El viernes, para abrir el menú del fin de semana en Premier League, los "lobos" del Wolverhampton Wanderers desollaron y se comieron crudo al Crystal Palace del veterano Roy Hodgson. Bastaron 27 minutos para que los goles de Ait-Nouri y Podence sentenciaran el destino del equipo de Londres: 2 a 0. De a poco el prometedor Palace de los primeros partidos va dejando de rondar la cabecera para acercarse, en cambio, a su sitio habitual en la mesa, ubicado en medio de los demás comensales. En cambio el conjunto del portugués Nuno Espirito Santo, más lusitano que nunca en los nombres del actual plantel, quiere volver a beber de las Copas europeas tras el infortunio del final de la temporada anterior, cuando la consagración de Arsenal como Campeón de la Copa Inglesa le arrebató de un manotazo el cáliz de los labios, abortando cruelmente la clasificación que había conseguido para jugar la Europa League. Sin embargo, ahora al "lobo" le sobran fauces para meterse bien arriba en la tabla y así asegurarse esta vez de volver a beber el néctar en al menos una de las Copas de Europa. Y por la forma en que amenaza darse el reparto final, puede que los "Wolves" terminen bebiendo aunque sea un pequeño sorbo de la "Orejona". Igual que los chicos cuando los grandes les dan permiso para beber los primeros sorbos de vino. No van a vaciar la copa, pero irán haciendo boca.
INAPETENTE. El sábado despuntó con el cómodo triunfo de Manchester City, por 1 a 0, ante uno de los colistas Sheffield United. El otro City, el de antes, el voraz, el insaciable, el que no perdonaba a nadie aunque se le pusieran de rodillas, sigue sin aparecer. Este, el actual, no tiene hambre, está por completo inapetente, se lleva el botín sin disparar un tiro y por momentos hasta le da la absolución a sus rivales. Toca y toca como siempre, eso no cambió, pero aquel pase punzante y letal entre las líneas rivales, aquellas paredes milimétricas dibujadas con cariño y exquisitez sin igual, ya no están. Si el mal es permanente o es pasajero, es una incógnita que se develará en próximos capítulos.
CONTUNDENTE. Frank Lampard comienza a mirar las cosas con cierta tranquilidad. El club que más contrató en Inglaterra, al menos en cuanto a calidad y fuste de los refuerzos que incorporó, está empezando, de a poco eso sí, a concretar en la cancha y en las redes rivales la superioridad que el presupuesto de su plantel canta a gritos, El alicaído Burnley no fue oposición para los del oeste de Londres. El 3 a 0, con el show de Timo Werner como número estelar, eximió de mayores comentarios.
LIDER. "Despacito por las piedras" el campeón va dejando las cuerdas y de a poco se posiciona en el centro del ring. Ya no es asediado por el adversario como pasó en los primeros rounds, cuando llegó inclusive a besar la lona tras una inesperada paliza -7a 2 ante Aston Villa- y ahora, con mucho esfuerzo, eso sí, va sacando fuerzas de flaqueza y hasta gana de atrás, con golpes de "knock out" postreros. Así, como quien no quiere la cosa, casi sin darse cuenta, ya va ganando la pelea por puntos. El Liverpool de Jurgen Klopp, el del nuevo "Milagro Alemán", ahora también el de los cambios mágicos, se hizo fuerte en su "ring" de Anfield y en el último instante prácticamente decapitó a su rival, el West Ham United del sur de Londres, con un mágico pase entre líneas del recién ingresado "petizo" Shaquiri, el suizo, y un nuevo recto al mentón de su nueva joyita lusitana, "importada" del "portugués" Wolves, Diogo Jota. Por segunda vez consecutiva el hombre ingresa desde el banco y en menos de lo que canta un gallo, voltea al rival de turno -2 a 1 a los "Hammers"- y deja a los reyes de Merseyside como líderes de esta nueva edición de la Premier League y con la proa enfocada directamente a la retención de su corona. De todos modos queda para las estadísticas el descubrir si alguna vez, culminada la séptima fecha de la Premier League, el líder de turno, en este caso el vigente campeón Liverpool, es a la vez el equipo que tiene la valla más vencida, con 15 goles en contra. Claro, incluyendo aquellos 7 que le convirtió Aston Villa, por supuesto. Qué Liga más loca, ¿no?
MODO PREMIER. Lo cierto es que el domingo despuntó sin que el "Modo Premier" se hiciera aún presente. Claro que esa situación no podía durar demasiado, así que el asombroso Aston Villa, el del 7 a 2 al mismísimo campeón, recibió en Birmingham al Southampton, que no quiere esta temporada pasar las de Caín, como ha acaecido en los últimos tiempos, con el dichoso tema del descenso. Y muy bien demostró sus intenciones en el "Villa Park", porque con un tremendo frentazo de Jan Vestegaard, dos tiros libres formidables de Ward-Prowse y un remate antológico de Danny Ings tras gran jugada colectiva y mejor diagonal del scorer, se devoraba al local con un 4 a 0 que, por extraño que parezca, desmentía la paridad que se veía en la cancha, traducida muy especialmente por las magníficas atajadas del escocés Mc Arty, el gran arquero de los "Santos" de Southampton. Por eso fue que, llevados de la mano por su capitán y "titiritero" Jack Grealish, un "10" más sudamericano que inglés, de medias caídas al menos hasta donde la reglamentación le permite, al "Villa" sólo la faltó tiempo, quizás minutos, quizás segundos, para empatar un partido que no fue increíble solamente porque se jugó en el marco de la insólita Premier League. Sí, claro, por eso mismo terminó 4 a 3.
AUSENCIAS. Everton, el actual, el de Carlo Ancelotti, el que compartía las mieles de la punta con su eterrno rival de Merseyside, ya venía malherido tras la pérdida de su invicto el fin de semana anterior. Entonces había sentido algunas ausencias claves, a las que el domingo se agregó nada menos que la del colombiano James Rodriguez. Parece ser que el hombre volvió al repertorio de sus clásicas lesiones, las mismas que han impedido inequívocamente que su carrera explotara en concordancia con sus excepcionales condiciones técnicas. Lo cierto es que el cafetero agregó su nombre a la lista de sentidas ausencias de los dirigidos por "Karleto", muy especialmente a la del carioca Richarlison, ya que el ex-Fluminense, expulsado dos semanas atrás con roja directa en el clásico ante su tradicional rival, es un referente del ataque del equipo azul de la ciudad de Liverpool. En el "St. James Park" de Newcastle Everton fue timorato, avaro y especulativo. Jamás se le atrevió a un rival con conocidas limitaciones que, sin hacer demasiado, se bastó para "llevarse el gato al agua", en aras de utilizar una cómica expresón española: 2 a 1.
MATADOR. Intentó, se movió, buscó, se desmarcó, alentó. En esos últimos 20 minutos -los que jugó- Edison Cavani trató, fundamentalmente a fuerza de ascendencia y experiencia, de cambiar el oscuro panorama que vive hoy Manchester United a nivel de Premier League. Lo cierto es que al sueco Ole Gunner Solksjaer sólo parece estarlo salvando el liderazgo del club en su grupo de Champions League. Había sido un partido táctico, especulativo, rígido, estudiado. Dentro de ese panorama sobresalió nítidamente el doble "5" excepcional que incluyó Mikel Arteta en el once de Arsenal. El egipcio Mohamed Elneny, recuperado por el técnico catalán en una versión nunca antes vista, ni siquiera en épocas de Arsene Wenger, y el ghanés Thomas Partey, por quien el ex Ayudante de Guardiola en el City apostó todo, a tal punto que el "Gunner" depositó en las oficinas de La Liga (española) hasta el último euro de los 50 millones de la cláusula de resición fijada por Atlético Madrid, "se comieron" la cancha. Ambos marcaron el paso del equipo, digitaron el ritmo y no dejaron ni un metro de terreno sin cubrir. Así se vió a un Arsenal convencido y seguro, confiado, fuerte y, más allá del torpe penal cometido por Paul Pogba contra Héctor Bellerín, que el gabonés Pierre Aubameyang tradujo en el único gol del partido, las diferencias de actitud y aptitud entre ambos equipos, saltaron a la vista aún habida cuenta de las escasas situaciones de gol que se vieron en Old Trafford: 1 a 0.
DETERIORO. Como siempre sucede con todos los equipos que dirige José Mourinho, sólo era cuestión de tiempo para que la relación entre el portugués y su vestuario se deteriorara. Tal parece entonces que Tottenham Hotspur no configura la excepción a la regla. El lusitano, molesto tras el magro triunfo de sus dirigidos el fin de semana anterior, no tuvo mejor idea que fotografiarlos en el vestuario mientras estaban enfocados en sus celulares. Por supuesto que publicó las fotos en las redes sociales, de modo que muchos atribuyen la insólita caída por Europa League ante el modestísimo Amberes, a una reacción -quizás inconsciente- de los futbolistas a la actitud de su entrenador. Lo cierto es que el domingo se vió otro muy flojo partido de los "Spurs". Fue un equipo sin alma, sin ganas, a tal punto que le dejó la iniciativa y la propuesta futbolística a un once notoriamente inferior. Increíblemente Brighton mandó en la cancha y sólo un penal convertido por el goleador Harry Kane y un gran cabezazo del galés Gareth Bale, feliz con su regreso a casa, sacaron las castañas del fuego para los del norte de Londres: 2 a 1. Moraleja: si denostas públicamente a tus jugadores buscando su reacción positiva, es más que probable que obtengas exactamente lo opuesto a lo que esperas. Los futbolistas se caen, simplemente sienten que su entrenador no los apoya y sólo les pega. Eso le seguirá pasando a Mourinho hasta que el portugués entienda que los trapos sucios se lavan en casa y no afuera. En realidad habría que hacerle conocer a "Mou" los métodos que utilizaba el gran "Pulpa" Etchamendi con algún díscolo que tenía en aquel Nacional del '71, campeón de todo. De las puertas para adentro, claro...
GUILLOTINA. El lunes mostró un duelo de "colistas" dirimido con claridad meridiana en favor del Fulham, que superó desde el principio hasta el fin a otro recién ascendido, el West Bromwich Albion, dirigido por el carismático croata Slaven Bilic. Fue un 2 a 0 claro en el pintoresco "Craven Cottage", a orillas del Támesis, allá al oeste de Londres.
El cierre de la fecha dejó bien claro que en fútbol defender bien es también un arte y con esa premisa bien clara, quedaron en evidencia las infantiles ventajas defensivas que desde el comienzo mismo del partido otorgó muy generosamente el Leeds de Marcelo Bielsa. Fueron ventajas locas realmente, franquicias regaladas no bien se escuchó el silbato inicial del encuentro. Jamie Vardy y compañía no hicieron cumplidos, aceptaron los regalos y el 4 a 1 final a favor del visitante Leicester del inteligente Brendan Rodgers, fue la guillotina para el descuidado equipo del "Loco" Bielsa.
PODIO. Como va dicho José Mourinho carga ya con la mochila habitual de una relación deteriorada con su plantel, pero curiosamente el trabajoso y hasta desganado triunfo ante el modesto Brighton, ha encaramado al Tottenham Hotspur al tercer lugar de la tabla de posiciones de la Premier, a sólo dos unidades del líder Liverpool, el actual monarca, y a un punto del nuevo escolta, el Leicester City, verdugo del Leeds de Marcelo Bielsa.
Mourinho es ahora el mejor entrenador del mundo, de hecho no es fácil elegir al mejor entre muchos entrenadores excelentes, pero ya ha conseguido grandes victorias en diferentes países. Mourinho es un hombre de éxito y un ganador. Se merece el honor del mejor entrenador, creo que ha construido la mejor alineación del equipo. Gracias a él, me enamoré del futbol.
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