"Líderes, se necesitan líderes en este Manchester United y este hombre puede serlo perfectamente. Necesita tiempo". Pocos minutos antes Edison Cavani había recibido del portugués Bruno Fernandes cuando todos pensaban que la estrella de los de Old Trafford definiría él mismo de cara al arquero. Cuando en plena carrera vio venir la pelota, el de Salto se decidió por el primer palo y así dejó clavado como una estaca al arquero de Everton y la selección inglesa, Jordan Pickford, quien la esperaba cruzada al palo más lejano de su arco.
Así se empezaba a escribir un nuevo capítulo de la historia de "El Matador". Nació en el "Goodison Park" de la ciudad de Liverpool, el reducto de Everton, su primera víctima, pero seguro que la historia se perpetuará como un halo mágico que cubrirá el emblemático "Teatro de los Sueños" del club que hoy apostó muy fuerte por él. El abrazo del campeón del mundo Paul Pogba, el del español Juan Mata, quien parece haber creado una excelente relación con el salteño y, al final, la satisfacción inocultable del panelista de la cadena BT Sports, el ex zaguero y capitán Río Ferdinand, quien es el dueño de la frase que da inicio a la presente nota. Lo hizo, por fin lo consiguió: Cavani volvió al gol y muy pocos son tan incrédulos como para pensar que se apartará de ese camino.
Ole Guner Solksjaer es toda una gloria del club, responsable directo de aquella inigualable consagración de Manchester United como monarca de Europa tras remontarle en los descuentos un 1-0 al siempre copetudo Bayern Munich y transformarlo en un 2-1 en un santiamén. En los últimos tiempos problemas generados por algunos de sus futbolistas fuera de las canchas, contribuyeron a la caída abrupta del rendimiento del equipo que, en el cierre de la temporada anterior estaba resultando imparable, imponiendo un fútbol excelso y contundente que aplastaba rivales sin piedad.
Durante sus vacaciones en la isla de Mykonos con familia y amigos, el capitán del equipo, Harry Maguire, fue arrestado por la policía tras un confuso incidente en un bar atestado de turistas. El zaguero consiguió regresar al país, pero el tema no quedó resuelto ni de cerca, Su rendimiento cayó ostensiblemente, se vino a pique, a resultas de un quiebre anímico evidente. Pocos días después el nuevo "chiche" del equipo, el goleador juvenil Mason Greenwood, quien venía demoliendo rivales a fuerza de goles de todos los colores, fue convocado por Gareth Southgate para los amistosos y las primeras fechas de la nueva Liga de las Naciones de UEFA. Viajó entonces con la selección, pero en algún lugar de la Europa del este se le ocurrió, junto a Phil Foden, del Tottenham Hotspur, citar a un par de "señoritas" a una de las habitaciones del hotel en que se alojaba la representación inglesa. Hubiera sido uno de los tantos actos de indisciplina con que los deportistas han tapizado la historia tantas y tantas veces, con la salvedad de que esta vez, en este "fantástico" 2020, tal actitud hizo trizas el protocolo sanitario de los dirigidos por Southgate, el del establecimiento que los alojaba y, obviamente, también el del país en el que habían ido a jugar.
ONG. Mientras todo eso sucedía, Marcus Rashford, uno de los puntales del equipo, alternaba los entrenamientos con su trabajo y militancia en su propia ONG, litigándose con el gobierno de Boris Johnson y con los parlamentarios de Westminster para que se continúe con el régimen de provisión de almuerzos gratuitos en todas las escuelas del país, sobre todo para los niños más carenciados. Mediático el tema, mediático el futbolista, declaración va, declaración viene, tweet que sale tweet que entra, yo te digo, yo te contesto, la cuestión es que, claramente, en un fútbol de alta exigencia física, técnica y mental como el de hoy, todo lo que lleve el rótulo de distracción, así sea una obra encomiable como esta, al punto de que une a toda una nación detrás de su forjador, la desfocalización que conlleva puede derivar fácilmente, tal como ha sucedido efectivamente con Rashford, en una merma ostensible y clara del rendimiento futbolístico.
Así que esos puños apretadísimos del noruego, ese grito de gol emitido entre rabia, sonrisa y alivio, hablaron de goles futuros de "El Matador", de la llegada de tiempos mejores para los "Red Devils", de juntar y rearmar milagrosamente los cristales rotos por el "mamporrazo" de tantos avatares extra futbolísticos que han llevado al Manchester United, de haber sido el mejor equipo que terminó jugando la temporada anterior, a la oncena que hoy, por momentos, se arrastra en la cancha ante el paseo irrespetuoso de muchos de sus rivales de turno. Ese gol de Cavani significó entonces para Solksjaer infinitamente más que el posible comienzo de una racha positiva de "El Matador".
"Lideres, se necesitan líderes en este Manchester United y este hombre puede serlo perfectamente. Necesita tiempo". Quizás esa sentencia de Ferdinand, quien tiene por qué saber de lo que habla, sea lo que pasó por la cabeza de Ole Guner Solksjaer cuando en el minuto 94 vió entrar esa pelota postrera en el arco de Jordan Pickford. "Quiero que Cavani sea un referente para los más jóvenes", había dicho el noruego el día de la firma.
Excelente nota. Seguramente Cavani será el sostén anímico y quien pueda constituirse en un aliado ideal del entrenador dentro de la cancha para lograr un equilibrio ideal.
ResponderEliminar