sábado, 15 de octubre de 2016

INFLACION EN ESCENA

"Marche un medio Brexit" o "Marche un Brexit completo" es hoy el planteo que se abre a la opinión de la Casa de los Comunes (legisladores) en el Reino Unido. Apremiado por la postura de la oposición laborista, que además es apoyada por varios diputados conservadores, el gobierno de Theresa May accedió finalmente a que en las "Casas del Parlamento" de Westminster haya voz...pero no voto.

Voz sí, a través del debate de los diputados, porque May se vió venir su primera derrota a nivel parlamentario, que hubiera sido inoportuna a todas luces por lo complicado de la situación actual, Voto no, porque la Primer Ministro no quiere por nada del mundo atarse a una resolución de Westminster que pueda obligarla a cambiar los planes que presumiblemente ya tiene "in mente" para encarar las negociaciones. Es que May ya adelantó que apretará el gatillo a fines de marzo de 2017 y el dichoso artículo 50 del reglamento de la Unión Europea saldrá disparado por la boca del revólver, echando a volar las complejas negociaciones que precederán a la salida del Reino Unido del bloque continental. Reglamentariamente las conversaciones podrán extenderse hasta un máximo de 24 meses, por lo cual cabe la posibilidad de que recién culminen en marzo de 2019, pero en cualquier caso, la mandamás británica no quiere la piedra en su zapato que significaría una decisión parlamentaria, que le impida jugar las cartas que ella considera son las adecuadas.

MATICES. El Laborismo y parte de los Conservadores pretenden el Brexit blando ("Soft Brexit"), en los hechos  un "Medio Brexit", que implicaría la participación del Reino Unido en el llamado Mercado Unico de la Unión Europea, a cambio de continuar contribuyendo al presupuesto del bloque y de permitir una corriente migratoria controlada.

May, quien en su calidad de Ministro del Interior (Home Office)  apoyó al "Remain" (Permanecer en la U.E.)), más que nada por ser la postura que pregonaba el ex-Primer Ministro David Cameron, siempre manifestó una postura de alerta y gesto fiero hacia la inmigración. La P.M. considera -con acierto claro- que el principal argumento de los votantes del "Brexit" fue el frenar el exagerado flujo de gente hacia las Islas, que comenzó hace aproximadamente dos décadas. Para ella entonces no hay Brexit blando, sencillamente no considera que haya una razón lógica y valedera para que exista, así que las negociaciones, al menos de su parte, apuntarían a una salida total del Reino Unido, que implicarían la no participación en el Mercado Unico y el freno total del flujo migratorio hacia el país.

INFLACION. Por eso, porque la política de la Primer Ministro y su séquito parece clara en extremo en éste sentido, es que los empresarios, los comerciantes y el público en general, tiemblan. Mientras la libra esterlina está en el fondo de la bolsa (o las Bolsas), el Gobernador del Banco de Inglaterra apareció una vez más en escena en las últimas horas y cuando su silueta se dibuja en las pantallas de los televisores británicos, asusta inifinamente más que el propio Drácula, ya que siempre irrumpe para pronosticar malas nuevas: esta vez el hombre vaticinó que no dudará en fomentar una política inflacionaria de proporciones, si esa es la forma -y parece que lo es- de estabilizar la economía británica.

Es sabido que cuando se levanta el telón y la inflación irrumpe en escena, el salario real se encierra en el camarín y el que sufre de verdad, como invariablemente sucede en todas las crisis, es...Juan Pueblo.

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