Sigue siendo el uno en la ciudad de los Beatles. No hay caso, han tratado por todos los medios, pero no lo pueden derrocar. Ultimamente él también ha contribuido para empeorar las cosas, eso es innegable y no tiene discusión posible.
Pero aparentemente Liverpool ni siquiera sueña con desprenderse de Luis Suárez. Días atrás el matutino The Sun dedicó una página para clarificar que el uruguayo finalmente no sería vendido a otro club de Europa...ni a ningún club. "El no será vendido" ("He's not to be sailed") era el llamativo título de la publicación. Pocos días antes de dicha crónica el mismo diario había titulado en español "Adiós amigos". En aquel momento la página estaba dedicada a enumerar uno y mil argumentos por los cuales el goleador de Anfield terminaría dejando el club...y a muy corto plazo.
Luis Suárez no juega, sólo entrena. Le restan seis partidos de suspensión por haber mordido al zaguero serbio de Chelsea, Branislav Ivanovic. Seguramente viajará a Estados Unidos junto a sus compañeros para participar de los partidos de pre-temporada que los rojos de Anfield Road disputarán allí.
Luis Suárez no juega pero participa de obras sociales representando a su club. En las últimas horas se reunió con varios integrantes de la Asociación de Hinchas Discapacitados de Liverpool. Lo recibieron bajo palio, emocionados hasta las lágrimas. Ellos, inhabilitados mental o físicamente, lo habían elegido casi por unanimidad como el jugador del año en su club y lo esperaron con un trofeo que Luis se llevó hinchado de orgullo. Pasó más de una hora posando junto a niños y mayores discapacitados. "Esto es increíble porque esta gente es increíble, pensar que cada vez que juego y hago goles los hago tan felices", comentó el uruguayo. Y enseguida agregó: "cuando veo a esos chicos y sus familias me siento bien sacándome fotos con ellos. Ellos son felices con eso y yo también lo soy".
Colin McCall es uno de los encargados de manejar la organización. El afirma que "el hecho de que alguien tan querido por ellos (los discapacitados) como Luis Suárez, venga a aquí a llevarse su trofeo, interactuando al mismo tiempo con ellos, es algo absolutamente fantástico".
Y sí, realmente en las fotos se le ve feliz. Su sonrisa no es forzada, es distendida y sincera. Está a gusto haciendo feliz a gente que tanto lo necesita.
Cómo será el después para Luis Suárez? Los vaivenes del fútbol lo dirán, pero hay algo que parece inamovible: para desprenderse de su estrella Liverpool va a pedir una suma de dinero que muy pocos clubes en el mundo pueden pagar.
Las apuestas están abiertas. Por ahora parece que el "No está en venta" paga muy poquito, casi nada...porque está casi cantado.
viernes, 17 de mayo de 2013
Advertencia fatal
"He's been Guspended". El titular del matutino The Sun flota casi al pie de una de las páginas interiores del Suplemento Deportivo del viernes 17 de mayo de 2013. La nota es breve pero clara por demás. "Gus" (para los ingleses) Poyet ha sido insólitamente suspendido por su club, el Brighton, el mismo que besa las orillas del Canal de la Mancha. Junto a él también cayeron en la redada su Ayudante Técnico, Mauricio Taricco y el Coach del primer equipo, Charlie Oatway.
El comunicado del club del balneario más importante de Inglaterra, es escueto y carente de explicación alguna. Suspenden a todo el equipo técnico con prohibición de acercarse siquiera a las instalaciones del club y a los propios futbolistas. Irónico, porque la actividad de la temporada se terminó el lunes para el club, de manera que de todos modos el Cuerpo Técnico no iba a contactarse con los jugadores ni tampoco concurriría al campo de entrenamiento de la institución...a menos que se les antojara disfrutar de un pic-nic sobre el césped. Lo decretado parece algo inédito aunque es imposible asegurarlo a rajatabla en medio del enjambre inmenso de clubes de fútbol desparramados a lo largo y a lo ancho del planeta. Y además hay más de un siglo de fútbol, ha pasado de todo adentro y afuera de las canchas. No puede descartarse que en algún rincón del planeta, durante los siglos XIX, XX o XXI, otro entrenador haya sido suspendido en sus funciones por la directiva o los propietarios del club.
Es fácil y está en la tapa del libro: a los técnicos se les cesa, se les ratifica en el cargo o renuncian al mismo. Más de medio siglo de ver y vivir fútbol no le ha alcanzado al periodista para alcanzar a ver otro caso semejante a este de Gustavo Poyet, pero... El hecho está ahí, es noticia desde anoche en Inglaterra y afecta a un uruguayo que ha hecho camino al andar en estas tierras de clima tan inhóspito. Querido, respetado, valorado. Y ahora también suspendido.
The Sun habla de reiteradas discusiones entre el Cuerpo Técnico de Brighton & Hove Albion y la cúpula del club. The Independence viene aún más cargado respecto al tema. Dice que el detonante fueron las declaraciones de Gustavo Poyet en la conferencia de prensa llevada a cabo luego de la derrota del lunes ante Cristal Palace. Los de Londres jugarán ante Watford el 27 de mayo en Wembley y el que gane subirá a la Premier League. Los del Canal de la Mancha seguirán en la Championship (Segunda División).
Lo cierto es que en plena conferencia de prensa, Poyet prometió hablar con Tony Bloom, el propietario de Brighton & Hove Albion, sobre la falta de ambición de la institución. "Me gustaría saber si se considera que con ésto ya hemos alcanzado nuestro techo", había dicho Gustavo, con la derrota ante Cristal Palace todavía clavada como una lanza en el pecho de todos. "Cuando sepa eso, veremos, veremos, porque como técnico yo quiero mejorar. Estoy bajo contrato, lo sé, pero veremos que pasa", había completado el ex-futbolista de River Plate, Zaragoza, Chelsea y Tottenham Hotspur. Claro, esto hizo recordar a todos por acá sobre tiempos aún muy frescos, cuando ya entrado 2013, el uruguayo había denunciado que la paga del club que dirigía figuraba entre las más bajas de la Championship inglesa (Segunda División). Fuerte, mucho, muy fuerte. Pero es verdad? Por supuesto que sí, y muy dura, tanto como el knock out recién sufrido en su propio y flamante estadio.
Pero el alegato de Gustavo no quedó ahí. El martes último se reunió con los futbolistas y les confesó que no podía garantizarles un futuro venturoso en lo económico si permanecían la próxima temporada en el Bighton & Hove Albion, debido a los problemas financieros que aparentemente azotan al club. Todo indica que esta advertencia a sus ahora prácticamente ex-dirigidos, puede haber sido el detonante para su suspensión y la de sus colegas.
Ciertas fuentes hablan de "rompimiento de contrato" como la causa de la suspensión de Poyet y su séquito. Es que Gustavo tiene el vínculo firmado con Brighton por tres temporadas más, pero parece que ya es público que ha sostenido conversaciones al menos con tres instituciones. Everton termina de despedir a lágrima viva a su David Moyes, conductor del club por más de una década. Se les fue al campeón Manchester United. Nada más ni nada menos. Fulham casi terminó peleando el descenso y la actuación del equipo dirigido por el holandés Martin Jol, el mismo que en su momento le otorgó a Luis Suárez el capitanato del Ayax, ha sido frustrante para todos los allegados al legendario estadio de Craven Cottage. Es un hecho que en los próximos días Málaga agitará pañuelos de despedida al chileno Manuel Pellegrini, quien tratará de resucitar al Manchester City.
Un viejo amigo y colega del periodista suele asegurar que las suspensiones o ceses en los lugares de trabajo casi siempre obedecen a una acumulación de tarjetas amarillas que, por decantación, llevan a la roja para el involucrado. El caso de Gustavo Poyet en el Brighton & Hove Albion, parece enmarcarse claramente dentro de esa inteligente opinión.
Había terminado el choque decisivo ante Cristal Palace. Un Gustavo Poyet de ojos rojos y rostro desencajado, daba la cara ante la cadena televisiva Sky Sports: "voy a pensar sobre mi futuro, tengo tiempo para eso, ahora no es justamente el momento indicado porque estoy muy disgustado por la derrota".
Es leer entre líneas, nada más que eso: esas palabras sonaron a despedida. El ya lo sabía.
El comunicado del club del balneario más importante de Inglaterra, es escueto y carente de explicación alguna. Suspenden a todo el equipo técnico con prohibición de acercarse siquiera a las instalaciones del club y a los propios futbolistas. Irónico, porque la actividad de la temporada se terminó el lunes para el club, de manera que de todos modos el Cuerpo Técnico no iba a contactarse con los jugadores ni tampoco concurriría al campo de entrenamiento de la institución...a menos que se les antojara disfrutar de un pic-nic sobre el césped. Lo decretado parece algo inédito aunque es imposible asegurarlo a rajatabla en medio del enjambre inmenso de clubes de fútbol desparramados a lo largo y a lo ancho del planeta. Y además hay más de un siglo de fútbol, ha pasado de todo adentro y afuera de las canchas. No puede descartarse que en algún rincón del planeta, durante los siglos XIX, XX o XXI, otro entrenador haya sido suspendido en sus funciones por la directiva o los propietarios del club.
Es fácil y está en la tapa del libro: a los técnicos se les cesa, se les ratifica en el cargo o renuncian al mismo. Más de medio siglo de ver y vivir fútbol no le ha alcanzado al periodista para alcanzar a ver otro caso semejante a este de Gustavo Poyet, pero... El hecho está ahí, es noticia desde anoche en Inglaterra y afecta a un uruguayo que ha hecho camino al andar en estas tierras de clima tan inhóspito. Querido, respetado, valorado. Y ahora también suspendido.
The Sun habla de reiteradas discusiones entre el Cuerpo Técnico de Brighton & Hove Albion y la cúpula del club. The Independence viene aún más cargado respecto al tema. Dice que el detonante fueron las declaraciones de Gustavo Poyet en la conferencia de prensa llevada a cabo luego de la derrota del lunes ante Cristal Palace. Los de Londres jugarán ante Watford el 27 de mayo en Wembley y el que gane subirá a la Premier League. Los del Canal de la Mancha seguirán en la Championship (Segunda División).
Lo cierto es que en plena conferencia de prensa, Poyet prometió hablar con Tony Bloom, el propietario de Brighton & Hove Albion, sobre la falta de ambición de la institución. "Me gustaría saber si se considera que con ésto ya hemos alcanzado nuestro techo", había dicho Gustavo, con la derrota ante Cristal Palace todavía clavada como una lanza en el pecho de todos. "Cuando sepa eso, veremos, veremos, porque como técnico yo quiero mejorar. Estoy bajo contrato, lo sé, pero veremos que pasa", había completado el ex-futbolista de River Plate, Zaragoza, Chelsea y Tottenham Hotspur. Claro, esto hizo recordar a todos por acá sobre tiempos aún muy frescos, cuando ya entrado 2013, el uruguayo había denunciado que la paga del club que dirigía figuraba entre las más bajas de la Championship inglesa (Segunda División). Fuerte, mucho, muy fuerte. Pero es verdad? Por supuesto que sí, y muy dura, tanto como el knock out recién sufrido en su propio y flamante estadio.
Pero el alegato de Gustavo no quedó ahí. El martes último se reunió con los futbolistas y les confesó que no podía garantizarles un futuro venturoso en lo económico si permanecían la próxima temporada en el Bighton & Hove Albion, debido a los problemas financieros que aparentemente azotan al club. Todo indica que esta advertencia a sus ahora prácticamente ex-dirigidos, puede haber sido el detonante para su suspensión y la de sus colegas.
Ciertas fuentes hablan de "rompimiento de contrato" como la causa de la suspensión de Poyet y su séquito. Es que Gustavo tiene el vínculo firmado con Brighton por tres temporadas más, pero parece que ya es público que ha sostenido conversaciones al menos con tres instituciones. Everton termina de despedir a lágrima viva a su David Moyes, conductor del club por más de una década. Se les fue al campeón Manchester United. Nada más ni nada menos. Fulham casi terminó peleando el descenso y la actuación del equipo dirigido por el holandés Martin Jol, el mismo que en su momento le otorgó a Luis Suárez el capitanato del Ayax, ha sido frustrante para todos los allegados al legendario estadio de Craven Cottage. Es un hecho que en los próximos días Málaga agitará pañuelos de despedida al chileno Manuel Pellegrini, quien tratará de resucitar al Manchester City.
Un viejo amigo y colega del periodista suele asegurar que las suspensiones o ceses en los lugares de trabajo casi siempre obedecen a una acumulación de tarjetas amarillas que, por decantación, llevan a la roja para el involucrado. El caso de Gustavo Poyet en el Brighton & Hove Albion, parece enmarcarse claramente dentro de esa inteligente opinión.
Había terminado el choque decisivo ante Cristal Palace. Un Gustavo Poyet de ojos rojos y rostro desencajado, daba la cara ante la cadena televisiva Sky Sports: "voy a pensar sobre mi futuro, tengo tiempo para eso, ahora no es justamente el momento indicado porque estoy muy disgustado por la derrota".
Es leer entre líneas, nada más que eso: esas palabras sonaron a despedida. El ya lo sabía.
miércoles, 8 de mayo de 2013
27 años después...
Al mediodía de aquel miércoles 8 de mayo de 2013 las acciones de uno de los dos clubes de fútbol más poderosos del planeta, cayeron un 5%. Hacia las tres de la tarde y a medida que la gente del Manchester United se iba reponiendo lentamente del shock, las acciones de la instituciónen parecieron estabilizarse en las Bolsas, si bien aún registraban una caída del 1,5%.
Se derrumbaron las tribunas de Old Trafford o la Football Association le quitó al United la Copa de la Premier League aún antes de entregársela luego del último partido de la temporada ante West Bromwich Albion? No, nada de eso, es que aquel miércoles "cualquiera" él anunció que se va, que los deja en otras manos. Que 20 años no es nada? Puede ser, pero 27 años son demasiados, todo un disparate en el mundo del fútbol para que un técnico dirija a un club, el que sea y donde sea.
Durante ese período Sir Alex Ferguson ganó todo lo que se le ocurrió para uno de los dos clubes más ricos del mundo (el otro es el Real Madrid). Entre un campo sembrado de incontables FA Cup (Copa Inglesa), brotan 13 torneos de Liga -la ahora denominada Premier League- y 2 Ligas de Campeones, la popular e incomparable Champions League. En 1999 probablemente alcanzó la cumbre de su trayectoria cuando su club perdía por 1 a 0 aquella final frente al siempre potente Bayern Munich y la dio vuelta con dos goles... anotados en los descuentos.
Un mar de llanto corona la obtención de la 13a. Premier League. Al principio la emoción por la nueva conquista fue el detonante de esas lágrimas, pero aquel día de miércoles la frustración, la incertidumbre y hasta el pánico mirando hacia el futuro inmediato, pasaron a ser las causas principales de los ojos acuosos y los pañuelos empapados en más de la mitad de la épica Manchester.
Quedaron sin consuelo. Ni siquiera les sirvió como tal la noticia de que la "Pole Position" para cargar con la pesada mochila que quedó tirada en el círculo central de Old Trafford, la tiene David Moyes, quien cuenta ya con más de una década comandando los destinos del Everton de Liverpool. El pelirojo a quien en 2012, en el clásico ante Liverpool, Luis Suárez le festejó un gol en la cara de una manera muy particular, sigue a Ferguson y a Arsene Wenger (Arsenal) en cuanto a años de antiguedad dirigiendo al mismo club. El otro que parecía competir con Moyes en la histórica sucesión, es el mismísimo José Mourinho, aunque el super ego del portugués casi ni le permitiría saltar desde el banco de suplentes para sustituir a la estrella fulgurante de Sir Alex.
Moyes, bastante más lejos Mourinho, venga quien venga, nada será igual en Old Trafford...ni en el fútbol inglés. Cuando suene el sibato final del último partido del anticipado campeón -ante West Bromwich Albion- Alex Ferguson, tras 27 años de ganar y ganar empecinadamente, delegará su cargo y pasará a ser Director y Embajador de Manchester United. Pesará tanto en su nuevo cuerpo? La Football Association lo seguirá teniendo en el pedestal a la hora de tomar decisiones tan trascendentes como las suspensiones de 8 y 10 partidos aplicadas a Luis Suárez? Y los árbitros? Qué será de ellos ahora? Continuarán midiendo con una regla a Manchester United y con otra -muy diferente por cierto- a los demás equipos?
Que el lector imagine reuniones al más alto nivel en el local de la FA en Leicester Square, pleno corazón del centro de Londres, y que también recree en su mente miradas de reojo y hasta algún "y...qué hacemos ahora?", de los intocables árbitros ingleses, es algo que se antoja como absolutamente inevitable.
Tanto como lo es el pensar en un fútbol inglés antes de Ferguson y otro después del endiosado Sir Alex. Dicho con otras palabras: qué pasará mañana?
Se derrumbaron las tribunas de Old Trafford o la Football Association le quitó al United la Copa de la Premier League aún antes de entregársela luego del último partido de la temporada ante West Bromwich Albion? No, nada de eso, es que aquel miércoles "cualquiera" él anunció que se va, que los deja en otras manos. Que 20 años no es nada? Puede ser, pero 27 años son demasiados, todo un disparate en el mundo del fútbol para que un técnico dirija a un club, el que sea y donde sea.
Durante ese período Sir Alex Ferguson ganó todo lo que se le ocurrió para uno de los dos clubes más ricos del mundo (el otro es el Real Madrid). Entre un campo sembrado de incontables FA Cup (Copa Inglesa), brotan 13 torneos de Liga -la ahora denominada Premier League- y 2 Ligas de Campeones, la popular e incomparable Champions League. En 1999 probablemente alcanzó la cumbre de su trayectoria cuando su club perdía por 1 a 0 aquella final frente al siempre potente Bayern Munich y la dio vuelta con dos goles... anotados en los descuentos.
Un mar de llanto corona la obtención de la 13a. Premier League. Al principio la emoción por la nueva conquista fue el detonante de esas lágrimas, pero aquel día de miércoles la frustración, la incertidumbre y hasta el pánico mirando hacia el futuro inmediato, pasaron a ser las causas principales de los ojos acuosos y los pañuelos empapados en más de la mitad de la épica Manchester.
Quedaron sin consuelo. Ni siquiera les sirvió como tal la noticia de que la "Pole Position" para cargar con la pesada mochila que quedó tirada en el círculo central de Old Trafford, la tiene David Moyes, quien cuenta ya con más de una década comandando los destinos del Everton de Liverpool. El pelirojo a quien en 2012, en el clásico ante Liverpool, Luis Suárez le festejó un gol en la cara de una manera muy particular, sigue a Ferguson y a Arsene Wenger (Arsenal) en cuanto a años de antiguedad dirigiendo al mismo club. El otro que parecía competir con Moyes en la histórica sucesión, es el mismísimo José Mourinho, aunque el super ego del portugués casi ni le permitiría saltar desde el banco de suplentes para sustituir a la estrella fulgurante de Sir Alex.
Moyes, bastante más lejos Mourinho, venga quien venga, nada será igual en Old Trafford...ni en el fútbol inglés. Cuando suene el sibato final del último partido del anticipado campeón -ante West Bromwich Albion- Alex Ferguson, tras 27 años de ganar y ganar empecinadamente, delegará su cargo y pasará a ser Director y Embajador de Manchester United. Pesará tanto en su nuevo cuerpo? La Football Association lo seguirá teniendo en el pedestal a la hora de tomar decisiones tan trascendentes como las suspensiones de 8 y 10 partidos aplicadas a Luis Suárez? Y los árbitros? Qué será de ellos ahora? Continuarán midiendo con una regla a Manchester United y con otra -muy diferente por cierto- a los demás equipos?
Que el lector imagine reuniones al más alto nivel en el local de la FA en Leicester Square, pleno corazón del centro de Londres, y que también recree en su mente miradas de reojo y hasta algún "y...qué hacemos ahora?", de los intocables árbitros ingleses, es algo que se antoja como absolutamente inevitable.
Tanto como lo es el pensar en un fútbol inglés antes de Ferguson y otro después del endiosado Sir Alex. Dicho con otras palabras: qué pasará mañana?
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