sábado, 25 de agosto de 2012

Las palabras que helaron a Luis

    El goleador del West Bromwich Albion se levanta limpiamente, aplica el frentazo cruel y sentencia el 3-0 matando las ilusiones del Liverpool. Partido liquidado.
    Como siempre Luis Suárez había sido el mejor jugador de la visita, pero se habia perdido varios goles, así que cuando escuchó el silbato final del árbitro estaba herido, tenso y sobre todo, enojado consigo mismo como parte de esa especie de auto exigencia de corte dictatorial que el uruguayo se impone cada vez que se mete adentro de una cancha de fútbol.
    En esas precarias condiciones espirituales vio que Peter Odemwingie, el moreno ariete del local, el mismo que minutos antes le había dado al resultado final el rótulo de "goleada", enfilaba sin vacilaciones directamente hacia él. Fue entonces que la historia reciente, la de la diabólica trama urdida en su contra, la que enarboló las banderas de la injusticia y la discriminación , golpeó a su puerta, casi con urgencia, para preguntarle: "Luis, y ahora qué...?
    Luis escuchó a Odemwingie y después que el moreno tomó el camino del vestuario, no logró reaccionar enseguida. Simplemente se quedó helado, sin palabras y solamente horas después, junto a los suyos y en la tranquilidad de su hogar, rememorando las palabras de su rival por enésima vez, se felicitó de nuevo por haberse quedado, por haber firmado un nuevo contrato con Liverpool, por haber aceptado el desafío. "Tenés que olvidarte de toda la basura en la que te metieron, sos un gran jugador y tenés que preocuparte sólo de jugar", le había dicho quien había consolidado minutos antes la derrota de su equipo, un chico de raza negra con quien jamás había cambiado siquiera una palabra.
    La extensísima nota del matutino The Guardian al ídolo uruguayo del Liverpool inglés, fue la primera concedida a medios británicos por el futbolista luego del "affair Evra". Una de esas entrevistas ricas, descarnadas, disfrutables, con frases contundentes, claras, transparentes, por parte del protagonista. Un resumen modesto pero medianamente acertado de ellas, podría ser el que sigue:
     "Yo jugaba descalzo en la calle con mis amigos y nunca tuve la chance de decirle a mis padres 'quiero este par de zapatos de fútbol'. En cambio cuando llegué a Holanda me encontré en el club (Groningen) con chicos de 17 o 18 anos que iban a las prácticas en Audi 0 km. Lo tenían todo, ya lo tenían todo tan temprano, pero el problema es que cuando se tiene todo tan pronto en la cancha no se da todo y yo no puedo concebir que alguien no dé lo máximo en una cancha de fútbol durante cada segundo en que esté dentro de ella".
    "Los brasileros son casi 200 millones, los argentinos 45, nosotros los uruguayos somos sólo 3 millones, pero a cambio tenemos hambre de gloria, deseo extra para correr y sufrir dentro de una cancha".
    "La gente me dice 'cómo podés correr tanto? cómo podés sufrir tanto? cómo puede una derrota herirte tanto?' Y es verdad,  hay partidos en que me pregunto: 'por qué estoy tan estresado si todo lo que quiero es jugar al fútbol y lo estoy haciendo?' A medida que pasa el tiempo uno se da cuenta que tiene que ser más maduro, tomar los partidos como uno más. Sin dejar de darlo todo, pero no jugarlo antes, ni estar tenso y hasta herido antes del partido".
    "Los técnicos me dicen que puedo ayudar más al equipo si no hablo, protesto y me quejo todo el tiempo. Oscar Tabárez, durante un partido contra Argentina, me dijo: 'Luis, si no te calmás te saco ya'. Para el segundo tiempo me concentré, jugué mejor y hasta anoté. Los técnicos que son inteligentes ven eso, te avisan, te ayudan".
    "Gerrard (Stephen) se acercó a mi antes de un partido contra Manchester United (el que se jugó tras el famoso episodio de la mano no estrechada a Patrice Evra) y me dijo: 'probá que sos de los mejores jugadores del mundo, eso es lo único que importa ahora'".
    "No me importa que me abucheen en el partido cuando tomo la pelota, lo que me hirió fue que abuchearan el himno uruguayo en Cardiff (Juegos Olímpicos, partido Uruguay-Gran Bretana), fue una falta de respeto. Ussain Bolt cortó una entrevista que le estaban haciendo en el Estadio Olímpico e hizo silencio porque en el otro extremo estaban tocando el himno de Estados Unidos durante una ceremonia de premiación, eso es tener respeto".
     "Pero personas que ni me conocen, que se creen todo lo que les dicen de mi, que además hacen la suya porque juegan su partido para su equipo, no me importa en absoluto que me abucheen cuando tomo la pelota".
     "Lo que Odemwingie (Peter) me dijo me importa un millón de veces más que cualquier abucheo".
     "Obviamente no vamos a llegar a jugar como Barcelona pero el objetivo, la idea, es un poco esa, tener la pelota todo el tiempo o presionar para recuperarla. Y tenerla sin pánico, buscar los espacios en el momento exacto, no jugar tan apurados y desesperados como lo hicimos la temporada pasada".
     Claro que hay mucho más si partimos desde la premisa que la nota es casi interminable. Es como si el periodista encargado de llevarla a cabo se hubiera sacado las ganas -reprimidas por cierto durante mucho tiempo- de hacerle una entrevista nada más ni nada menos que...a Luis Suárez.

2 comentarios:

  1. Excelente y emocionante. Gracias por compartir esas palabras que no llegaron a este lado del Mundo (Uruguay).

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  2. excelente! pasame el link de la entrevista cuando puedas, abrazo desde san carlos/maldonado, salu'

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