lunes, 30 de noviembre de 2020

FRACTURA DE CRANEO

Promedia el primer tiempo en el "Emirates Stadium" del norte de Londres y hay corner para el local. Defiende el centrodelantero mexicano del Wolverhampton Wanderers, Raúl Jiménez y ataca el zaguero brasileño de Arsenal, David Luiz. Saltan. El choque de cabezas es terrorífico. El ruido de hueso roto se escucha nítido en el silencio del estadio vacío en tiempos de pandemia. El árbitro Michael Oliver, el uno de Inglaterra, no necesita del silbato para que el partido se detenga de inmediato.

En el palco los suplentes se paran. Mientras los técnicos, el portugués Nuno Espirito Santo y el catalán Mikel Arteta, se miran en silencio. En la cancha trabaja la sanidad mientras los jugadores comentan casi en susurros lo que ha pasado. A los pocos minutos se sienta David Luiz y comienzan a vendarlo. No agarra, la venda se sale, es el pelo. El brasileño se lo estira hacia atrás y ahora sí, la tela se adhiere a la frente. Parece estar bastante bien, de pie, conversa con los médicos, comenta la incidencia.

Raúl Jiménez no puede decir lo mismo. No se levanta. Los paramédicos trabajan con él frenéticamente. Las cámaras no toman la escena. No hay primeros planos, es lógico y humano. Nuno, el técnico, llama al suplente, otro portugués, uno más en el Wolves, una especie de selección portuguesa anexa jugando en la Premier League, junto a algún español y un inglés que oficia de capitán del equipo, como para compensar.

Los futbolistas esperan. Conversan y siguen aguardando noticias sobre el caído. Algunos calientan porque, como dice el relator de TV, hace frío en el norte de la capital y, por más preocupación que haya, el calentamiento termina resultando imprescindible pese a la gravedad extrema que se intuye en la lesión del mexicano.

David Luiz ya está de pie y trata de sonsacarle algo a los paramédicos sobre el estado de Jiménez. Finalmente acomodan al herido en la camilla y ponen rumbo hacia la ambulancia mientras el brasileño camina al lado del mexicano, desentendiéndose por el momento de la reanudación del partido.

Finalmente el zaguero se reincorpora al equipo local pero se nota que no está bien, Vienen los goles y el moreno catalán, Adama Traore, una suerte de fisiculturista disfrazado de futbolista, suelta todo su repertorio. Si quiere desbordar, desborda, si quiere quebrar, quiebra, si quiere ganar en velocidad, gana siempre, si quiere ponerle la pelota en la cabeza a un compañero, pues se la pone y punto. Es un super dotado infravalorado por demás, aunque no tanto como para que a José Enrique se le haya pasado por alto, así que hoy por hoy el musculoso moreno tiene voz y voto en la mismísima selección española.

Termina el primer tiempo 2 a 1 para la visita y con David Luiz ensangrentado de nuevo. La venda no ha sido suficiente pero increíblemente el árbitro Oliver le permite seguir en la cancha hasta el final del período. Para el complemento el brasileño ya no vuelve: lo sustituye Robb Holding.

Terrmina el partido con ese 2 a 1 para los "lobos". El Arsenal de Arteta amenazó a principio de la temporada, pintó bastante bien, pero hoy ha quedado relegado, casi perdido entre las sombras.

 El lunes amanece con un comunicado de Wolverhampton Wanderers informando que Raúl Jiménez ha sufrido fractura de cráneo tras chocar su cabeza con la de David Luiz, pero que ha sido intervenido con éxito e inicia su recuperación en compañía de su pareja. El club especifica que su futbolista necesita tranquilidad y sobre todo privacía para sobrellevar el momento de la mejor manera posible.

Casi simultáneamente el Director de una institución denominada "Asociación de Lesiones Cerebrales de Inglaterra" emite un extenso comunicado fustigando a los clubes de fútbol, específicamente a sus entrenadores y cuerpos médicos, en una reacción casi furiosa ante la resolución de los médicos y técnico de Arsenal en el sentido de haber permitido que David Luiz prosiguiera en la cancha con signos claros de haber sufrido una comoción cerebral, aunque la misma hubiera sido de corte pasajero.

"¿Cuántas advertencias más necesita el fútbol?" se preguntó dicha autoridad en ese comunicado público emitido en la mañana del lunes. Y sí, todo un tema. En el fútbol y en el rugby muy especialmente. 


FURIA ROJA. Un discutido penal vía VAR le permitió a Brighton llevarse en los descuentos un empate ante el campeón Liverpool que vale oro, plata y diamantes. El gol de los de Anfield fue anotado otra vez por su nueva estrella, el portugués Diogo Jota, a los 55 minutos de juego. En el primer tiempo también el VAR, que pareció esta vez haberse ensañado con el monarca, le anuló un gol a Mohamed Salah porque, según las "benditas" rayitas que usa el sistema de video arbitraje, parece que el egipcio tenía un dedo gordo en posición prohibida.

Está claro que no son los oficiales del VAR los responsables de estas atrocidades, sino el reglamento del offside elaborado por "petimetres" de escritorio que seguramente jamás en su vida pisaron una cancha de fútbol. La posición adelantada, para sancionarse como tal, debe ser clara y punto. Como dijo en su momento Hugo De León luego del gol anulado infamemente a Edison Cavani en el dichoso Uruguay-Perú que echó a los celestes de la última Copa América: "es que Cavani tenía el pelo más largo de lo habitual". También otro histórico, Pablo Forlán, el padre de Diego, protestó agriamente contra la barbaridad que el mundo del fútbol está viviendo con la sanción de la posición adelantada: "es infame, de esta forma nos están privando del gol, están quitándole el gol al fútbol, la escencia de este deporte".

Sin embargo la polémica tras el empate del campeón no termina en las sanciones del VAR contra los de Anfield Road. Jurgen Klopp, el alemán que llevó al club a la cima de todo, echó chispas durante la entrevista televisiva posterior al partido. El carismátio entrenador la emprendió contra el fixture elaborado por las autoridades de la Premier League ya que, según afirmó, "atenta contra la salud física de los futbolistas de los clubes que, como nosotros (Liverpool) participan entre semana en los torneos de la UEFA. A este paso dudo que terminemos la temporada con once jugadores (sanos) en total en nuestro plantel". Cabe aclarar que Liverpool FC tiene, en verdad, una auténtica enfermería instalada en su actual plantel.


RESPETO. El Chelsea de Frank Lampard y el Tottenham de José Mourinho representaron el papel de dos boxeadores que se estudian y se miden desde el principio hasta el final de la pelea, casi sin tocarse, respetándose al punto de llegar al final del combate sin una sóla marca ocasionada por los puños del rival.

Ambos entrenadores se saludan correctamente pero mantienen una fría distancia entre sí, pese a haber compartido glorias imborrables en el pasado del club de Stamford Bridge. Tuvieron algunas palabras en el último cruce, se gritaron algunas cosas nada bonitas, ningún piropo por cierto, así que hoy por hoy la relación es de un respeto extremo, frío y sobre todo, distante.

Esa situación pareció trasladarse increíblemente a los futbolistas de ambos equipos y fue así que el 0 a 0 final fue el reflejo fiel, exacto, milimétrico, de ese respeto. El empate de Liverpool ayudó mucho por cierto a la especulación de "Mou", quien es un auténtico rey en el tema. Y Frank no se animó demasiado a aprovechar la situación para entronar a su Chelsea como líder de las posiciones, así que todo quedó igual al tope de la tabla, habida cuenta que increíblemente y por añadidura Leicester City, que con un simple triunfo como local ante un pobre equipo como Fulham pudo haber retomado el liderazgo, aunque fuere compartido, decidió continuar a la baja como el fin de semana anterior, y cayó increíblemente -fue 2 a 1 como local- dejando la tabla incambiada.


LA ORQUESTA. Manchester City volvió a las andadas y se devoró al modesto Burnley: 5 a 0. A toda orquesta, con el belga De Bruyne como director y el marroquí Mahrez en la ejecución, hattrick mediante, el citizen desplegó todo el "repertorio Pep", aunque por supuesto que se necesita verlo ante rivales de mayor enjundia para calibrar exactamente si la recuperación tiene el carácter de transitoria o definitiva. 

Un gol de Rafinha a los 78 minutos definió todo para el Leeds United de Marcelo Bielsa a expensas del alicaído Everton de Carlo Ancelotti y el colombiano James Rodríguez, quien continúa, como muchas otras veces en su carrera, desaparecido en acción. Pudo ser para cualquiera de los dos, pero el KO lo puso el brasileño con un golpe muy preciso por cierto. Fue un típico partido de los que se dice "el que hace el primer gol gana". Y así fue, sin mucho más para extenderse: 1 a 0.

West Bromwich Albion decidió saltarse la cola y zafó momentáneamente de los puestos de descenso al imponerse por 1 a 0 ante el último de la tabla, Sheffield United.

Newcastle lo liquidó al final y se llevó como visitante, ganando 2 a 0, un partido que había sido muy parejo ante Crystal Palace.


LENGUAS DE FUEGO

 Manchester United necesitaba un timonel calificado para enderezar su rumbo en la Premier League, pero en cambio ayer, al comenzar el segundo tiempo del partido ante Southampton, apareció en Old Trafford un volcán vomitando lava, lenguas de fuego en forma de entrega, asistencia y goles, a diestra y siniestra. 

Quien alguna vez pretenda trazar un paralelismo entre la trayectorias de los salteños Luis Suárez y Edison Cavani, quizás encuentre en el pasaje de ambos por el fútbol inglés un capítulo de excelencia dentro de su reporte. El tiempo lo dirá, pero el aperitivo que ayer nos regaló "El Matador", saltando desde el banco y dando vuelta él sólo un partido perdido, casi obliga a rememorar las hazañas de "El Depredador" en estas tierras, claro que por entonces defendiendo al rival de todas las horas del club que hoy defiende el ex-Nápoli.

Es que ciertamente fue un volcán escupiendo lava. Extrajo todo su repertorio habitual pero por quintuplicado o bien sextuplicado. Esto incluye incursiones por ambas bandas y por el centro del ataque, diagonales vertiginosas sin pelota, colaboración a destajo con su mediocampo y con los defensores, marcando y despejando balones desde la propia área del United y, claro, por supuesto, una milimétrica asistencia para el descuento del siempre infalible portugués Bruno Fernandez, más los dos cabezazos impresionantes, netos, precisos y violentos, que terminaron sentenciando un 3 a 2 que al finalizar el primer tiempo aparecía más que difuso, prácticamente invisible en el firmamento, tras el 2 a 0 hasta entonces inapelable con que la encumbrada visita castigaba al equipo más laureado de Inglaterra y en el cual había regresado, tras el auspicioso paréntesis de la Champions entre semana, el Manchester United apático, desganado, casi resignado, al que la afición se estaba comenzando a acostumbrar.

Lo que pasó en el complemento fue quizás parecido a lo que un todavía incrédulo Diego Latorre descolgó en una red social: "fue como si Cavani se hubiera dicho 'ahora entro y lo doy vuelta'. Increíble". Como en el campito, igual que en el potrero del barrio cuando el que verdaderamente la "rompía" se proponía ponerse las pilas, cargarse el equipo al hombro y arrasar con lo que se le pusiera por delante. El tema es que Cavani no estaba en el barrio, en su Salto natal, sino defendiendo a uno de los clubes más importantes de la Premier League, una de las competiciones topes del mundo del fútbol contemporáneo.Y esas cosas, las que él hizo ayer, jugando al fútbol a este nivel, no sólo no son comunes sino que tampoco son demasiado normales.

"Los movimientos de Cavani, ahí está la clave, los movimientos de Cavani", acentuaba con firme convencimiento el nerlandés Jimmy Floyd Hasselbank ante el resto del panel televisivo de la cadena Sky Sports. El problema fue que, finalizado el pobre primer tiempo del partido que siguió en el calendario, el que al final igualaron 0 a 0 Chelsea y Tottenham Hotspur, le pidieron que comentara lo que había visto y el ex-futbolista reiteró muy calmo y suelto de cuerpo, provocando las risas de sus compañeros: "los movimientos de Cavani, faltaron los movimientos de Cavani". 

-Así te quiero Matador!!!!

-Gracias negrito.

Arenga y felicitación de un hincha, uno más entre los millones que habían asistido extasiados al espectáculo televisivo de un futbolista que daba vuelta un partido de Premier League como si fuera una tortilla de papas, como si estuviera revolcándose en el barrial de un potrero de barrio. Agradecimiento bien criollo del "Edi" por la misma red en la que recibió el elogio. A los pocos minutos suena el celular de Cavani. Es alguien del club: "¡borrá eso inmediatamente, pero ya, borralo ya!".

Demasiado tarde. Por estas horas la Federación Inglesa estudia la situación y una presunta -pero casi segura- sanción de tres partidos o más a Edison Cavani por emplear públicamente expresiones de corte racista, tema sobre el cual el organismo rector del fútbol inglés se había expedido en agosto último, advirtiendo expresamente a los protagonistas de sus competencias que se abstuvieran de emplear esta clase de términos a través de las redes sociales o medios de comunicación.

Obviamente Manchester United, que en 2011 atacó a Luis Suárez sin piedad en el recordado episodio racial suscitado con su por entonces defensor francés Patrice Evra, esta vez saltó como un resorte en defensa de su salvador del domingo, Edison Cavani, con el mismo argumento que en su momento esgrimió Liverpool en el caso Suárez, es decir, que en el entorno de Cavani, el medio uruguayo y sudamericano, la expresión utilizada es de carácter cariñoso, afectivo ("affectionate expression"). El problema es que la FA ("Football Association") entiende que el goleador uruguayo tiene más que suficiente experiencia europea como para no caer en esa clase de errores. Aunque claro, ellos saben perfectamente que tanto en Italia como en Francia son absolutamente incapaces de sancionar a un futbolista por emplear una expresión cariñosa en las redes sociales. Solamente en este país puede pasar semejante atrocidad y eso está más que claro.

Lo del comienzo: si alguna vez a alguien se le ocurre trazar un paralelismo entre las trayectorias de Luis Suárez y Edison Cavani, en fin, hasta por este tema el capítulo del pasaje de ambos por la Premier League, puede ser jugoso hasta el extremo más impensable.


miércoles, 25 de noviembre de 2020

CAVANI AL TIMON

Sin ganas pero sufriendo al fin, sudando pero sin transpirar, arrastrándose una vez más por el verde: así ganó Manchester United, o lo que queda de él al peor equipo de la Premier, el West Bromwich Albion, y así gana últimanente, cuando le toca claro está, porque cuando esta oncena debe vérselas con los muchos tiburones que nadan en esta Liga, es fácil presa para sus fauces, un pecesito que no causa dificultad alguna.

"Vean los movimientos de Martial (Antony, el centrodelantero) y compárenlos con los de Cavani. Parece que el veterano es el francés y el joven es el uruguayo. Y les digo más, si ahora Cavani convierte un gol será el hombre del partido, aún habiendo jugado sólo media hora". Claro, el gol no llegó pero el comentario del panelista de la TV inglesa exime de demasiados agregados, porque en la actitud de Martial, se reflejan el propio Marcus Rashford, el mundialista Paul Pogba, el capitán Harry Maguire, la estrella en ciernes, Mason Greenwood y cada uno de los que alternan en el equipo que dirige el noruego Ole Solksjaer, con la excepción, al menos la mayoría de las veces, del arquero español David De Gea, encargado de sacar tantísimas veces las castañas del fuego en nombre de sus compañeros, tan venidos a menos.

La del United de hoy es la historia de nunca acabar, la de una transición que no termina jamás. Fue por 26 años el equipo de Sir Alex (Ferguson), así que, con el escocés partido tras partido, sin faltar ni uno sólo, con pandemia o sin ella, sentado en las tribunas de Old Trafford, hoy Manchester United es el equipo de nadie, una nave errante con el timón sin gobierno. Solksjaer pretende que Edison Cavani sea, al menos dentro de la cancha, además de goleador, el guía, el referente para los más jóvenes y para los no tan jóvenes, pero lo cierto es que si las cosas no cambian y la actitud sigue sin florecer en el césped del "Teatro de los Sueños", la tarea del salteño será difícil por demás, en aras de utilizar un concepto liviano.

Ese lloriqueante 1 a 0 al West Bromwich Albion, hoy por hoy peleando para no ser el más pobre entre los pobres, es solamente una muestra, generosa por cierto, de lo espinoso que será el camino en esta Premier para el club más laureado de estas tierras, si es que alguien, Cavani o quien sea, no toma el timón con mano firme y experta para marcar por fin el rumbo adecuado.

Nota del Redactor: El cambio de actitud mostrado por Manchester United tres días después, durante el 4 a 1 que le asestó al Istanbul de Turquía, no deja de ser auspicioso pese a la modestia innegable del rival de turno. El tema está en que los "Red Devils" se mantengan en esa senda de cara a los próximos compromisos de Premier. Esa es, por cierto, la gran incógnita planteada.

TREN BALA. Lavando los trapos sucios adentro o afuera de casa, la cuestión es que José Mourinho se las ha arreglado para que sus Spurs sean hoy los líderes de esta edición de la Premier League. Incendiando a sus jugadores públicamente o apoyándolos, crucificándolos o reglalándoles su bendición, el carismático portugués se ha puesto en camino hacia un nuevo título para agregar a su rico palmarés. 

Es cierto que falta mucho para el final de la temporada y nada puede siquiera vaticinarse aún, pero hoy por hoy esos vagones puestos delante del arquero mundialista francés Hugo Lloris y esas dos locomotoras adelante, le hacen exitosa competencia al "Tren Bala" o a "El Ave". Si todavía, tras el recto al mentón del coreano Son a los 4 minutos, promediando el complemento entra el argentino Gio Lo Celso y lo primero que hace es una espectacular corrida de 100 metros llanos para asistir milimétricamente al goleador Harry Kane, quien le da un certero golpe de gracia al alicaído Manchester City de Pep Guardiola, la resultante es un "colorín colorado este cuento se ha acabado": 2 a 0 y a otra cosa.

El secreto de "Mou" es que funcionen a la perfección los titantes defendiendo, el mediocampo sólido y expeditivo y que los dos galgos de adelante, Kane y Son, pongan sexta velocidad con la mayor frecuencia posible. El primero, además, ha devenido en el delantero más completo de esta competición: barre la casa, lustra los muebles, encera los pisos, recibe a los invitados y todavía le da el cuero para sentarse a la cabecera y ser el poderoso y omnipotente anfitrión del evento.

A "Pep" le agarraron la mano hace rato, aparte que su equipo, como bien se ha dicho en notas anteriores, se ha vuelto apático, repetido, sin cambio de ritmo ni remate certero de media distancia. Igual le han extendido el contrato hasta junio de 2023, quizás y sin tanto quizás, a cuenta de que a partir de la próxima temporada, el catalán vuelva de las vacaciones en su Barcelona con un pan bajo el brazo, posibilidad que el actual Lionel Messi no parece estar dispuesto a desmentir, Desgastado y hasta hastiado de su actual club, casi en pie de guerra con el técnico Koeman, con el francés Griezmann y con quien simplemente no le ponga buena cara, el rosarino daría la bienvenida a un cambio de aires -no al cambio de clima, claro, pero es que todo no se puede- que le regalaría cierto perfume de rosas al tramo final de su fantástica carrera.


INAMOVIBLE. El Liverpool de Jurgen Klopp destronó al hasta ahora líder Leicester City y lo mandó, con tres certeras estocadas, al quinto lugar de la tabla de posiciones. La estructura edilicia edificada por el alemán es inamovible. Los sólidos cimientos y las rectas paredes parecen reirse de las ausencias calificadas. El pilar defensivo, el caudillo nerlandés Virgil Van Dijk, marginado por toda la temporada con rotura de ligamentos, el lateral-volante por derecha, Trent Alexander-Arnold, el mejor de Inglaterra en su puesto, el egipcio Mohamed Salah, goleador empedernido, hoy con Covid19, fueron faltas que no contaron en la lista de Klopp a la hora de cercenar el liderazgo del meritorio Leicester City.

Una vez más apareció, en cambio, el portugués Diogo Jota, reciente adquisición del ejército de Anfield Road. Otra anotación del ex Wolves, más un temprano gol en contra del  veterano zaguero Jonny Evans y un "cocazo" letal del brasileño Firmino, redujeron a la visita a la nada. Leicester apareció siempre temeroso, temblequeante, desdibujado por completo, casi esfumándose en la noche de Anfield. Nunca amenazó al anfitrión siquiera y el final lo sorprendió sin haber podido mover ni una sóla pieza en el tablero. El hasta entonces líder fue un "Don Nadie". No se atrevió, no contó, no sumó. Al final fue 3 a 0 pero el marcador pudo ser mucho más cruel para la visita.

Y claro, Liverpool ya está trepado allá arriba, en la cima de la tabla, donde los Spurs de "Mou" sólo lo superan por diferencia de goles, habida cuenta de aquel memorable y a todas luces increíble e insólito 7 a 2 de Aston Villa sobre el actual monarca que hoy, a la vista de actuaciones y resultados, parece tan lejano y tan remoto. 


TRASPIE. Brighton tenía que hacer un partido perfecto para poder ganarle al encumbrado Aston Villa, con su guía y titiritero Jack Grealish en su mejor expresión y a un paso de afirmarse definitivamente en la selección inglesa dirigida por Gareth Southgate. Y los del balneario lo hicieron. Tuvieron cierta ayuda cuando al minuto de comenzado el choque se sintió Ross Barkley. El volante, a préstamo de Chelsea, ha encontrado su mejor cara futbolística en el equipo de la ciudad de Birmingham y es hoy un secuaz de primera línea del capitán Grealish, habiendo desempeñado papeles estelares en las buenas actuaciones del conjunto en esta edición de la Premier. El planteo de Brighton minimizó las llegadas de Aston Villa y al de la playa le sobró tela, no mucha pero suficiente, para "pegar" duro de contragolpe y llevarse los tres puntos ante una de las revelaciones del torneo. Y claro, tampoco es que el perdedor tenga un plantel demasidado rico. No le da como para pedir limosna en la puerta de la iglesia, pero igualmente si Grealish baja su rendimiento, como sucedió, y encima se queda sin Barkley, seguro que "es boleta": 2 a 1.

TERCERO. Chelsea se limitó a jugar al gato y el ratón con el local Newcastle. Los del norte de Inglaterra siempre parecieron heridos y nunca amagaron siquiera una resistencia mínima, de modo que el triunfo del "blue" estuvo asegurado casi desde el comienzo, de modo que, tras un rotundo 3 a 0 y la posterior caída del hasta entonces líder Leicester City, los de Frank Lampard se terminaron encaramando, por diferencia de goles, al tercer puesto en la tabla de Premier.

Southampton se quedó a un gol de ese tercer lugar de la tabla, simplemente porque no pudo mantener hasta el final el gol de Theo Walcott, el hijo pródigo que regresó a casa en préstamo desde Everton, y los "lobos" de Wolverhampton Wanderers se lo terminaron devorando con el gol del portugués Neto a 16 minutos del final. Más allá de los lamentos de uno de los equipos que ha sorprendido en esta edición de Premier, el empate final -1 a 1-  no fue sino el resultado natural de lo que se vió en la cancha.


EL NUEVE. Y un día el Everton de "Karleto" Ancelotti volvió al triunfo. No le sobró demasiado porque continúa el bajón del siempre inestable James Rodríguez, pero al menos esta vez resurgió el letal Calvert-Lewin, un "9" que ya ha saboreado selección inglesa y que fue decisivo, con sus dos flirteos con la red rival, para ese 3 a 2 ante Fulham, candidato de fierro para regresar a la Championship (2da. División) al final de la presente temporada. Los dirigidos por el ex-Tottenham, Scott Parker, no despegan de los puestos de retaguardia, mientras que los de Ancelotti corren quintos, a sólo una unidad del sorprendente Southampton.

En un "thriller" con acción abundante en el cual los caños y los arqueros se robaron los papeles principales, a West Ham United le bastó un solitario balazo de su ariete Haller, para abatir al colista absoluto de la tabla, Sheffield United, otro de los que, si no ocurre un cataclismo, serán bienvenidos en la Championship (2da. División), para la próxima temporada.

Burnley, otro de los claros postulantes para remarla en 2da. División a partir de agosto de 2021, pegó duro este fin de semana, sin embargo, y con un gol madrugador, convertido a sólo 7 minutos del comienzo del partido, destruyó el favoritismo previo del visitante Crystal Palace, dirigido por el veterano Roy Hodgson. Acá la ausencia de la estrella de los del sur de Londres, Wilfred Zaha, quien dió positivo de Covid19, fue clave. Junto con él, faltaron su inventiva, su pique demoledor, su freno repentino, su quiebre de cintura y su gol. Demasiadas ausencias -en una- para un plantel reducido y técnicamente limitado, así que Burnley decidió aprovechar tanta beneficencia y quedarse con los 3 puntos en juego: 1 a 0.

 

POLVORA MOJADA. Ambos amagaron lindo al comienzo del torneo, pero se quedaron, de modo que hoy el lugar 12 para Arsenal y el 14 para el Leeds United de Marcelo Bielsa, son fieles reflejos de sus bajas producciones en lo que va de esta Premier. En el "Gunner" resulta evidente, casi obvio, que su máximo artillero, el gabonés Pierre Aubameyang, viene desde hace rato con la pólvora mojada. Llamativamente el problema en el "Emirates" no parece estar en la zona defensiva, ya que los 10 goles en contra que muestra la tabla, también los tiene, por ejemplo, el Chelsea de Frank Lampard, hoy tercero en las posiciones. Así las cosas, todo apunta a focalizarse en la intrascendencia del brasileño Willian, recién adquirido precisamente a Chelsea, en la liviandad exasperante del marfileño Pepe, quien no termina de convencer ni a propios ni a extraños, en la inoperancia del francés Lacazzete y claro...en la pólvora mojada del goleador Aubameyang.

El equipo parece haber adquirido una buena dosis de personalidad, inyectada con mano certera por su entrenador, Mikel Arteta. También parece saber a qué juega y los futbolistas muestran dominar el rol que se les asigna. Quizás de todo eso nazca ese amague positivo del comienzo de temporada. Incluso el equipo parece plantearle problemas serios a los "top" del torneo, cada vez que los enfrenta, pero no hay caso: un goleador con la pólvora mojada y laderos que no saben colocar correctamente las balas en el cañón, al final terminan tirando por la borda todo lo demás.

El Leeds de Bielsa castigó los caños tres veces a través de un latigazo de Rodrigo Moreno, recién adquirido al Valencia, de un "zapatazo" de Rafinha y tras un gran cabezazo de su goleador Patrick Bamford. También intentó aprovechar la expulsión del marfileño Pepe, irreflexivo por demás, registrada a poco de comenzar el segundo tiempo. Esta vez el del noreste de Inglaterra no se regaló con errores infantiles pero igual no le alcanzó para hacer pesar su superioridad numérica, en un medio donde quedarse con 10 significa derrota inexorable. En fin, algo está fallando en el equipo del "Loco", aunque al menos no parece nada probable que vaya a pelear por la permanencia, tal como es usual en los recién ascendidos.



lunes, 9 de noviembre de 2020

EL "CARA SUCIA"

Juega con las medias tan caídas como se lo permite el reglamento, lo que en otras palabras significa que las canilleras apenas se sostienen. Este "mago" inglés con clara "facha" de sudamericano, émulo de los "caras sucias" del baldío, enfrenta ahora su segunda convocatoria a la selección y, con seguridad, tendrá más minutos que en su primera cita con Gary Southgate. Es "morrudo", le sobran músculos por todos lados, pero su velocidad, llegado el caso, parece sacarle la lengua a tanto atropello de gimnasio. En el tercer gol de su Aston Villa, el club que capitanea y al que casi dirige desde dentro de la cancha de tanto que juega y hace jugar, Jack Grealish arrancó desde cerca de su propia área tras el "manazo" con que lo habilitó Emiliano Martínez, uno de los mejores arqueros de la Premier y dueño de la gran equivocación de Mikel Arteta, quien prefirió quedarse con el alemán Leno y dejar ir al argentino al "Villa Park".

El "titiritero" villano arrancó en segunda pero en pocos segundos ya había puesto quinta y ya cerca del área rival, aguantó el empellón de un defensor haciéndolo rebotar como pelota de goma, al mejor estilo de Ruben Sosa en aquel memorable y mágico segundo gol a la Argentina de Bilardo en la Copa América de 1989. Al final de la acalambrante corrida le dió la pelota al nuevo goleador Watkins y éste bajó el telón de la obra con el segundo de sus golazos.

"Mago" Grealish aparte, parece que a Aston Villa, pese a sus dos caídas previas, todo le sienta bien en esta Premier. Tomó prestado al volante Ross Barkley y el rubio, que en Chelsea apenas aparecía, eclipsado siempre por jugadores con chapa interplanetaria, corre, tapa, quita, pasa, remata de todos lados y es un verdadero baluarte de los de Birmingham".

De principio a fin, de cabo a rabo, hubo paliza en el domingo de Londres. La fiesta la ofreció Jack Grealish, hizo y deshizo. Los goles -dos de ellos porque el primero fue en contra- los puso el implacable Watkins, uno más de los nuevos arietes que siembran el terror en las vallas de la Premier League. Fue 3 a 0. Pudo ser peor para el "Gunner".


"ESPECIALES".Se trataron de "Sir". Se pidieron permiso. No se equivocaron casi nunca pese a que, obvio, esperaron a que fuera el otro quien se equivocara. Ese respeto superlativo, hasta cierto punto exagerado, derivó en que en el "Etihad" Manchester City y su incómodo visitante, Liverpool, jugaran un fútbol calculado, estudiado, medido con regla, el mismo que no se ve usuualmente en lo que normalmente es la "Loca Premier League".

"Eramos locales pero no lo explotamos", dijo Rahem Sterling al final del partido. Claro, tampoco es que tanta precaución mutua no estuviera en cierto modo justificada, porque tanto uno como otro se han herido varias veces en el pasado reciente y sabido es que "el que se quema con leche ve una vaca y llora". Fue uno de esos encuentros en los que un gol tempranero despierta al damnificado y, al tiempo que lo tira encima del rival, por contrapartida lo hace dejar espacios para que el enemigo lo siga lastimando, si es que éste sabe como explotar esos huecos.

Y es que el gol madrugador existió y lo materializó el egipcio Mohamed Salah de penal a los 12 minutos. El problema estuvo en que el empate, a cargo del brasileño Gabriel Jesús, llegó relativamente pronto, A los 30 minutos estaban 1 a 1 y cuando a los 41 el belga De Bruyne remató un penal afuera, es como si se hubieran puesto de acuerdo para que, de ahí en adelante, no pasara más nada. Una suerte de --pase usted señor; -no faltaba más, adelante, pase usted amigo. Terminaron 1 a 1 y lo más rescatable del final fue el diálogo entre Alisson Becker y Gabriel Jesús, quizás estando de acuerdo en que el choque verdadero será en el Centenario de Montevideo y esta vez los tendrá como compañeros de equipo.

City, con un partido menos, igualmente quedó demasiado rezagado en la tabla. Podría decirse que duerme en la cucheta de abajo, al menos por ahora, claro está. Liverpool, el campeón inglés, dejó la punta bajando un escalón y al tope de la escalera el nuevamente asombroso Leicester City, luego de desembarazarse de los feroces "lobos"del Wolves, gracias a un gol de penal de su ariete Jamie Vardy, los mira a todos desde allá arriba.

Como perlita del final, en medio del abrazo, Pep Guardiola le dijo a Klopp al oído; "en todo el mundo siguen con los 5 cambios, acá nos creemos especiales y entonces no protegemos a los jugadores". Esa es la explicación del repetido asentimiento con la cabeza del alemán, una vez culminado el particular saludo. Como indispensable aclaración al lector, cabe puntualizar que, en efecto, la Premier League es la única de las Ligas de Europa que ha vuelto a los clásicos 3 cambios por partido.


DESGANADOS. Esta vez no hubo fotos de Mourinho mostrando a sus futbolistas en el vestuario embelesados con sus celulares. Tampoco hubo recriminaciones públicas del portugués, pero lo cierto es que los Spurs fueron un equipo sin intensidad, desganado, con el coreano Son en un nivel muy bajo, casi como si le hubieran cortado las alas y por eso ahora ya no vuela, sólo corre normalmente. Tottenham ganó en la hora y eso porque tiene a Harry Kane. Su rival, el West Bromwich Albion es uno de los equipos más pobres de esta Premier, así que, haciendo honor a eso, no lo atacó jamás y pasó de la mitad de la cancha en contadas ocasiones. Fue 1 a 0.

Increíblemente la victoria metió a los Spurs en el segundo lugar de la tabla, sitio privilegiado que ocupan en solitario superando al campeón Liverpool por diferencia de goles y al sorprendente Southampton por una unidad.

ARMSTRONG. Ralph Hasenhuttl flota en una nube. Este austríaco de 52 años, contratado por Southampton a fines de 2018, se cansó de salvar a los "Santos" de situaciones harto comprometidas relacionadas con la dichosa permanencia y ahora decidió, muy suelto de cuerpo, pelear arriba en la Premier. Su última víctima fue el Newcastle que lo visitó en la ciudad-puerto que vió partir al Titanic en su primer y único viaje. Le faltó nada menos que el goleador Danny Ings pero el equipo, motivado como siempre por el temperamental austríaco, se puso a ganar a los 7 minutos con gol de Adams. Quiso liquidarlo pronto, hizo méritos sobrados para ello, pero entre los fierros y el arquero rival, le hicieron la cruz. Debió haber sido antes pero no fue sino hasta los 80 minutos que Armstrong dijo a la base que tenían un problema y entonces lo resolvió con un gol caído del cielo que aseguró el triunfo final, colocando a Southampton en la cuarta posición, un punto detrás del campeón Liverpool y otro por delante de Chelsea.

GASOLERO. Al Chelsea de Frank Lampard lo sacudió a los 8 minutos el gol de Mc Goldrick pero al poco rato ya tenía controlado y práctticamente entre rejas al humilde Sheffield United, que viene de mal en peor. Los "blues" se dieron el lujo de jugar en modo "gasolero" la mayor parte del lance. Thiago Silva convirtió su primer gol y fue, cuando no, de cabeza y así los del ruso Abramovich quedaron quintos en la tabla, un punto debajo de Southampton. Terminó 4 a 1.

El Leeds United de Marcelo Bielsa sufrió otro duro tropezón en su visita a Crystal Palace, que lo vapuleó sin piedad: fue 4 a 1. El argentino continúa bonificando el juego de los rivales regalando ventajas defensivas de tal magnitud que a los presentes sólo les falta el arbolito de Navidad, y eso sólo pasa porque aún resta cierto tiempo para tal fecha.

SE BUSCA LIDER

"Líderes, se necesitan líderes en este Manchester United y este hombre puede serlo perfectamente. Necesita tiempo". Pocos minutos antes Edison Cavani había recibido  del portugués Bruno Fernandes cuando todos pensaban que la estrella de los de Old Trafford definiría él mismo de cara al arquero. Cuando en plena carrera vio venir la pelota, el de Salto se decidió por el primer palo y así dejó clavado como una estaca al arquero de Everton y la selección inglesa, Jordan Pickford, quien la esperaba cruzada al palo más lejano de su arco.

Así se empezaba a escribir un nuevo capítulo de la historia de "El Matador". Nació en el "Goodison Park" de la ciudad de Liverpool, el reducto de Everton, su primera víctima, pero seguro que la historia se perpetuará como un halo mágico que cubrirá el emblemático "Teatro de los Sueños" del club que hoy apostó muy fuerte por él.  El abrazo del campeón del mundo Paul Pogba, el del español Juan Mata, quien parece haber creado una excelente relación con el salteño y, al final, la satisfacción inocultable del panelista de la cadena BT Sports, el ex zaguero y capitán Río Ferdinand, quien es el dueño de la frase que da inicio a la presente nota. Lo hizo, por fin lo consiguió: Cavani volvió al gol y muy pocos son tan incrédulos como para pensar que se apartará de ese camino.

Ole Guner Solksjaer es toda una gloria del club, responsable directo de aquella inigualable consagración de Manchester United como monarca de Europa tras remontarle en los descuentos un 1-0 al siempre copetudo Bayern Munich y transformarlo en un 2-1 en un santiamén. En los últimos tiempos problemas generados por algunos de sus futbolistas fuera de las canchas, contribuyeron a la caída abrupta del rendimiento del equipo que, en el cierre de la temporada anterior estaba resultando imparable, imponiendo un fútbol excelso y contundente que aplastaba rivales sin piedad. 

Durante sus vacaciones en la isla de Mykonos con familia y amigos, el capitán del equipo, Harry Maguire, fue arrestado por la policía tras un confuso incidente en un bar atestado de turistas. El zaguero consiguió regresar al país, pero el tema no quedó resuelto ni de cerca, Su rendimiento cayó ostensiblemente, se vino a pique, a resultas de un quiebre anímico evidente. Pocos días después el nuevo "chiche" del equipo, el goleador juvenil Mason Greenwood, quien venía demoliendo rivales a fuerza de goles de todos los colores, fue convocado por Gareth Southgate para los amistosos y las primeras fechas de la nueva Liga de las Naciones de UEFA. Viajó entonces con la selección, pero en algún lugar de la Europa del este se le ocurrió, junto a Phil Foden, del Tottenham Hotspur, citar a un par de "señoritas" a una de las habitaciones del hotel en que se alojaba la representación inglesa. Hubiera sido uno de los tantos actos de indisciplina con que los deportistas han tapizado la historia tantas y tantas veces, con la salvedad  de que esta vez, en este "fantástico" 2020, tal actitud hizo trizas el protocolo sanitario de los dirigidos por Southgate, el del establecimiento que los alojaba y, obviamente, también el del país en el que habían ido a jugar.

ONG. Mientras todo eso sucedía, Marcus Rashford, uno de los puntales del equipo, alternaba los entrenamientos con su trabajo y militancia en su propia ONG, litigándose con el gobierno de Boris Johnson y con los parlamentarios de Westminster para que se continúe con el régimen de provisión de almuerzos gratuitos en todas las escuelas del país, sobre todo para los niños más carenciados. Mediático el tema, mediático el futbolista, declaración va, declaración viene, tweet que sale tweet que entra, yo te digo, yo te contesto, la cuestión es que, claramente, en un fútbol de alta exigencia física, técnica y mental como el de hoy, todo lo que lleve el rótulo de distracción, así sea una obra encomiable como esta, al punto de que une a toda una nación detrás de su forjador, la desfocalización que conlleva puede derivar fácilmente, tal como ha sucedido efectivamente con Rashford, en una merma ostensible y clara del rendimiento futbolístico.

Así que esos puños apretadísimos del noruego, ese grito de gol emitido entre rabia, sonrisa y alivio, hablaron de goles futuros de "El Matador", de la llegada de tiempos mejores para los "Red Devils", de juntar y rearmar milagrosamente los cristales rotos por el "mamporrazo" de tantos avatares extra futbolísticos que han llevado al Manchester United, de haber sido el mejor equipo que terminó jugando la temporada anterior, a la oncena que hoy, por momentos, se arrastra en la cancha ante el paseo irrespetuoso de muchos de sus rivales de turno. Ese gol de Cavani significó entonces para Solksjaer infinitamente más que el posible comienzo de una racha positiva de "El Matador".

"Lideres, se necesitan líderes en este Manchester United y este hombre puede serlo perfectamente. Necesita tiempo". Quizás esa sentencia de Ferdinand, quien tiene por qué saber de lo que habla, sea lo que pasó por la cabeza de Ole Guner Solksjaer cuando en el minuto 94 vió entrar esa pelota postrera en el arco de Jordan Pickford. "Quiero que Cavani sea un referente para los más jóvenes", había dicho el noruego el día de la firma.

lunes, 2 de noviembre de 2020

LOCA PREMIER

 El viernes, para abrir el menú del fin de semana en Premier League, los "lobos" del Wolverhampton Wanderers desollaron y se comieron crudo al Crystal Palace del veterano Roy Hodgson. Bastaron 27 minutos para que los goles de Ait-Nouri y Podence sentenciaran el destino del equipo de Londres: 2 a 0. De a poco el prometedor Palace de los primeros partidos va dejando de rondar la cabecera para acercarse, en cambio, a su sitio habitual en la mesa, ubicado en medio de los demás comensales. En cambio el conjunto del portugués Nuno Espirito Santo, más lusitano que nunca en los nombres del actual plantel, quiere volver a beber de las Copas europeas tras el infortunio del final de la temporada anterior, cuando la consagración de Arsenal como Campeón de la Copa Inglesa le arrebató de un manotazo el cáliz de los labios, abortando cruelmente la clasificación que había conseguido para jugar la Europa League. Sin embargo, ahora al "lobo" le sobran fauces para meterse bien arriba en la tabla y así asegurarse esta vez de volver a beber el néctar en al menos una de las Copas de Europa. Y por la forma en que amenaza darse el reparto final, puede que los "Wolves" terminen bebiendo aunque sea un pequeño sorbo de la "Orejona". Igual que los chicos cuando los grandes les dan permiso para beber los primeros sorbos de vino. No van a vaciar la copa, pero irán haciendo boca.

INAPETENTE. El sábado despuntó con el cómodo triunfo de Manchester City, por 1 a 0, ante uno de los colistas Sheffield United. El otro City, el de antes, el voraz, el insaciable, el que no perdonaba a nadie aunque se le pusieran de rodillas, sigue sin aparecer. Este, el actual, no tiene hambre, está por completo inapetente, se lleva el botín sin disparar un tiro y por momentos hasta le da la absolución a sus rivales. Toca y toca como siempre, eso no cambió, pero aquel pase punzante y letal entre las líneas rivales, aquellas paredes milimétricas dibujadas con cariño y exquisitez sin igual, ya no están. Si el mal es permanente o es pasajero, es una incógnita que se develará en próximos capítulos.

 CONTUNDENTE. Frank Lampard comienza a mirar las cosas con cierta tranquilidad. El club que más contrató en Inglaterra, al menos en cuanto a calidad y fuste de los refuerzos que incorporó, está empezando, de a poco eso sí, a concretar en la cancha y en las redes rivales la superioridad que el presupuesto de su plantel canta a gritos, El alicaído Burnley no fue oposición para los del oeste de Londres. El 3 a 0, con el show de Timo Werner como número estelar, eximió de mayores comentarios.

LIDER. "Despacito por las piedras" el campeón va dejando las cuerdas y de a poco se posiciona en el centro del ring. Ya no es asediado por el adversario como pasó en los primeros rounds, cuando llegó inclusive a besar la lona tras una inesperada paliza -7a 2 ante Aston Villa- y ahora, con mucho esfuerzo, eso sí, va sacando fuerzas de flaqueza y hasta gana de atrás, con golpes de "knock out" postreros. Así, como quien no quiere la cosa, casi sin darse cuenta, ya va ganando la pelea por puntos. El Liverpool de Jurgen Klopp, el del nuevo "Milagro Alemán", ahora también el de los cambios mágicos, se hizo fuerte en su "ring" de Anfield y en el último instante prácticamente decapitó a su rival, el West Ham United del sur de Londres, con un mágico pase entre líneas del recién ingresado "petizo" Shaquiri, el suizo, y un nuevo recto al mentón de su nueva joyita lusitana, "importada" del "portugués" Wolves, Diogo Jota. Por segunda vez consecutiva el hombre ingresa desde el banco y en menos de lo que canta un gallo, voltea al rival de turno -2 a 1 a los "Hammers"- y deja a los reyes de Merseyside como líderes de esta nueva edición de la Premier League y con la proa enfocada directamente a la retención de su corona. De todos modos queda para las estadísticas el descubrir si alguna vez, culminada la séptima fecha de la Premier League, el líder de turno, en este caso el vigente campeón Liverpool, es a la vez el equipo que tiene la valla más vencida, con 15 goles en contra. Claro, incluyendo aquellos 7 que le convirtió Aston Villa, por supuesto. Qué Liga más loca, ¿no?

MODO PREMIER. Lo cierto es que el domingo despuntó sin que el "Modo Premier" se hiciera aún presente. Claro que esa situación no podía durar demasiado, así que el asombroso Aston Villa, el del 7 a 2 al mismísimo campeón, recibió en Birmingham al Southampton, que no quiere esta temporada pasar las de Caín, como ha acaecido en los últimos tiempos, con el dichoso tema del descenso. Y muy bien demostró sus intenciones en el "Villa Park", porque con un tremendo frentazo de Jan Vestegaard, dos tiros libres formidables de Ward-Prowse y un remate antológico de Danny Ings tras gran jugada colectiva y mejor diagonal del scorer, se devoraba al local con un 4 a 0 que, por extraño que parezca, desmentía la paridad que se veía en la cancha, traducida muy especialmente por las magníficas atajadas del escocés Mc Arty, el gran arquero de los "Santos" de Southampton. Por eso fue que, llevados de la mano por su capitán y "titiritero" Jack Grealish, un "10" más sudamericano que inglés, de medias caídas al menos hasta donde la reglamentación le permite, al "Villa" sólo la faltó tiempo, quizás minutos, quizás segundos, para empatar un partido que no fue increíble solamente porque se jugó en el marco de la insólita Premier League. Sí, claro, por eso mismo terminó 4 a 3.

AUSENCIAS. Everton, el actual, el de Carlo Ancelotti, el que compartía las mieles de la punta con su eterrno rival de Merseyside, ya venía malherido tras la pérdida de su invicto el fin de semana anterior. Entonces había sentido algunas ausencias claves, a las que el domingo se agregó nada menos que la del colombiano James Rodriguez. Parece ser que el hombre volvió al repertorio de sus clásicas lesiones, las mismas que han impedido inequívocamente que su carrera explotara en concordancia con sus excepcionales condiciones técnicas. Lo cierto es que el cafetero agregó su nombre a la lista de sentidas ausencias de los dirigidos por "Karleto", muy especialmente a la del carioca Richarlison, ya que el ex-Fluminense, expulsado dos semanas atrás con roja directa en el clásico ante su tradicional rival, es un referente del ataque del equipo azul de la ciudad de Liverpool. En el "St. James Park" de Newcastle Everton fue timorato, avaro y especulativo. Jamás se le atrevió a un rival con conocidas limitaciones que, sin hacer demasiado, se bastó para "llevarse el gato al agua", en aras de utilizar una cómica expresón española: 2 a 1.

MATADOR. Intentó, se movió, buscó, se desmarcó, alentó. En esos últimos 20 minutos -los que jugó- Edison Cavani trató, fundamentalmente a fuerza de ascendencia y experiencia, de cambiar el oscuro panorama que vive hoy Manchester United a nivel de Premier League. Lo cierto es que al sueco Ole Gunner Solksjaer sólo parece estarlo salvando el liderazgo del club en su grupo de Champions League. Había sido un partido táctico, especulativo, rígido, estudiado. Dentro de ese panorama sobresalió nítidamente el doble "5" excepcional que incluyó Mikel Arteta en el once de Arsenal. El egipcio Mohamed Elneny, recuperado por el técnico catalán en una versión nunca antes vista, ni siquiera en épocas de Arsene Wenger, y el ghanés Thomas Partey, por quien el ex Ayudante de Guardiola en el City apostó todo, a tal punto que el "Gunner" depositó en las oficinas de La Liga (española) hasta el último euro de los 50 millones de la cláusula de resición fijada por Atlético Madrid, "se comieron" la cancha. Ambos marcaron el paso del equipo, digitaron el ritmo y no dejaron ni un metro de terreno sin cubrir. Así se vió a un Arsenal convencido y seguro, confiado, fuerte y, más allá del torpe penal cometido por Paul Pogba contra Héctor Bellerín, que el gabonés Pierre Aubameyang tradujo en el único gol del partido, las diferencias de actitud y aptitud entre ambos equipos, saltaron a la vista aún habida cuenta de las escasas situaciones de gol que se vieron en Old Trafford: 1 a 0.

DETERIORO. Como siempre sucede con todos los equipos que dirige José Mourinho, sólo era cuestión de tiempo para que la relación entre el portugués y su vestuario se deteriorara. Tal parece entonces que Tottenham Hotspur no configura la excepción a la regla. El lusitano, molesto tras el magro triunfo de sus dirigidos el fin de semana anterior, no tuvo mejor idea que fotografiarlos en el vestuario mientras estaban enfocados en sus celulares. Por supuesto que publicó las fotos en las redes sociales, de modo que muchos atribuyen la insólita caída por Europa League ante el modestísimo Amberes, a una reacción -quizás inconsciente- de los futbolistas a la actitud de su entrenador. Lo cierto es que el domingo se vió otro muy flojo partido de los "Spurs". Fue un equipo sin alma, sin ganas, a tal punto que le dejó la iniciativa y la propuesta futbolística a un once notoriamente inferior. Increíblemente Brighton mandó en la cancha y sólo un penal convertido por el goleador Harry Kane y un gran cabezazo del galés Gareth Bale, feliz con su regreso a casa, sacaron las castañas del fuego para los del norte de Londres: 2 a 1. Moraleja: si denostas públicamente a tus jugadores buscando su reacción positiva, es más que probable que obtengas exactamente lo opuesto a lo que esperas. Los futbolistas se caen, simplemente sienten que su entrenador no los apoya y sólo les pega. Eso le seguirá pasando a Mourinho hasta que el portugués entienda que los trapos sucios se lavan en casa y no afuera. En realidad habría que hacerle conocer a "Mou" los métodos que utilizaba el gran "Pulpa" Etchamendi con algún díscolo que tenía en aquel Nacional del '71, campeón de todo. De las puertas para adentro, claro...

GUILLOTINA. El lunes mostró un duelo de "colistas" dirimido con claridad meridiana en favor del Fulham, que superó desde el principio hasta el fin a otro recién ascendido, el West Bromwich Albion, dirigido por el carismático croata Slaven Bilic. Fue un 2 a 0 claro en el pintoresco "Craven Cottage", a orillas del Támesis, allá al oeste de Londres.

El cierre de la fecha dejó bien claro que en fútbol defender bien es también un arte y con esa premisa bien clara, quedaron en evidencia las infantiles ventajas defensivas que desde el comienzo mismo del partido otorgó muy generosamente el Leeds de Marcelo Bielsa. Fueron ventajas locas realmente, franquicias regaladas no bien se escuchó el silbato inicial del encuentro. Jamie Vardy y compañía no hicieron cumplidos, aceptaron los regalos y el 4 a 1 final a favor del visitante Leicester del inteligente Brendan Rodgers, fue la guillotina para el descuidado equipo del "Loco" Bielsa.

PODIO. Como va dicho José Mourinho carga ya con la mochila habitual de una relación deteriorada con su plantel, pero curiosamente el trabajoso y hasta desganado triunfo ante el modesto Brighton, ha encaramado al Tottenham Hotspur al tercer lugar de la tabla de posiciones de la Premier, a sólo dos unidades del líder Liverpool, el actual monarca, y a un punto del nuevo escolta, el Leicester City, verdugo del Leeds de Marcelo Bielsa.