lunes, 9 de noviembre de 2020

EL "CARA SUCIA"

Juega con las medias tan caídas como se lo permite el reglamento, lo que en otras palabras significa que las canilleras apenas se sostienen. Este "mago" inglés con clara "facha" de sudamericano, émulo de los "caras sucias" del baldío, enfrenta ahora su segunda convocatoria a la selección y, con seguridad, tendrá más minutos que en su primera cita con Gary Southgate. Es "morrudo", le sobran músculos por todos lados, pero su velocidad, llegado el caso, parece sacarle la lengua a tanto atropello de gimnasio. En el tercer gol de su Aston Villa, el club que capitanea y al que casi dirige desde dentro de la cancha de tanto que juega y hace jugar, Jack Grealish arrancó desde cerca de su propia área tras el "manazo" con que lo habilitó Emiliano Martínez, uno de los mejores arqueros de la Premier y dueño de la gran equivocación de Mikel Arteta, quien prefirió quedarse con el alemán Leno y dejar ir al argentino al "Villa Park".

El "titiritero" villano arrancó en segunda pero en pocos segundos ya había puesto quinta y ya cerca del área rival, aguantó el empellón de un defensor haciéndolo rebotar como pelota de goma, al mejor estilo de Ruben Sosa en aquel memorable y mágico segundo gol a la Argentina de Bilardo en la Copa América de 1989. Al final de la acalambrante corrida le dió la pelota al nuevo goleador Watkins y éste bajó el telón de la obra con el segundo de sus golazos.

"Mago" Grealish aparte, parece que a Aston Villa, pese a sus dos caídas previas, todo le sienta bien en esta Premier. Tomó prestado al volante Ross Barkley y el rubio, que en Chelsea apenas aparecía, eclipsado siempre por jugadores con chapa interplanetaria, corre, tapa, quita, pasa, remata de todos lados y es un verdadero baluarte de los de Birmingham".

De principio a fin, de cabo a rabo, hubo paliza en el domingo de Londres. La fiesta la ofreció Jack Grealish, hizo y deshizo. Los goles -dos de ellos porque el primero fue en contra- los puso el implacable Watkins, uno más de los nuevos arietes que siembran el terror en las vallas de la Premier League. Fue 3 a 0. Pudo ser peor para el "Gunner".


"ESPECIALES".Se trataron de "Sir". Se pidieron permiso. No se equivocaron casi nunca pese a que, obvio, esperaron a que fuera el otro quien se equivocara. Ese respeto superlativo, hasta cierto punto exagerado, derivó en que en el "Etihad" Manchester City y su incómodo visitante, Liverpool, jugaran un fútbol calculado, estudiado, medido con regla, el mismo que no se ve usuualmente en lo que normalmente es la "Loca Premier League".

"Eramos locales pero no lo explotamos", dijo Rahem Sterling al final del partido. Claro, tampoco es que tanta precaución mutua no estuviera en cierto modo justificada, porque tanto uno como otro se han herido varias veces en el pasado reciente y sabido es que "el que se quema con leche ve una vaca y llora". Fue uno de esos encuentros en los que un gol tempranero despierta al damnificado y, al tiempo que lo tira encima del rival, por contrapartida lo hace dejar espacios para que el enemigo lo siga lastimando, si es que éste sabe como explotar esos huecos.

Y es que el gol madrugador existió y lo materializó el egipcio Mohamed Salah de penal a los 12 minutos. El problema estuvo en que el empate, a cargo del brasileño Gabriel Jesús, llegó relativamente pronto, A los 30 minutos estaban 1 a 1 y cuando a los 41 el belga De Bruyne remató un penal afuera, es como si se hubieran puesto de acuerdo para que, de ahí en adelante, no pasara más nada. Una suerte de --pase usted señor; -no faltaba más, adelante, pase usted amigo. Terminaron 1 a 1 y lo más rescatable del final fue el diálogo entre Alisson Becker y Gabriel Jesús, quizás estando de acuerdo en que el choque verdadero será en el Centenario de Montevideo y esta vez los tendrá como compañeros de equipo.

City, con un partido menos, igualmente quedó demasiado rezagado en la tabla. Podría decirse que duerme en la cucheta de abajo, al menos por ahora, claro está. Liverpool, el campeón inglés, dejó la punta bajando un escalón y al tope de la escalera el nuevamente asombroso Leicester City, luego de desembarazarse de los feroces "lobos"del Wolves, gracias a un gol de penal de su ariete Jamie Vardy, los mira a todos desde allá arriba.

Como perlita del final, en medio del abrazo, Pep Guardiola le dijo a Klopp al oído; "en todo el mundo siguen con los 5 cambios, acá nos creemos especiales y entonces no protegemos a los jugadores". Esa es la explicación del repetido asentimiento con la cabeza del alemán, una vez culminado el particular saludo. Como indispensable aclaración al lector, cabe puntualizar que, en efecto, la Premier League es la única de las Ligas de Europa que ha vuelto a los clásicos 3 cambios por partido.


DESGANADOS. Esta vez no hubo fotos de Mourinho mostrando a sus futbolistas en el vestuario embelesados con sus celulares. Tampoco hubo recriminaciones públicas del portugués, pero lo cierto es que los Spurs fueron un equipo sin intensidad, desganado, con el coreano Son en un nivel muy bajo, casi como si le hubieran cortado las alas y por eso ahora ya no vuela, sólo corre normalmente. Tottenham ganó en la hora y eso porque tiene a Harry Kane. Su rival, el West Bromwich Albion es uno de los equipos más pobres de esta Premier, así que, haciendo honor a eso, no lo atacó jamás y pasó de la mitad de la cancha en contadas ocasiones. Fue 1 a 0.

Increíblemente la victoria metió a los Spurs en el segundo lugar de la tabla, sitio privilegiado que ocupan en solitario superando al campeón Liverpool por diferencia de goles y al sorprendente Southampton por una unidad.

ARMSTRONG. Ralph Hasenhuttl flota en una nube. Este austríaco de 52 años, contratado por Southampton a fines de 2018, se cansó de salvar a los "Santos" de situaciones harto comprometidas relacionadas con la dichosa permanencia y ahora decidió, muy suelto de cuerpo, pelear arriba en la Premier. Su última víctima fue el Newcastle que lo visitó en la ciudad-puerto que vió partir al Titanic en su primer y único viaje. Le faltó nada menos que el goleador Danny Ings pero el equipo, motivado como siempre por el temperamental austríaco, se puso a ganar a los 7 minutos con gol de Adams. Quiso liquidarlo pronto, hizo méritos sobrados para ello, pero entre los fierros y el arquero rival, le hicieron la cruz. Debió haber sido antes pero no fue sino hasta los 80 minutos que Armstrong dijo a la base que tenían un problema y entonces lo resolvió con un gol caído del cielo que aseguró el triunfo final, colocando a Southampton en la cuarta posición, un punto detrás del campeón Liverpool y otro por delante de Chelsea.

GASOLERO. Al Chelsea de Frank Lampard lo sacudió a los 8 minutos el gol de Mc Goldrick pero al poco rato ya tenía controlado y práctticamente entre rejas al humilde Sheffield United, que viene de mal en peor. Los "blues" se dieron el lujo de jugar en modo "gasolero" la mayor parte del lance. Thiago Silva convirtió su primer gol y fue, cuando no, de cabeza y así los del ruso Abramovich quedaron quintos en la tabla, un punto debajo de Southampton. Terminó 4 a 1.

El Leeds United de Marcelo Bielsa sufrió otro duro tropezón en su visita a Crystal Palace, que lo vapuleó sin piedad: fue 4 a 1. El argentino continúa bonificando el juego de los rivales regalando ventajas defensivas de tal magnitud que a los presentes sólo les falta el arbolito de Navidad, y eso sólo pasa porque aún resta cierto tiempo para tal fecha.

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