Phil McNulty, el Editor Responsable de Fútbol de la BBC de Londres, es muy claro. Dice directamente que Ellis Short, el multimillonario propietario del Sunderland de Inglaterra, está poniendo en juego su reputación al haber confiado la dirección técnica del club a Gustavo Poyet, un hombre sin experiencia en dirigir clubes de la Premier League.
Phil transforma en inevitable una comparación del uruguayo con el italiano Paolo Di Canio, recientemente despedido luego que no había atinado a lograr más que un escuálido empate en lo que va de la presente Premier League, gracias a lo cual el equipo rojiblanco permanence hundido en el último lugar de la tabla de posiciones. Claro, Di Canio había dirigido al modesto Swindon de la League 1 (3era. División del fútbol inglés). Por lo tanto tampoco tenía experiencia en conducir clubes de la Premier, pero salta a la vista que su extroversión extrema, su auténtica alienación y su irracionalidad, hace que la comparación de McNulty sea mucho más que impropia y fuera de lugar, un acto irreflexivo que no enaltece en lo más mínimo su importante cargo en la BBC.
"El tiempo de Paolo Di Canio llegó a su fin, conmigo todo será diferente, no quiero que me comparen con nadie, simplemente no es correcto", apunta Poyet. Es obvio que muchas veces los ingleses confunden todo, al menos lo que no conocen demasiado bien, aquello que no dominan demasiado. Es evidente que Gustavo Poyet es un "sanguíneo"; como buen uruguayo era temperamental adentro de la cancha y continúa siéndolo del otro lado de la línea de cal, pero de ahí a ponerlo en la misma línea de conducta de un desacatado como Di Canio, hay un abismo.
"Siempre traté lo mejor para mis equipos, adentro y afuera de la cancha. Ahora tengo una gran satisfacción por haber llegado a la Premier League, porque además pienso que soy lo suficientemente bueno para enfrentar y superar este gran desafío", dice Poyet, cuya expresión de felicidad resume todo el alivio que sintió cuando la larga espera llegó a su fin el lunes, día en que Ellis Short, el propietario del club, le anunció que al final se había decidido por él y que en 24 horas sería confirmado como nuevo técnico de Sunderland.
"No tiene experiencia en la Premier League, no es el hombre adecuado", dice un hincha de Sunderland frente a las cámaras de televisión y con el Stade of Light como telón de fondo". Una mujer gorda, muy gorda ella, niega con su cabeza ante la pregunta del periodista y dice repetidamente "No, no, no", con la mirada muy fija en la cámara y sin más explicaciones.. Más no hace falta para saber que la matrona tampoco quiere al uruguayo como técnico de su equipo. Y así otros, todos dentro de la misma línea: "no es el hombre que buscamos, necesitamos un técnico con probada experiencia en Premier".
Mientras tanto el uruguayo sonríe y habla hasta por los codos: "la idea es creer en un modelo de club y que ellos, los futbolistas también crean y sobre todo que se sientan últiles a una causa. Pero mi primer desafío es convencer a todos con mi trabajo, a los hinchas, al staff del club, a Ellis (Short), pero especialmente a los jugadores. Es que la confianza es justamente mi lado fuerte, siempre fui positivo. Obviamente, por mi trabajo, he estado viendo partidos de la Premier y por lo que vi del Sunderland, podemos salvarnos del descenso. Hoy fue el primer día de entrenamiento conmigo, les pedí mucha atención y traté de contestar a todas las preguntas que ellos (los futbolistas) tenían para mi".
Está feliz y aliviado, sentimientos que se le escapan por todos los poros: "Si, sí, Ellis Short se tomó su tiempo pero al final se decidió", confiesa entre risas, dando a entender entre líneas que en el interim sufrió y mucho, esperando el ansiado salto cualitativo en su carrera. El italiano Roberto Di Fanti, Director Ejecutivo de la "Armada Rojiblanca" del norte de Inglaterra, como se da en llamar a Sunderland, fue decisivo para el desenlace. Siempre lo quiso, martilló sin cesar sobre Short e hizo prevalecer su opinión: Poyet era el mejor para el cargo. El ex jugador de Chelsea y Tottenham Hotspur continuará secundado por Mauricio Taricco y Charlie Oatway, quienes ya conformaran su equipo técnico durante las cuatro temporadas en que Poyet dirigiera al Brighton, club al que el oriental ha entablado un juicio por "Despido improcedente". La instancia comenzó en agosto último y, obviamente, está en pleno desarrollo.
Consultado sobre el clásico ante Newcastle, a jugarse en menos de dos semanas en el Stade of Light, reducto del Sunderland, Gustavo queda pensativo por primera vez en la entrevista. Muy serio, confiesa: "Y bueno, para ese momento ya habrá que mostrar el trabajo que se hizo, tendré que volcar allí la experiencia de toda una carrera en Inglaterra. La idea es mostrar justamente ahí cómo está el equipo y vencer a Newcastle".
Casi nada lo del ojo: nadie -o muy pocos- creen en él, el propietario del club lo nombró cediendo a la presión del Director Ejecutivo, hasta se dice que había futbolistas referentes del plantel que tampoco estaban felices con su nombramiento y todavía, para completarla, en menos de dos semanas el archirival Newcastle, que tampoco escapa a una situación complicada en la tabla, visita a su nuevo equipo.
Es trabajo para un uruguayo, no hay caso. Con el viento en contra, la marea embravecida y el ambiente "salado", muy "salado". Pero Gustavo Poyet enfrentará la batalla sin chaleco antibalas, "sólo con mi trabajo, con mi fé y haciendo que desde el comienzo los jugadores se sientan cómodos trabajando conmigo, eso es clave. Estoy confiado, soy una persona positiva y les comprobaré que acertaron nombrándome".
Y lo hará, es uruguayo y no vacilará. Les hará acordar a los ingleses lo respetado que fue cuando jugaba por Chelsea, con sus trofeos a cuestas, y también por Tottenham. Lo hará, seguro que lo logrará.
Toda la suerte del mundo para Gustavo, capacidad tiene y de sobra.
ResponderEliminarOjala se vaya.. Soy Uruguayo y.quiero que se vaya o que fracase.. Los scum no pueden salvarse este año...Aguante las Urracas!! Toon army
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