viernes, 20 de mayo de 2016

El Celular Oculto

El ejecutivo, hincha de Manchester United, utilizaba su derecho de concurrir al sector del exclusivo "Club de los 100", una suerte de palco selecto al que no va cualquiera por cierto, y que está ubicado en el sector noroeste del estadio de Old Trafford. Cuarenta y cinco minutos antes del pitazo inicial del último partido de la temporada, eran más que suficientes para darle la derecha a sus necesidades fisiológicas, así que el hombre de negocios tomó asiento en el confortable retrete del lujoso lavabo asignado al sector. Pudo ver a su frente como todo brillaba: las canillas, las piletas, los espejos y los azulejos, tal cual corresponde a un servicio asignado a un sector privilegiado del legendario "Templo del Fútbol".

Pero mientras recorría todo con mirada satisfecha y pensaba que no podía esperarse menos de un lavabo para ejecutivos, sus ojos tropezaron con algo inusual que al principio lo dejó completamente descolocado. Y entonces pensó: "debo estar delirando o eso es un celular adosado con cinta aisladora a un tubo (presumiblemente conductor de gas) detrás de esa puerta". Cumplido su cometido íntimo, el ejecutivo se acercó y pudo comprobar acabadamente su presunción inicial.

OLFATEANDO. 20 minutos antes de las 3 de la tarde, hora de comienzo del encuentro ante Bornemouth el domingo 15 de mayo, Old Trafford ya estaba evacuado completamente. Tranquilidad en algunos, lágrimas en otros, trastornos al por mayor en locales y visitantes, Partido demorado al principio, suspendido poco después. Las cámaras, a falta de la pelotita rodando, pasaron a tomar imágenes de personal de seguridad de la Policía Metropolitana, apoyados por perros especializados en detectar artefactos explosivos. "Olfateamos por allá, olfateamos por acá, vos andá para el corner que yo me mando atrás del arco", O quizás "acá no hay nada che, vos encontraste algo del otro lado? Estos bol.... nos están haciendo laburar un domingo al santo botón", podría haber sido el diálogo entre los especialistas caninos. Nada por aquí, nada por allá, así que lo único que se supo poco después, fue que los "Red Devil" habían perdido muchos millones de libras esterlinas tras el hallazgo del ejecutivo en el "toilette" de hombres del "Club 100".

Mientras la escuadra anti-bombas realizaba una explosión controlada del celular en cuestión, apareció un personaje que se golpeó el pecho entonando un "mea culpa". Chris Reid, al frente de una empresa de seguridad, confesó que al término de un ensayo realizado en Old Trafford el miércoles 11 de mayo último, es decir cuatro días antes del partido ante Bornemouth, tenía registrados en sus libros que se habían  retirado 13 de los 14 artefactos ficticios utilizados en la prueba, pese a lo cual no dió importancia a que faltaba uno de los aparatos, pensando en una confusión de conteo sufrida por el personal a su cargo. En buen romance, Old Trafford fue evacuado y el último partido de la temporada suspendido con millones de libras perdidas, porque alguien se olvidó de retirar una bomba falsa, producto de un simple ensayo de seguridad.

GUILLOTINA. "Estoy seguro que hay reuniones en éste momento para elegir cuál guillotina van a usar conmigo", declaró el resignado Reid. Pese a ello, a este policía retirado de la Scotland Yard y con actuación en seguridad durante los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, le quedó valor para increpar a las autoridades de Manchester United: "no necesitaban evacuar el estadio, era sólo un dispositivo inanimado, completamente inofensivo". Mientras tanto Ed Woodward, ejecutivo del club local, se defendió diciendo que "no podíamos asumir que el dispositivo detectado era un error del ensayo de seguridad del miércoles pasado (11 de mayo) y si ésta situación se presentara nuevamente en el futuro, tomaríamos la misma medida (suspender el partido) porque la seguridad de los hinchas es nuestro objetivo número uno en cualquier evento que se desarrolle en Old Trafford".

Cuatro millones de libras esterlinas perdió Manchester United tras el insólito insuceso, por concepto de pago de alojamiento y transporte extras para el club visitante y devolución del importe de las entradas a hinchas propios y ajenos, así como por el suministro -a quienes lo solicitaron- de pases gratuitos para ingresar al "Templo del Fútbol" el martes 17 de mayo, cuando finalmente se disputó el partido ante Bornemouth.

PASEANDO? Más allá del ridículo, la situación creada mueve a reflexiones varias. Una de las más resaltables es que el terrorismo a veces golpea sin siquiera proponérselo, simplemente mediante un procedimiento llamado "psicosis". Y es bueno dar gracias porque ésta vez esa psicosis, ese pánico, no causó ni muertos ni heridos, como sucedió con el infortunado joven brasilero Jean De Meneses, acribillado infamemente en el sur de Londres, al ser confundido estúpidamente y sin razón alguna con un terrorista, pocos días después de los cruentos atentados de julio de 2005.

Pero otra de las reflexiones destacadas que derivan del insuceso del domingo 15 en Old Trafford, es que la falsa bomba fue descubierta de pura casualidad por un civil a tan sólo cuarenta y cinco minutos de iniciarse el partido, luego aplazado en 48 horas. Para dónde miraba el personal de seguridad a cargo de la revisación previa del estadio de Manchester United al recorrer las instalaciones? O estaban disfrutando de un paseíto para digerir el almuerzo? Una cosa es segura: si la bomba hubiera sido verdadera seguramente ésta crónica se hubiese vestido de negro y estaría redactada en otros términos.




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