lunes, 14 de diciembre de 2020

EL ARQUERO Y LA VIBORA

 Tottenham Hotspurs se dejó dos puntos en las manos del arquero español Vicente Guaita, el héore de Crystal Palace en la bulliciosa tarde del Selhurst Park, al sur de Londres, casi tocando el meridiano de Greenwich.

 Sólo una víbora pudo con el cuidavallas hispano cuando, tras un remate de Harry Kane a los 23 minutos de juego, la pelota se transformó en reptil y, tras rumbear hacia el centro del arco, ligeramente a la derecha del arquero, torció el curso abruptamente engañando al sorprendido Guaita y clavándose en la red del Palace. Antes y después de esa suerte de accidente, el "1" del equipo local se robó la tarde y la ovación de la hinchada más bullanguera de Londres, aún en el escaso número permitido por la actual cuotificación gubernamental para asistencia a partidos de fútbol en ciertas zonas -por ahora privilegiadas- de Inglaterra.

Cuando un arquero se transforma en araña y es con luz la figura de un partido, les queda poco por hacer a los delanteros rivales y también deja un nulo margen para el comentario del partido en cuestión. En este caso puntual puede decirse que Palace puso toda la carne en el asador desde el silbato inicial, sintiendo el aliento sin igual de una hinchada incomparable, aún en número ultra reducido. 

También puede argumentarse que las figuras de los Spurs aparecieron sólo en cuentagotas y puede asimismo remarcarse que la defensa local fue una roca. Pueden contarse mil cosas sobre el partido pero si uno de los arqueros se transforma en el actor protagónico y se roba la película, todo lo demás, es decir, el color, la fotografía, la puesta en escena, el decorado, la música y los demás actores, todo, absolutamente todo, juega un rol secundario.

El Tottenham Hotspur de José Mourinho, líder de la Premier League por diferencia de goles porque acto seguido Liverpool no pudo con el modesto Fulham en el oeste de Londres, perdió dos puntos de oro ante Crystal Palace en Selhurst Park por exclusiva culpa del arquero español Vicente Guaita: 1 a 1 y a otra cosa.


UN PUNTO DEL TAMESIS. Liverpool pescó sólo un mísero empate en las aguas del Támeses, cuando a orillas del río, jugando en el mítico Craven Cottage, uno de los estadios de fútbol más ancestrales del planeta, un penal ejecutado con mucha suerte por Mohamed Salah, sentenció la igualdad tras que la pelota pegara en el arquero del local para introducirse en el arco de los dirigidos por Scott Parker.

La presa se le escapaba con los tres puntos, con el legendario reducto engalanado por el regreso de los hinchas quienes, al igual que lo que había sucedido en el Selhurst Park minutos antes, pesaron y mucho para que su Fulham estuviera a poco y nada de quedarse con el botín. El golazo de Reid fue la culminación de una inclaudicable presión en la salida desde el fondo del sorprendido visitante, fue el premio al afán y también al orden mostrado por el local hasta ese minuto 25 y mantenido, luego de la apertura, hasta el final del primer período.

Antes del gol de Reid el árbitro Andre Marriner le había birlado al dueño de casa un claro penal correctamente reportado por el VAR pero insólitamente denegado por el juez de cancha, quien en el monitor pudo ver claramente como le barrían una pierna al atacante local pero, en cambio, decidió simplemente que no quería reconocer que se lo "había comido" en tiempo real y así despojó a Fulham indecentemente, en un acto de burda arrogancia realmente asombroso, de lo que pudo haber sido la apertura del tanteador.

En el complemento Fulham aflojó la presión casi naturalmente, porque Liverpool se le tiró encima, pero salvo alguna atajada espectacular de Alfonso Areola, el arquero francés ex-PSG, las huestes de Klopp no hicieron demasiado daño a los locales, al punto de haber necesitado que Marriner cobrara un dudoso penal a su favor, esta vez sancionado sin siquiera consultar al video arbitraje.

Está claro que en todos lados se cuecen habas e Inglaterra no configura excepción al respecto. Aunque en menor medida que en otras naciones, en el país principal de las Islas Británicas los árbitros también favorecen a los clubes grandes y ese 1 a 1 final de Craven Cottage, a orillas del Támesis, es testigo fiel de esta premisa.


SHOW EN AZUL. El show de James Madisson, con dos goles y una maquinita de jugar al fútbol en sus pies, dejó a Leicester City tercero en la tabla de posiciones de la Premier League y con el sueño intacto de repetir hazañas del pasado cercano.

Desde el comienzo se vió que no iba a ser partido, sino un monólogo azul. Brighton fue casi un mero sparring que asimiló los golpes con resignación: uno, dos, tres y KO. El goleador habitual de los de Brendan Rodgers, Jamie Vardy, también estuvo implacable y entonces fue así como todo se terminó muy rápido. La visita supo siempre que el 3 a 0 de los primeros 45 minutos era sentencia, así que en el complemento Leicester simplemente descansó y Brighton miró y se resignó.

El 3 a 0 fue claro, contundente, lapidario y así Leicester City se trepó de nuevo a los puestos de Champions League.


LOS SANTOS VIENEN MARCHANDO. Ralph Hassenhuttl fue contratado la temporada pasada como técnico utilitario para sacar de los pelos al Southampton de las posiciones de descenso. Lo logró con creces y entonces este austríaco con cara de malo decidió mostrar otra faceta.

Hoy los "Santos" del puerto de donde partió el Titanic para su viaje sin retorno, son la sensación de la poderosa Premier League inglesa. Su defensa, liderada por el danés Vestegaard, es firme por demás, su mediocampo, con el español Oriol Romeu como abanderado, es sólido, práctico y dueño de una transición de vértigo para encontrarse con el goleador Danny Ings y con el hoy descarado Theo Walcott quien, de regreso a donde todo comenzó para él, muestra una voracidad y unas ganas sólo comparables a las que mostrara en sus albores como futbolista.

Esa columna vertebral envidiable desplegó ante el modesto Sheffield United un fútbol sólido, prolijo y vertiginoso que sencillamente aplastó al visitante. Un 3 a 0 con todos los ingredientes para que disfrutaran como locos los heroicos hinchas "santos" que desafiaron estoicos el viento y la lluvia del inhóspito mediodía a orillas del Canal de la Mancha.

Cuando los santos vienen marchando...arrasan.


ITALIAN JOB. El nuevo capítulo de la irregularidad que este Everton de Carlo Ancelotti ha demostrado esta temporada incluyó esta resonante victoria por 1 a 0 ante el Chelsea de Frank Lampard, al que literalmente bajó en forma abrupta de las posiciones de vanguardia en el torneo.

Antes y después del gol de penal del islandés Sigurdsson, a los 22 minutos, "Karletto" planteó un partido a la italiana, pero a la italiana de antes, cuando a los "tanos" no les entraban ni las balas: arquero con garantía incluida, última línea bien plantada y marca escalonada e implacable en el mediocampo.

Chelsea no supo quebrar ese andamiaje. El alemán Havertz, el fichaje que despertara en su momento tantas ilusiones y esperanzas en los "blues", no termina de adaptarse al cambio de Liga y entonces no pesa, no influye. La soledad con que Kovacic intenta hacerlo todo, da hasta lástima.

Con el inesperado y resonante triunfo en su casa de Godison Park, Everton se trepó al séptimo lugar de la tabla, mientras que Chelsea cayó al quinto puesto de una Premier más cerrada y peleada que nunca.


CLASICO DILUIDO. Un clásico venido a menos simplemente porque ambos vienen bastante relegados en las posiciones, aunque los dos tengan un partido menos jugado y los puntos que los separan de los vanguardistas sean realmente escasos en esta curiosa y enredada edición de la Premier League.

En Old Trafford Manchester United y su homólogo City comenzaron el derby con gran intensidad, "a todo candombe", plenos de buenas intenciones, por momentos mostrando un típico carga a carga con la adrenalina a mil, un clásico "toma y daca".

Ese panorama duró hasta los 10 minutos del complemento, momento en el cual el fuego se apagó con la facilidad con que se apaga una vela. Los de Guardiola aprovecharon la caída de tensión para hacer correr el balón en toda la cancha, pero sin llegar a mortificar nunca ni a David De Gea ni a la última línea local. Por su parte United, con la baja de Edison Cavani quien continúa lesionado, cayó una vez más en esa indolencia que mandó en muchos de sus últimos partidos y entonces el 0 a 0 cantó un sólo estridente al final.


DIA DEL ARQUERO. Emiliano Martínez para un lado, Emiliano Martínez para el otro. Emiliano Martínez de arriba, Emiliano Martínez de abajo. El hoy segundo arquero de la selección argentina fue, por lejos y sobradamanete, la figura de la cancha en la victoria de su equipo, Aston Villa, por 1 a 0, ante el local Wolverhampton Wanderers.

Pudo haber sido la explicación de un empate a cero, pero ese gol agónico de El Ghazi, cuando corría el minuto 93, hizo que la actuación descollante de Martínez fuera la razón de la victoria final del Villa. Como en el caso del español Guaita en el empate entre Crystal Palace y Tottenham Hotspurs, todo lo demás pasa a ser irrelevante.

Igual resulta interesante remarcar la conducción del portugués Podence, quien intentó con su fútbol atildado y de pelota al pie, que los "lobos" se abalanzaran sobre su presunta víctima. También pueden destacarse, una vez más, los mil piques, quiebres y requiebres, a alta velocidad, del fisiculturista puntero catalán, Adama Traore o el gran remate cruzado rechazado por un caño, ejecutado por el luso Fabio Silva, el fichaje más caro de la historia de los "Wolves" y actual sustituto del mexicano Raúl Jiménez, quien continúa recuperándose de la fractura de cráneo experimentada semanas atrás ante Arsenal.


EL "LOCO" EN LA MALA. Dos goles tomados de pelota quieta ya no son novedad para el Leeds United de Marcelo Bielsa. El equipo del "Loco" no sabe defender pero si encima tiene que soportar los centros hacia su área del rival de turno, es boleta. West Ham multiplicó por dos los centros y cabezazos y le remontó el partido: 2 a 1.

Al "Loco" lo atacan y le duele, lo atacan y le arde, lo atacan y le lastiman, lo atacan y "cobra", siempre "cobra". El problema es que, además, su equipo sigue perdiendo creación, inspiración, sorpresa y fútbol. Ni qué hablar de la contundencia, de la soledad sin remedio del goleador Patrick Bamford. 

A Leeds le está yendo mal, muy mal y, si no hay cambios, le va a ir aún peor.


El ingreso de Dwight Gale hizo la diferencia para Newcastle al cabo de un partido parejo ante West Bromwich Albion. Las "Urracas" terminaron ganándolo 2 a 1.

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