sábado, 2 de junio de 2012

Albert

       En la margen sur del paseo del Támesis, entre los puentes de Westminster y Waterloo, mandan las estatuas vivientes. Chaplin, Drácula, Frankestein, el Pato Donald, Mickey y muchos más, se ganan la vida mientras deleitan a los turistas que inundan la zona, vecina del Ojo de Londres y con el Big Ben como centinela al otro lado del río.
      Pero hoy se instaló allí alguien que normalmente no frecuenta la zona. Adecuadamente ataviado con el uniforme de la selección inglesa, un adolescente rubio, con formas y apariencias bien locales, hasta el punto que bien podría decirse que se esforzaba al máximo para poner cara de Rooney, dominaba con maestría y arte una pelota de fútbol. Taco, empeine, rodilla, cabeza, pecho, nuca, todo el repertorio usual de un malabarista del balón. Jimmy se devoró la audiencia y los aplausos, a la vez que las estatuas le hacían honor a su condición, quedando petrificadas y absolutamente huérfanas de clientela.
     Detrás de Jimmy, un cartel presentaba al malabarista, pero fundamentalmente a su útil de trabajo, un balón llamado "The Albert". Petulante, orgulloso y hasta engreido, resulta que el tal "Albert", pintado de blanco y adornado en azul y rosado con el símbolo de Londres 2012, correrá raudo y sin pausas por el césped inmaculado del estadio "Millenium" de la ciudad de Cardiff, el próximo 25 de julio cuando el fútbol dé su puntapié inicial a su participación en los Juegos Olímpicos 2012. Más de 15.000 personas compitieron para ponerle el nombre al balón y ganó quien acomodó sobre la mesa un juego de palabras: the "Albert Hall", el famoso salón de conciertos y ópera de Londres y the "Albert Ball", el nombre propuesto para el balón del fútbol de los Juegos Olímpicos. Finalmente se aceptó el ingenio del proponente, pero como nombre oficial, quedó simplemente "Albert".
     El modelo de paneles triangulares es el mismo de la "Jabulani", pelota oficial del Mundial Sud Africa 2010. La estupenda novedad es que un revolucionario sistema térmico ha sido instalado en el balón, con el loable fin de impedir los increíbles cambios de rumbo que ridiculizaron a tantos arqueros durante el Mundial 2010.
     Sin embargo no sólo los cuidavallas se beneficiarán por los "chiches" de la pelota olímpica. Si finalmente concurren a la cita, los Suárez y los Messi no la llevarán más atada al pie como acostumbraban hacerlo hasta ahora, sino que sencillamente la llevarán pegada, gracias a un nuevo material con propiedades adherentes que optimizará el contacto entre la pelota y el zapato del futbolista, con la consiguiente mejora del control del balón.
    Mientras tanto, Jimmy continúa dominando al mágico "Albert": taco, empeine, rodilla, cabeza, pecho, nuca. Tic, tac, tic, tac, sus toques malabares suenan como el reloj que acerca al mundo los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Una cuenta regresiva implacable. 
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario