la homofobia y la afrenta a los derechos humanos en la construcción de los estadios mundialistas de Quatar, lo cual no parece muy bonito, no?"

Para la mayoría de los ingleses, entre los que se cuenta el periodista del Metro Colin Murray, "es el momento exacto para hablar sobre una sustitución temporal en la conducción del fútbol mundial, o incluso el tomar un nuevo camino, esta vez definitivo, lejos de FIFA. Esto requerirá consensos entre muchas naciones y claro que tendrá serias repercusiones en el deporte (fútbol). Y finaliza: "después de lo acontecido en las últimas 24 horas, quizás es al menos tiempo de iniciar el debate sobre ésto".