Darwin Núñez le pegó una cachetada a la pelota, a su sequía de goles, al ocasional rival Burnley, al Arsenal y al Aston Villa. Aprovechar la gran asistencia de Gravenberch y desde el semicírculo cachetear el balón a la red, bien pegado al caño izquierdo del arco rival, fue el regalo que el artiguense eligió en el "Boxing Day" para que su Liverpool tomara el turno en la más que disputada punta de la Premier League. desplazando a los "Gunners" del norte de Londres y postergando los sueños de los "villanos" de la ciudad de Birmingham. Es que ambos equipos, el de Mikel Arteta y el de Unai Emery, terminarían cayendo derrotados en los días subsiguientes.
DOMINÓ. La de Darwin fué pues una cachetada dotada del clásico "efecto dominó", ya que de un sólo golpe derribó al damnificado ocasional, a dos rivales directos y a su propia racha negativa, aparte de catapultar a su club al tope de la tabla. Es cierto que el tanteador final fue 2 a 0 pero también es una verdad irrefutable que el gol del portugués Diogo Jota llegó a los 91 minutos, cuando lo que se veía en la cancha pregonaba a los cuatro vientos que ya "estaba todo el pescado vendido".
Fue el quinto gol de Núñez en lo que va de la presente edición de la Premier League. La tan ansiada anotación apareció, pero también se vió a un Darwin más tranquilo, concentrado en lo suyo, sin protestas inútiles, dejando traslucir que quizás medió previamente un buen discurso de Jurgen Klopp. Tal cosa resulta probable, solamente probable pero para nada descartable, ya que también para esos menesteres están los técnicos.
PESADILLAS. Para Emiliano "Dibu" Martínez el estadio de "Old Trafford", llamado "Teatro de los Sueños", se ha transformado en el "Teatro de las Pesadillas", ya que para un arquero que se jacta de llevar el cartel de "Ganador", el haber perdido cuatro de los cinco partidos que disputó allí, no debe representar nada agradable por cierto.
Por añadidura Manchester United, que ya en lo previo llegaba bastante "desflecado" a enfrentar nada menos que al equipo sensación de esta edición de Premier, había terminado el primer tiempo perdiendo 2 a 0 gracias a los goles -en rápida sucesión- de McGinn y Dendoncker. En el intervalo ni el hincha más fanático del local daba dos cobres por su equipo. Sin embargo muy probablemente algo pasó en ese vestuario durante esos 15 minutos de descanso, porque para el complemento salieron once guerreros vestidos de futbolistas. Además fue la tarde de Alejandro Garnacho, imparable y anotando un doblete espectacular, todo complementado por el gol del triunfo anotado por el danés Hojlund. Pocos podían creer lo que estaban viendo, pero el United, aunque fuere por una vez, había vuelto a ser el United y el 3 a 2 final era testigo irrefutable de ello.
POLÉMICO. "Pinchó" Arsenal en su propia casa. El irregular West Ham United, vecino del sur de la capital británica, se le quedó con los tres puntos. A los 13 minutos un muy polémico gol de Tomas Soucek condicionó claramente el resto del encuentro. Tras un rechazo de la defensa local Jarrod Bowen aparentemente impidió que la pelota se fuera al corner, la mandó hacia el medio y en la boca del arco Soucek la empujó a la red. La verdad es que ni una sóla toma del VAR pudo clarificar si el balón ya había salido -o no- en el instante en que Bowen lo devuelve al medio del área chica.
Arsenal sintió el cimbronazo y además se encontró con un planteo muy acertado del experimentado David Moyes, cortando circuitos y cerrando caminos. Cuando el "Gunner" encontró las situaciones aparecieron los guantes del francés Alphonse Areola, un caño de su arco y una buena dosis de fortuna, ingredientes todos que, bien mezclados, fueron veneno para el dueño de casa. El cabezado de Mavropanos cuando corrían 55 minutos, puso la rúbrica, el 2 0 definitivo ya que, tal como estaban planteadas las cosas en ese momento, cambiar el desenlace era imposible para el local. El resultado inexorable, por ahora irreversible, fue que el liderazgo quedó por el camino.
NAUFRAGIO. Mientras que Manchester City, flamante Campeón del Mundo, no tuvo mayores problemas para remontarle y ganarle al Everton por 3 a 1, Tottenham Hotspur naufragó en la costa de Brighton. Los conducidos por el italiano De Zerbi vapulearon con dureza a los del griego Postecoglou, que ante el 4 a 0 que prácticamente los borraba de la cancha, atinaron a reaccionar cuando ya era demasiado tarde y entonces solamente lograron maquillar el resultado final: 4 a 2.