martes, 27 de septiembre de 2016

Duró lo que un lirio.

Fue despedido luego de haber dirigido a Inglaterra en un sólo partido oficial: el triunfo 1 a 0 ante Eslovaquia en el inicio de la serie clasificatoria para el Mundial de Rusia 2018. Sam Allardyce, conocido como "Big Sam" por estas tierras, ya tenía un antecedente por corrupción allá por 2006, pero nunca se le pudo probar su participación en "pagos ilegales" vinculados a transferencias de futbolistas, luego que su hijo Craig fuera filmado conversando sobre el tema.

Pero ahora la prensa, representada por el Daily Telegraph de Londres, le tendió una trampa y cayó, tal como antes, en 2006, lo había hecho el sueco Sven Goran Eriksson, cuando un periodista del News of the World se hizo pasar por un importante Sheikh con negocios en Dubai y lo paseó en una suerte de "Harem Flotante", un yate con hermosas mujeres y muchas copas. El entrenador se fue de boca y ventiló una especie de "carne de vestuario" que provocó su despido del cargo, el cual se hizo efectivo luego de la participación de su equipo en el Mundial de Alemania 2006.

TRAMPA. Los "hombres de negocios del Lejano Oriente" (periodistas camuflados del Daily Telegraph), interesados en transferir futbolistas a clubes de la Premier League, instalaron cámaras y micrófonos secretos en un salón de un lujoso hotel londinense y dispusieron todo lo necesario para una "reunión de negocios" nada menos que con el seleccionador inglés. Cómodamente instalado y bien servido, Sam Allardyce puso sobre la mesa sus condiciones para aflojar la lengua.

"Empresarios" -Mire, nos han dicho que usted puede informarnos de cómo se pueden burlar los reglamentos de la Federación Inglesa que desde 2008 impiden negociar a terceras partes en la transferencia de futbolistas. Usted sabe que su Federación (Inglesa) no reconoce que los jugadores sean propiedad de particulares en el momento de una transferencia...

Allardyce: -Esas reglas no son problema, fíjense ustedes que yo traje al ecuatoriano Enner Valencia a West Ham, lo compramos a un club mexicano a través de un consorcio de negocios al que pertenecía. Hemos estado haciendo eso por mucho tiempo y ustedes también podrán lograrlo.

"Empresarios" - Necesitaríamos que usted viajara a Hong Kong y a Singapur -unas cuatro veces serían suficientes- para que asesorara en persona a distintos grupos de inversores sobre cómo burlar esas normas y poder transferir jugadores al fútbol inglés...

Alardyce: -Ningún problema, miren, por cada viaje me tendrían que pagar 100.000 libras, de modo que por un total de 400.000 yo les proporcionaría toda la información que necesitan.

"Empresarios": -Hecho entonces, querido Sam.

Tras el apretón de manos el "acuerdo" quedó sellado. Luego, en medio de los brindis para "celebrarlo", "Big Sam", contento y distendido, tuvo tiempo más que suficiente para tirar barro sobre el ex-seleccionador inglés Roy Hodgson y su entonces colaborador, el ex-futbolista de Manchester United Gary Neville. Al primero lo acusó de dubitativo y de falta de carácter y al segundo de inepto. En la redada cayeron también el presidente honorario de la Federación Inglesa, que es nada menos que el Príncipe William, y su hermano menor Harry, "un chico muy travieso", según Sam.

En el momento exacto de ser escrita esta nota, la Federación Inglesa culminó las "conversaciones" con Allardyce: "está despedido Mister".

Un lirio dura más de lo que permaneció Sam Allardyce al frente de la selección inglesa.


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