miércoles, 12 de febrero de 2014

El Modelo Inglés no sienta bien

La violencia en el deporte, que en el Uruguay se da particularmente en el fútbol y en el básquetbol, puede sucumbir si se toman medidas de distinto tipo y calibre de parte de las autoridades correspondientes. Es un país muy chico, las caras conocidas abundan en proporción inversa a la escasez de población, siempre se dice que los violentos, inadaptados o como quiera llamárseles, son pocos y fácilmente identificables. La Justicia ha tenido últimamente bastante imaginación a la hora de tipificar cargos que habiliten a que muchos de ellos terminen, si no entre rejas, al menos con un procesamiento que realmente les complica su futuro en la vida.

El problema se presenta cuando alguien -puede ser cualquiera, conocido, desconocido, periodista, dirigente, hincha- toma el megáfono y se pone a pregonar que Uruguay tiene que seguir el ejemplo inglés en la materia. Y esos pregoneros están absolutamente convencidos que la base de la solución del problema de la violencia en el fútbol de Inglaterra, estuvo y aún está en que aquellos hooligans o sus imitadores que estén debidamente identificados como promotores de disturbios dentro o fuera de los estadios, deban presentarse en las seccionales policiales que les correspondan, dos horas antes de los partidos que juega el club del cual son hinchas. Asimismo, la cháchara incluye que esos "nenes malos" no sean autorizados a dejar las sedes policiales hasta que no transcurran dos horas de finalizados los encuentros.

Todo fantástico, muy lindo y, aparentemente, muy efectivo. La única objeción es que ese procedimiento está muy lejos de ser la base del dispositivo que no solamente alejó a los violentos de las canchas inglesas, sino que posibilitó que entre hinchas y futbolistas no haya tejidos, vallados, muros, ni nada que se les parezca, tanto que a veces los encargados de la seguridad a nivel de campo deben frenar a los futbolistas para evitar que terminen abrazados con los "fans", a la hora de dar rienda suelta a la euforia de un gol trascendente.

Alguien se animaría en Uruguay a cobrar $ 4.000 una entrada al Parque Capurro, por ejemplo, en aras de citar una -cualquiera- de las canchas de clubes de Primera División en Montevideo? A ese precio hasta es posible pensar, con real asidero, que ni los propios futbolistas asistirían a los encuentros,  por una simple razón: los mismos no se jugarían y el fútbol en el país de la inmensa conquista de Maracaná, sencillamente desaparecería. Es obvio que ningún hincha tiene bolsillo para pagar una fortuna semejante por asistir a un partido de fútbol. Y como en Uruguay el espectro de ricos y millonarios es realmente reducido, muy de acuerdo por cierto a la cantidad de pobladores, los fanáticos de Danubio, Liverpool, Wanderers, Fénix, Sud América, Defensor, por nombrar sólo algunos clubes y hasta los de Nacional y Penarol, con su gran poder de convocatoria, que gastarían esa suma u otra muy similar en ir a alentar a sus equipos, se contarían fácilmente con los dedos de una mano. De modo que, dicho con otras palabras y muy brevemente, esa "solución" para extirpar el cáncer de la violencia en el fútbol, no caminaría ni con muletas.

Pues ese remedio, que no es otro que la despopularización del fútbol, es el veneno de ratas que erradicó definitivamente a los violentos de las canchas inglesas. Y debido a que en Inglaterra la población asciende a 54 millones de habitantes y en general el nivel de vida es -obviamente- el de un país del Primer Mundo, aparte de que la infraestructura y la organización del fútbol en las cuatro Ligas profesionales que dependen de la Football Association, es simplemente fantástica, son ciertamente muchos los que pagan precios astronómicos como el citado y más caros todavía, con tal de no perderse la fiesta de presenciar el partido de su equipo favorito. Tantos son, que los clubes venden prácticamente todas las entradas al principio de la temporada, a esos "Season Holders", una suerte de socios que pagan una importante cuota anual y encima el costo de las entradas para cada partido oficial de su club.

Gente para todo, como muy bien reza el dicho popular. En Uruguay no se puede aplicar ese expectorante que eche a los violentos hacia afuera, está claro, aunque también lo está que, al ser un ambiente muy reducido y de caras conocidas, o muy conocidas, los procesamientos de los violentos, si la Justicia se lo propone, deberían caer uno detrás del otro, con la fluidez de una catarata. Y por ahí estaría la solución al problema. Imitar el "modelo inglés?" Humm...habría que sacárselo de la cabeza eh?

6 comentarios:

  1. Los ultimos clasicos entre Nacional y Peñarol en el centenario, tienen ejemplos claros de la violencia en las canchas uruguayas. En uno todo pasa en las tribunas, donde grupos del publico cometen destrozos y agreden policias. La situacion es tal que el encuentro se detiene y hasta los jugadores contemplan los desmanes. En el otro le vilencia se desencadena en el terreno de juego y de una manera vergonzosa termina en una batalla casi campal entre los dos equipos. En este caso, el publico no se limita solo a mirar . Recibe el mensaje y tanto durante como a la salida del partido las agresiones se sucedieron, algunas muy violentas. Si bien corregir la actitud de los hinchas belicosos demanda complicadas medidas. la de reglamentar estrictamente la actitud de los futbolistas profesionales deberia ser una prioridad. Desde la manera de discutir las desiciones del referi, dialogos entre jugadores, y todo tipo de gesticulacion incitando a el enfrentamiento o la burla deberian ser gravemente penalizados. Que los que gustan de los deportes con clima violento vayan a ver las peleas de lucha libre, donde todo esta tan organizado que raras veces el publico interviene mas alla de los gritos.

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    1. Gracias Emilio, de todas maneras el tema por mi enfocado era otro, ya que trato siempre en las notas del Ojo -no me importa tanto en el Twitter- de no inmiscuirme demasiado en los problemas de un país en el que "no toco pito" porque vivo a 14.000 kms. de distancia, por lo cual debo darle la derecha a las opiniones de quienes viven allá.
      Siempre trato de proyectar algo que parta de acá, de Inglaterra, que es el lugar donde vivo. Por ejemplo acá la cuestión era hacer ver que llenándose la boca con que "hay que seguir el modelo inglós", en Uruguay no llegan a ninguna parte, simplemente porque, al menos en su parte básica que es el altísimo precio de las entradas, no pueden alcanzarlo.
      Te mando un gran abrazo.

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  2. Buena nota Álvaro, comparto plenamente contigo.
    El poder adquisitivo de la gente que va al fútbol en Uruguay no permitiría pagar esos precios astronómicos que se pagan en Inglaterra aunque creo que sí podrían pagar el doble o un poco más de los precios que se pagan actualmente si el espectáculo lo amerita. Este es otro de los problemas de nuestro futbol, el espectáculo. Definitivamente hay que erradicar a los violentos de los eventos públicos pero también hay que hacer algo para mejorar el espectáculo que actualmente no atrae a nadie, nuestro futbol se quedó en el tiempo salvando las ultimas performances de la selección. El Campeonato Uruguayo está cada vez más devaluado. Los equipos grandes ya no tienen peso internacionalmente. Sin ir más lejos, la semana pasada quedo demostrado, ninguno de los tres equipos pudieron ganar en la Libertadores. El partido del Liverpool/Fullham la semana pasada coincidió con el de Peñarol/Anzoátegui, cuando terminé de ver al Liverpool (por Suárez por supuesto, como la mayoría de los uruguayos que hoy simpatizamos con el Liverpool gracias a Suárez) cambie de canal para ver a mi viejo y querido Peñarol, y la verdad que fue una decepción. Pasar de ver al Liverpool en la mejor liga del mundo actualmente, y el espectáculo visual dentro y fuera de la cancha que significa ver un partido de la PL, a ver un partido de Copa Libertadores entre un equipo uruguayo contra un venezolano fue un cambio muy brusco en todos los sentidos. A nivel de espectáculo y a nivel de futbolístico. La pobre performance de Peñarol y el marco del encuentro en una ciudad donde el futbol no es el deporte más popular hacían ver un pobre espectáculo. Para mí los equipos uruguayos están en el último escalón de América a nivel futbolístico. La mayoría de los equipos en América han evolucionado en mayor o menor escala excepto los nuestros. Observaba con atención al deportivo Anzoátegui como jugaba y la verdad que tiene mucho más fútbol que Peñarol, Nacional o Defensor. Esto me entristece porque más allá de ser hincha de Peñarol soy hincha del fútbol uruguayo y no hay nada que me emocione más que ver a la Celeste o Peñarol entrar a una cancha de futbol y verlos ganar. Y cuando juegan equipos uruguayos por copas internacionales quiero que ganen siempre no importa que equipo sea. Y creo que este es uno de los motivos entre tantos otros, por el cual la gente no se arrima al futbol y no paga más porque el espectáculo no lo amerita. Quedo demostrado cuando Peñarol hizo un campaña decente en La Copa en el 2011 que la gente acompaña y llena el estadio y paga lo que haya que pagar.

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  3. Creo que me extendí demasiado. La voy a cortar por acá.
    Resumiendo, mi esperanza de que el futbol uruguayo mejore esta prendida cada vez más a un milagro. Cuando los jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas cambien la cabeza y se dejen de chiquitas y miren hacia adelante juntos y cada uno ponga lo mejor de sí para mejorar el espectáculo las cosas pueden empezar a cambiar. Los jugadores tratando de ganar los partidos juagando al fútbol y no tratando de demostrar quién es más guapo y amedrentando al rival con golpes arteros. Si hay algo que me gusta del futbol inglés es que se juega fuerte pero rara vez con mala intención. Generalmente van fuerte a la pelota y no al cuerpo del rival, a no ser que ese rival sea Suárez, je je. Los técnicos actualizándose y fomentando el buen en fútbol y sacándole dramatismo al perder un partido. Los dirigentes tratando de usar el ingenio para generar más recursos económicos y tratar de dirigir más como empresarios y menos como hinchas rabiosos. Esto es fútbol señores y se gana jugando al futbol. Los hinchas, cuando nos dejemos de festejar más una patada que una buena jugada y le exijamos a los futbolistas más fútbol y menos violencia quizás empiecen a dar más espectáculo. Por lo menos así lo veo yo, parafraseando al carismático Guillermo Nimo.

    Nada es fácil, lo sé y generalmente sentado en la tribuna se ve mucho más fácil aun. Pero creo que en Uruguay hay gente capaz de mejorar esto. Una vez me dijo un empresario de la publicidad del cual aprendí muchísimo: “ojalá que todos los uruguayos tuvieran la posibilidad de salir del Uruguay y verlo desde afuera. Las cosas se ven de otra manera me dijo.” Hoy lo estoy comprobando. Quizás por aquello de que el árbol no nos permite ver el bosque. O quizás porque cuando uno convive día a día con personas de una cultura diferente aprende a ver las cosas desde otro punto de vista. Respeto mucho a mis paisanos uruguayos porque hay gente muy inteligente y de corazón enorme en mi país y a pesar de las carencias en la educación y los momentos difíciles que se viven en Uruguay, sigue dando buenos criollos el tiempo.
    Ojala todo mejore y no solo el fútbol para bien de mi querido Uruguay y su gente.
    Que la celeste brille más que nunca en este mundial en Brasil.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias por tu lectura y por tus comentarios tan sabios. Te mando un gran abrazo.

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  4. Gracias Álvaro, me gusta mucho leer tu columna, desde que la descubrí estoy siempre pendiente de tus nuevas notas.
    Abrazo.

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