El 1 a 1 madrugador firmado con los goles de Harvey Barnes para Leicester City a los 13' y de Stuart Dallas para Leeds United dos minutos después, fue presagio de uno de esos típicos partidos de vértigo permanente, poca marca, muchos espacios y goles varios, que son tan comunes en el marco de la Premier League inglesa.
Nada tan errado porque luego de esos cimbronazos iniciales ambos durmieron una larga siesta que duró hasta los 70 minutos cuando Patrick Bamford, el goleador del equipo dirigido por Marcelo Bielsa, definió bárbaro para remontar el marcador. Fue recién entonces cuando Leicester City se acordó de que es usualmente un cuadro intenso y que gracias a esa virtud, entre otras, estuvo hasta ahora mirando la tabla desde arriba.
Los dirigidos por el nor-irlandés Brendan Rodgers se fueron con todo contra el arco del francés Illan Meslier pero en su desenfreno, tras un corner a su favor, salió una contra de Leeds a 200 kilómetros por hora, tras la cual el encendido Patrick Bamford le sirvió la pelota en bandeja a su compañero Jack Harrison para que la soplara como a una velita hacia el arco vacío del danés Kasper Schmeichel, quien había salido despavorido a tapar el remate del ariete de Bielsa, disparo que nunca se produjo.
De esa forma, con Bamford a la cabeza, el "Loco" Bielsa y su banda del noreste de Inglaterra, ganaron -3 a 1- su segundo partido consecutivo y se van trepando sigilosamente a la mitad de la tabla con la esperanza muy difusa aún, pero esperanza al fin, de meterse en una de las posiciones que clasifican a Europa League.
Leicester City, sin el lesionado Jamie Vardy -ausencia clave por supuesto- se guardó la intensidad que es su arma principal, favoreciendo de esa manera al siempre frágil planteo defensivo de Bielsa, para dejar 3 puntos por el camino, junto con el segundo lugar en la tabla de Premier al que pudo haber accedido con un triunfo ante los del noreste del país, aprovechando el nuevo tropiezo del Manchester United de Edison Cavani.
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