lunes, 29 de octubre de 2012

Un 007 uruguayo

Corre sin freno, esquiva los brazos de sus compañeros, ríe sin parar. Al principio parece sin rumbo, pero enseguida aparece la meta: el cuadrado marcado fuera de la cancha dentro del cual se ha ubicado durante una década David Moyes, el tercer técnico más antiguo del fútbol inglés. Llegado al destino,  salta y cae tan pesada como aparatosamente junto a la línea del outball, a escasos dos metros del conductor del Everton y todo su séquito. Moyes sonríe. Forzadamente, pero sonríe. Sus ayudantes se agachan y le dicen de todo. Los hinchas del local salen como por milagro del impacto del mazazo del gol de apertura, así que se levantan como impulsados por un resorte y sus caras se deforman por la furia y los terribles insultos que le dedican.
Antes, durante la semana, a pocas horas del derby de Meresyde, David Moyes se había entretenido calentando la olla a presión: "Andre Marriner (árbitro del Everton-Liverpool del domingo pasado) deberá estar muy atento porque en el último derby jugado en Godison Park (estadio de Everton) sufrimos una expulsión injusta ya que Luis Suárez se tiró aparatosamente sin ser tocado por nuestro jugador. Espero que esto no se repita".
El uruguayo remata fuerte y rasante, la pelota da en la pierna derecha del lateral de la selección inglesa Leyton Baines y se mete en el arco del americano Tim Howard. Es gol en contra pero a Luis no le importa eso, lo toma como si fuera de él, así que decide que es hora de revancha. Corre, ríe y se zambulle casi a los pies de Moyes como diciéndole: "tomá, mirá como me tiro, te clavo y me tiro, viste?"
Es cierto también que, con mucha cancha, el conductor de Everton declaró luego públicamente que "fue gracioso (el festejo), yo como jugador lo hubiera hecho, pero lo va a tener que repetir frente a muchos técnicos (que también lo fustigan casi a diario)".
Everton lo remonta casi fácilmente. Del vertiginoso 0-2 inicial fuerza rápidamente un 2-2. Liverpool se pone a remar de nuevo. En la mitad del segundo tiempo Suárez pisa inexplicablemente al lateral derecho de Everton. El pie del defensor se dobla pero, casi por milagro, no se quiebra. Feísimo, pero sobre todo sin sentido. Andre Marriner, el juez, sólo le muestra amarilla al salteño. Luis se disculpa con el agredido y palmotea al árbitro, no se sabe si por condescendencia o, lo más factible, por agradecimiento.
Sebastián Coates, que había ingresado desde el comienzo del segundo tiempo para reforzar una defensa que temblaba, pega un salto tremendo. Dada su enorme estatura el brinco le da hasta para inclinarse sobre la cabeza del zaguero de Everton, la cual queda entonces a la altura del ombligo del gigante rubio, cuyas manos se apoyan en la espalda del defensor aunque sin llegar a desequilibrarlo. Con el cabezazo hacia abajo del ex-Nacional, el tiro libre maestro ejecutado tres segundos antes por el capitán Steven Gerrard termina en los pies de Suárez quien lo impulsa como bala de cañón hacia dentro del arco de Howard: golazo por donde se lo mire y, sobre todo, legítimo, intachablemente legítimo.
En otro partido trascendente "Chicharito" Hernández, el mexicano, anotó el tercer gol del visitante Manchester United casi en la hora de finalización del choque ante el líder Chelsea. Volvía tardíamente del offside, tocó de primera la pelota y definió un partido clave, pero luego todos estuvieron de acuerdo en que la jugada fue tan rápida como la luz, que la posición adelantada de Hernández era realmente muy "fina" y, como si fuera poco, la visión del línea estaba claramente dificultada por la presencia de varios futbolistas.
En cambio en el gol anulado a Suárez, los expertos en materia referil calificaron de "Horror", mucho más que de "Error", el fallo del juez de raya. "Inexcusable", expresó públicamente un connotado miembro de lo que en nuestro Uruguay sería el Colegio de Arbitros. Y agregó para rematar, o más bien para rematar al línea: "al menos yo, no se por qué cobró offside, era demasiado clara la licitud de la jugada".
Sea como fuera, otra vez y van...Luis Suárez es el tema y la comidilla de los medios ingleses el lunes después de una nueva y -como siempre- apasionante etapa de la Premier League. La diferencia es que, hoy por hoy, el cócktail, tan cargado y explosivo como siempre, es todavía más variado 
que de costumbre. Una medida de veneno, la misma de todas las semanas aunque esta vez justificada, por el pisotón descalificador que mereció la roja pero solo ligó la amarilla. Una medida de simpatía por la zambullida con buceo incluido delante de la corte de Everton. Y, al final, esta vez hasta entró una medida de compasión por haber sido víctima de un "horror" injustificable del primer línea.
El lunes después todos hablan de Luis Suárez. Siempre es igual, lo odian, lo aman, lo admiran, lo rechazan, le temen, lo respetan. Pero hablan, siempre están hablando de Suárez. Pero lo más sugestivo es que, aún antes que empiecen los partidos de Liverpool, ya saben que van a terminar hablando del uruguayo. Como ayer en la previa del clásico de Meresyde, cuando a alguien con mucha imaginación -algo normal en Inglaterra cuando se trata de armar cualquier tipo de producciones- se acordó que este mes se están conmemorando los 50 años del inolvidable y épico personaje creado por el novelista Ian Fleming. Sí, adivinaron. En la previa de Everton-Liverpool una mágica mente creadora le quitó a Luis Suárez el mote de "Pistolero" y se lo cambió por el de "Agente 007". Las imágenes mostraban el número en su espalda y encontraban los movimientos más adecuados del goleador para combinarlos con la clásica música de las películas. Fue la tarde en que apareció un James Bond uruguayo. Lo que nos faltaba, no?

4 comentarios:

  1. Muy buena alvaro, tambien arteta hizo gol en offside el sabado, abrazo

    ResponderEliminar
  2. Buena nota Alvaro. Encontre un link en en el twiter te El Pais. Muy buenas tus notas voy a visistar to blog mas seguido. Suerte!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias estimado Henderson, es un placer contar con tu lectura. Gran abrazo.

      Eliminar