Tras la revolución de goles del domingo Arsenal se afirmó como líder absoluto de la Premier League, pellizcando un par de puntos más de ventaja sobre el ahora tercero, Manchester City, mientras que mantuvo las dos unidades que le llevaba al actual nuevo escolta, Liverpool. Aston Villa perdió pie en la playa de Brighton, no llegó a ahogarse pero se le fueron a pique dos puntos y también la tercera ubicación en la tabla. Tras el heroico empate en el Etihad Stadium del City, Tottenham Hotspur, que es una auténtica enfermería disfrazada de club de fútbol, ostenta un muy meritorio quinto lugar, seguido de Newcastle United, que le pasó por arriba en las posiciones a su vencido del sábado, el desconcertante Manchester United.
LÍDER. El sábado Arsenal había empezado el partido como para comerse al lobo crudo y sin acompañamiento. Pintó para goleada pero, como tantas veces antes, los "Gunners" sacaron el pie del acelerador antes de tiempo y los Wolves terminaron poniéndole el corazón en la boca. Al final fue 2 a 1 pero con mucho susto.
38 goles en 10 partidos marcan la diferencia sideral que existe entre la Premier League y el resto de las Ligas europeas. El show de goles del domingo fue épico, sin temor a incurrir en exageraciones inútiles. Un 4 a 3 y un 3 a 3 -ambos con ribetes dramáticos- en los dos choques más importantes de la jornada, hablan por sí sólos, no dicen algo sino que dicen mucho de la mejor competencia interna de clubes del planeta. Mirar la Premier se transforma así en un vicio, un sano vicio de fin de semana, una forma placentera de soportar los rigores climáticos que asolan estas latitudes en esta época del año.
PEGADA. A los 20 minutos Trent Alexander Arnold, el lateral-volante que marca poco y nada pero que ostenta una pegada de los mil demonios, al ejecutar un tiro libre decidió, muy suelto de cuerpo, atornillar la bola en el ángulo superior derecho del arco de Fulham. Ahora bien, no era la tarde de la defensa de Liverpool, eso quedaría clarísimo, así que sólo 4 minutos más tarde Wilson clavaba el 1 a 1. Sin embargo estaba escrito que era tarde de golazos para el dueño de casa, de modo que Alexis Mac Allister aprovechó un grueso error en la salida del visitante y, para no ser menos que su colega Arnold, metió el balón exactamente en el mismo ángulo con un soberbio zapatazo desde afuera del área: era su primer gol en Liverpool. Caprichosamente la defensa local siguió con sus horrores y entonces Tete volvió a empatarlo en el tercer minuto de descuento del primer tiempo: 2 a 2.
MISIL. El complemento mostró, de buenas a primeras, un contragolpe a modo tren bala, con Darwin Núñez pasando a toda carrera a Mohamed Salah por la derecha del egipcio, quien le sirvió la pelota tal como si le dijera "tomá y hacelo". Enseguida salió el "misil" del artiguense, a toda marcha y el balón, ladino, de mala entraña, fue a reventarse contra el horizontal del arquero alemán Leno. Claro que poco después el uruguayo cumplió con su cuota de errar uno de sus goles imposibles, esos cantados que hacen hablar hasta por los codos a sus detractores.
DARWIN. A los 80 minutos Reid puso el 3 a 2 para Fulham para sellar la tarde monstruosa que padecieron los defensas de Liverpool, pero no el partido. Alguien que pide titularidad a gritos, el japonés Endo, a sólo 4 minutos de ingresado a la cancha, más exactamente a los 87, sacó de la galera un imponente remate para poner el 3 a 3, tras una acción en la que Darwin tuvo un papel decisivo bajando la pelota de cabeza. Un minuto más tarde Núñez volvió a ganar en las alturas y Arnold completó su doblete poniendo el 4 a 3 definitivo, para que Ansfield celebrara por lo más alto una victoria que peligró toda la tarde gracias a un sistema defensivo endeble como pocas veces se le ha visto a Liverpool en esta temporada.
SON VS. SON. A los 6 minutos el implacable Heung Min Son, tras una formidable asistencia de Kulusevski, quebró la resistencia de Ederson y puso el 1 a 0 para los Spurs ante Manchester City ante el asombro del Etihad Stadium. Un minuto después Son volvía a anotar....venciendo a su propio arquero, el italiano Vicario, tras un rebote desafortunado cuando corría tratando de "cerrar", tras una pelota quieta bien servida hacia el área visitante.
POSTE. Tottenham, menguado por un ejército de lesionados, entre ellos, una vez más, el uruguayo Rodrigo Bentancur, sintió el impacto del Son contra Son, aunque el dominio del City, con dos pelotas en los caños, un gol errado increíblemente por Erling Haaland y la sensación permanente de que la cosa no era si el local anotaba sino cuándo lo haría, quizás se hubiera dado igual sin la ayudita de ese gol en contra del coreano. A los 31 minutos Julián Alvarez se disfrazó de poste, de espaldas al arco visitante, y le sirvió el balón magistralmente a Phil Foden, quien definió sin que se le moviera un pelo: 2 a 1.
En el complemento Manchester City no mantuvo el ritmo, pasó del rock pesado al vals y entonces Tottenham comenzó a creer que podía, tanto que a los 69 minutos Lo Celso sacó de la galera un magnífico zurdazo bajo, bien pegadito al caño derecho de Ederson, para poner el 2 a 2. Pero la Premier no admite pausas, así que los de Guardiola resucitaron, entró Jack Grealish y de cara al arco, a los 81 minutos, anotó el 3 a 2. Parecía demasiado para los machucados Spurs, pero la Premier no se guarda nunca los imprevistos, sino que más bien se alimenta de ellos, así que a los 90 minutos clavados el sueco Kulusevski metió un frentazo o un "hombrazo" -no quedó claro- que fue a dar con la pelota en el ángulo superior derecho del arco local. Fue el 3 a 3, ahora sí, por fin, definitivo.
"BLOOPER". Quedaba tiempo aún para el "blooper" de la etapa. Haaland iniciaba un contragolpe con toda la pinta de letal, le cometieron falta pero cuando el árbitro Simon Hooper se aprestaba a pitar, el noruego se recompuso y metió tremendo pase a Grealish quien se iba sólo y habilitado a enfrentar al arquero rival. El problema fue que Hooper cambió de idea y decidió sancionar la infracción contra el goleador con el único y absurdo argumento de mostrarle tarjeta amarilla al infractor. El escándalo fue descomunal, como no podía ser de otra manera, pero la marcha atrás era imposible, obviamente. Las malas lenguas dicen que no se verá al tal Hooper por unas cuántas fechas de Premier...
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