martes, 30 de julio de 2013
Mueve Suárez
Arsene Wenger se ha quedado de piedra. El francés está más estático que la propia Tour Eiffel. Si le preguntan contesta que ni él ni su Arsenal están cerca de fichar a Luis Suárez ni a ningún futbolista top. Mira, escucha,espera, pero no actúa. Algunos dicen que aguarda el desenlace de la novela "Bale", estrechamente vinculada a la llamada "Saga Suárez". Es que si a Real Madrid no le da la nafta para quedarse con el afamado galés, ya le ha avisado a Pere Guardiola, hermano de Pep y representante del uruguayo, que irá por el de Anfield Road.
En cambio otros, hoy dueños de una nueva corriente de pensamiento, aseguran que el espigado entrenador galo directamente no va a actuar. Ellos afirman que Monsieur Wenger "se aguantará en el molde". No dirá nada más y, lo que es más sorprendente, no mejorará la oferta por la estrella salteña. Desinterés? Rendición? Resignación? No, la nueva teoría nacida hoy no admite esos términos aplicados al francés con relación a la ya famosa "Saga Suárez".
Arsene Wenger tiene asesores, gente especializada, profesionales que lo rodean y lo aconsejan en este tema y en tantos otros. Y ese es su segundo equipo, el que se mueve afuera de la cancha del Estadio de Emirates. Esa gente no para, no tiene pausas ni respiro, así que le habrían aconsejado a su cliente mantener una actitud pasiva en el "caso Suárez". Dicen que el secreto está escondido dentro de la "Cláusula Gatillo" del contrato del uruguayo con Liverpool, la misma que Arsenal accionó cuando la semana pasada ofreció el mínimo requerido para empezar a conversar: 40 millones y una libras.
Aparentemente el disparo con el que los "Gunners" pusieron en vigencia dicha cláusula, fue bastante más potente de lo que todos pensaron. No, claro, Liverpool insiste enfáticamente que el ya famoso párrafo solamente le da derecho a Suárez a ser informado por su club de que alguien ha depositado sobre la mesa una oferta por sus servicios. Los "Reds" ni siquiera reconocen que la activación de la cláusula habilite a su estrella para al menos negociar oficialmente con el club interesado.
El gran tema es que los asesores de Arsene Wenger no están de acuerdo con esa tesis y además coinciden en su manera de pensar con los consejeros de Luis Suárez. Así resulta que ambos equipos técnicos enfatizan que esa "Cláusula Gatillo", una vez accionada por el aspirante a comprador, habilita al jugador no ya solamente a negociar con la parte compradora, en este caso Arsenal, sino nada más ni nada menos que a dejar su actual club, Liverpool. En un hipotético juicio, el "caso Cavani" saltaría como un resorte al estrado para declarar a favor de Arsenal y de Luis Suárez. Está claro que París Saint Germain se llevó al otro salteño simplemente pagando el valor de su cláusula de recesión. Y ese valor es el que Wenger y Suárez le dan a la cláusula inserta en el contrato del uruguayo con Liverpool. Recisión, palabra clave. Para Liverpool no es aplicable en el "caso Suárez". Para Wenger y para el propio futbolista, ese es el verdadero valor de la cláusula, siempre y cuando sea accionada por la parte compradora, como efectivamente lo fue la semana pasada.
Pero falta algo. Algo que hasta ahora Luis Suárez se ha negado a concretar, pero que puede ser el próximo movimiento en esta auténtica partida de ajedrez. Para rematar a la víctima el uruguayo debe efectuar un segundo disparo, que complemente al que ya hicieron los "Gunners". Si Arsenal y el futbolista pretenden que el accionamiento de esa "Cláusula Gatillo" se haga realmente efectivo, es requisito imprescindible que Luis Suárez solicite formalmente a Liverpool su transferencia. Mediante ese acto, en apariencia sencillo, el club de Anfield se vería definitivamente obligado a vender a su jugador estrella.
Claro que también como consecuencia de dicho pedido formal, Suárez perdería el derecho a cobrar el porcentaje de su pase, cosa que no sucedería en el caso de una transferencia que emergiera como consecuencia del acuerdo espontáneo de todas las partes...incluida la vendedora, el Liverpool FC.
Es que don Luis quiere "el oro y el moro", no se muestra inclinado a renunciar a nada. Parece que al goleador se le escapa que en estas negociaciones intrincadas en las que una de las partes -Liverpool- se atrinchera armada hasta los dientes, dispuesta a pelear hasta lo último para no perder a su jugador clave, más de uno tiene que ceder algo. O seguramente mucho, quién puede negarlo?
Wenger ya sufrió en carne propia todo el proceso que actualmente tortura a los "Reds". Y fue por partida doble y con nombres propios. Sabe demasiado bien que al final, por más que se quiera y se luche, resulta imposible mantener en el club a futbolistas que dejaron de sentirse a gusto, cómodos. Después de mucho drama y frustración, Cesc Fábregas terminó al final en su Barcelona añorado. Robin Van Persie fue el último goleador de la Premier League defendiendo a...Manchester United. El holandés quería ganar algo alguna vez en el fútbol inglés y al final lo consiguió.
Es tiempo de revancha para don Arsene. Por fin puede hacerle a otros lo que otros le hicieron a él. Pero junto con su club necesitan ahora tener paciencia, mucha paciencia. Así que simplemente se han dedicado a campanearlo todo, a aguardar una evolución natural de los acontecimientos, a esperar que la manzana caiga sóla del árbol.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario