La danza comenzó hace rato, los fantasmas saltan de un lado a otro, las libras y los euros brincan, suben, bajan, en un instante llenan arcas, al siguiente momento las vacían. Las cotizaciones vuelan, claro, como no podrían si están por las nubes y por ahí sólo está permitido volar...y soñar, que no cuesta nada. La realidad, cuando se baje el telón al terminar un período de pases que parece haber comenzado hace siglos pero que increíblemente aún no empezó, será muy distinta. Los pies estarán de nuevo sobre la tierra y la mayoría de las palabras que ahora llenan la media del mundo...se las habrá llevado el viento, el mismo que mueve las nubes, donde sólo está permitido volar, soñar y, al final, caer a tierra.
Dos señalados uruguayos se dejan llevar por las ráfagas que atraviesan las Islas Británicas por estos días. Los dos nacieron en Salto. Uno de ellos, el pelilargo que por ahora pertenece al Nápoli italiano, es el tipo de futbolista por el cual José Mourinho mataría si le estuviera permitido. El hijo pródigo que regresó hace nada al afamado Chelsea del centro de Londres, se babea por un futbolista que vomita fuego en el área rival y diez segundos después se hace dueño de un cierre espectacular, terminado en una barrida con quite magistral incluido, en la posición de lateral derecho. Minutos más y estará ejecutando otra vez al arquero rival. Cuando se reanude el juego cubrirá el lateral izquierdo de su defensa y a la siguiente jugada despejará de cabeza un corner peligrosísimo en su propia área...antes de intentar el hat-trick que Edison Cavani utiliza asiduamente para justificar el cartel de verdugo implacable del equipo que se le atraviese en el camino.
Mourinho, aún luego de dejar Chelsea para dirigir al Inter de Milán, nunca habló bien de Fernando Torres. Dio a entender que pagar la friolera de 50 millones de libras por el rubio español, era más que desatinado, disparatado. "El Niño" no es su tipo de futbolista, el polémico portugués no gusta de su estilo, no le tolera las caídas anímicas y los altibajos que el ex-Liverpool y Atlético Madrid muestra incluso dentro de un mismo partido.
Por eso Chelsea va por Cavani. Más que ir, embiste por Cavani, atropella por el salteño del pelo largo y la vincha. Pero eso sí, no quiere a Torres. Entonces ambos -José Mourinho y el mandamás Roman Abramovich- usan la lógica, como si ambos le dijeran a coro al Rafa Benítez, flamante técnico de Nápoli: "por qué tenemos que pagar 54 millones de libras por Cavani si te podemos dar al "Niño", que se puede decir que es jugador tuyo? Contigo siempre anduvo bárbaro, cuando estabas en Liverpool le sacaste más jugo que a una naranja valenciana, el tipo volaba sobre el césped y vacunaba a cuanto arquero tenía delante".
La pelea comienza. El anunciador vocifera que "en este rincón José Mourinho, peso pesado portugués y Roman Abramovich, peso pesado ruso, quieren al uruguayo Edison Cavani cediendo al español Fernando Torres como parte del pago! Y en este rincón (señala en la dirección opuesta) Aurelio De Laurentis, peso pesado del Nápoli de Italia, pretende vender al "Matador" embolsándose los 54 millones de libras en cash o aceptando como parte de pago a Torres, pero cotizado solamente en 10 millones de libras, ni uno más!
Y tan clara la tiene De Laurentis, que descarta de plano un mano a mano con Edison Cavani. "Para qué molestar al jugador cuando está al servicio de su selección en una Copa muy importante, si la cláusula de recesión es clara, está ahí y el que la alcance se lo lleva?"
Y como rúbrica repitió por enésima vez que "el único que ha ofertado hasta ahora por Cavani es Manchester City pero no ha llegado ni de lejos a cubrir los 54 millones de libras".
Bastante más al norte de Inglaterra, Liverpool F.C. está en un grito. Los flirteos de su estrella con Real Madrid parecen haberse vuelto realmente peligrosos luego de la llegada del nuevo técnico "merengue", el italiano Carlo Ancelotti.
Quizás obedeciendo a aquel dicho de "Fuente Confiable", a los de Anfield Road les preocupa particularmente que sea el diario "Marca", especialmente afín a los intereses madridistas, la publicación que asegura que Luis Suárez tiene todo arreglado con Real Madrid. Es como que se preguntan: "pero entonces, será verdad nomás?"
Pero Liverpool no está de humor como para ceder al goleador sin que el comprador alcance los 40 millones de libras de la cláusula de recesión. Pretenden que el uruguayo efectúe por escrito el requerimiento para ser negociado, un "quiero irme ya", firmado y sellado. Aseguran que el salteño está violando el contrato al haber sostenido charlas secretas -o no tanto- con el club español, a espaldas de Anfield Road.
Allá por el norte quieren un poco de lealtad de quien ellos dicen que apoyaron siempre, al cabo de cada uno de los conflictos en que se vio envuelto el uruguayo desde que pisó suelo inglés.
Liverpool esta "rojo"...de furia. Pero también le sirve estarlo porque es como hablarle al presidente de Real Madrid en estos términos: "Florentino, estamos enojados con Suárez y con ustedes porque estuvieron negociando a espaldas nuestras, así que no nos pidan ni un sólo centavo de libra menos por él, eh? Les queda claro? No vamos a permitir que nos hagan lo de 2004, cuando esperaron hasta el último segundo del período de pases para ofertar por Michael Owen y llevárselo por poco más que nada, porque el jugador quería irse y no se lo podíamos impedir".
Sí, Liverpool tiene miedo, mucho miedo. Y no sólo porque es "Suárez-dependiente" sino porque temen que todavía Real Madrid termine llevándoselo por bastante menos del valor marcado por la cláusula de recisión.
La movida está, el agite también, el tira y afloje va subiendo de tono, la gente va poblando lentamente el gran salón de baile. Esto recién empieza. O no, ni siquiera empezó todavía.
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